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El expresidente del Comité de Ética de la FAO: “La crítica que hay que hacer a la Agenda 2030 es que es tremendamente tímida”

José Esquinas

Francisca Bravo Miranda

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Existen muchas maneras de explicar por qué estamos llegando a un punto en el que nuestra supervivencia como raza humana se está viendo amenazada, explica José Esquinas (Ciudad Real, 1945). El autor de 'Rumbo al ecocidio' (Espasa, 2023) aborda en su último trabajo los múltiples riesgos que sufre el entorno natural y humano. “Son muchos y están todos íntimamente conectados”, asegura en conversación con elDiarioclm.es. Como muestra: el hambre y el cambio climático. ¿Qué tienen en común? Son respuestas que se pueden encontrar en el libro que se presentó en Ciudad Real, de donde es originario el ingeniero agrónomo y doctor en Genética, que cuenta con décadas de experiencia en la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de las Naciones Unidas. En este organismo fue presidente del Comité de Ética durante diez años.

“Lo que hay aquí no son muchas crisis, no. Es una crisis de ética y responsabilidad de nuestra generación”, reflexiona Esquinas. Y lo ejemplifica en el hambre y la abundancia. “¿En qué mundo estamos en el que producimos mucho más de lo que necesitamos para alimentar a la Humanidad y, sin embargo, siguen muriendo de hambre 35.000 personas al día?”, lamenta. El hambre, señala, es una pandemia que deja “cinco veces más muertos” que en las peores épocas de la crisis sanitaria del coronavirus.

“Lo que pasa es que el hambre no es contagiosa y seguramente esa sea la causa de esta situación. Y está todo íntimamente relacionado con el medio ambiente, porque tiramos a la basura la tercera parte de la producción mundial de alimentos”, describe el experto. 1.300 millones de toneladas cada año, explica. Un número difícil de visualizar de buenas a primeras. Es una cantidad “ingente” y “mucho más” de lo que se necesita para alimentar a la humanidad. Y estos excesos hace que se viertan a la atmósfera, cada año, 11.000 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero. “El 29% de los gases responsables del cambio climático”, afirma.

Tiramos a la basura la tercera parte de la producción mundial de alimentos, 1.300 millones de toneladas cada año

Así conecta el hambre con el cambio climático. Pero no solo eso. “Estamos comprando comida para tirar a la basura. Pero otro tercio de la comida que producimos va como basura a los estómagos”, explica en referencia a la mala alimentación o a la sobrealimentación, que deriva en obesidad y sobrepeso. “Y esto facilita otra serie de enfermedades que son no transmisibles: la diabetes, oncológicas o cancerígenas, así como cardíacas y del sistema cardiovascular. Y para combatir estas enfermedades, en los países europeos gastamos 700.000 millones de euros al año”, reflexiona.

Consumismo desenfrenado

En definitiva, “es un círculo vicioso, perverso”. “El consumismo desorbitado nos lleva a destruir el medio ambiente y la naturaleza. Es lo que está produciendo el calentamiento global, facilitando las grandes pandemias. Y es un círculo que se retroalimenta a sí mismo, provocado por la ambición de un pequeño grupo de grandes multinacionales en el mundo. Toda la actividad actual se mueve por grandes corporaciones, su ambición y su consumismo desenfrenado, que va mucho más allá de lo que necesitamos para ser felices”, asegura Esquinas.

La reflexión del autor es clara. “Medimos el desarrollo no a través de nuestra felicidad, o nuestra relación con el medio ambiente. Lo medimos a través del Producto Interior Bruto. Es decir, lo que medimos es el crecimiento económico, pero es absurdo confundirlo con el desarrollo”. Y esta “falta de responsabilidad” al asumir estas decisiones como lógicas lo que realmente hace es “ignorar a las generaciones futuras”. “Nuestros hijos y nietos”, incide.

Es absurdo confundir crecimiento económico con desarrollo

José Esquinas cita un dicho africano. “Ellos dicen que el medio ambiente no nos pertenece, sino que lo tenemos en préstamo para nuestros hijos”. Cuando habla de medio ambiente se refiere a todos los recursos naturales que son limitados y que incluyen a la diversidad biológica. Y estos bienes comunes, reflexiona, ahora son escasos. “Los estamos malgastando, privatizando y luego encima especulando con ello. Y todo esto nos está llevando a un derrumbe ecológico y moral”.

En 'Rumbo al ecocidio' hace una reflexión que culmina en la pregunta “¿Qué podemos hacer nosotros?”. “Ya desde los años 70' hubo muchos avisos, y ocurre que el proceso se ha ido acelerando de manera exponencial. Y no somos capaces de reaccionar, esto es la crónica de una muerte anunciada, que estamos verificando que ocurre y a un ritmo aún mayor del pensado”, señala.

Esquinas también advierte de que es la especie humana la que está en peligro. No el planeta. “El planeta Tierra tiene cinco mil millones de años de existencia. Si la vida del planeta fuese un año, la especie humana apareció el 31 de diciembre a las 12 de la noche. Somos de las especies más jóvenes, y hemos desarrollado grandes capacidades, pero si no las orientamos hacia objetivos éticos y sostenibles, realmente estamos desvirtuando nuestras capacidades. Nuestro futuro depende de la acción humana que ocurra hoy y esto no había pasado antes”, resalta.

La crítica que hay que hacer realmente a la Agenda 2030 es que es tremendamente tímida y se queda en la superficie

La dilatada carrera de Esquinas le ha llevado a viajar por cerca de 130 países durante las últimas décadas, en concreto más de cuatro trabajando en la FAO. Y reflexiona sobre el cambio que ha visto a nivel global desde entonces. “Recuerdo ver realidades distintas en cada una de sus culturas, en las relaciones que tenían con la naturaleza, con otro grado de desarrollo. Prioridades y valores que eran distintos”, explica. Pero ahora, señala, las realidades son cada vez “más parecidas”, lamenta. “Han desaparecido estas distintas formas de ver el mundo. Se han sustituido los distintos sistemas agrícolas por uno solo: el agroindustrial. Esto hace al mundo mucho más vulnerables”, zanja.

Finalmente, como no podía ser de otra manera, Esquinas habla de los distintos mensajes negacionistas contra el cambio climático que se ven sectores de la sociedad, especialmente relacionados con la ultraderecha. “No hay peores ciegos que los que no quieren ver y estos mensajes suponen un peligro tremendo. Cuando critican los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), me gustaría preguntarles qué es lo que realmente critican”, reflexiona.

Pero el experto afirma que esto no es una situación inherente solo a España, ya que ha visto manifestaciones en el mismo sentido en otros países, como Reino Unido. “La mayoría de los negacionistas son ignorantes pero también pueden ser ambiciosos cortoplacistas, como esas corporaciones que quieren seguir produciendo aunque se hunda el mundo”, lamenta. “Y la crítica que hay que hacer realmente a la Agenda 2030 es que es tremendamente tímida y se queda en la superficie”, remata.

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