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La Fundación CERES buscará fondos europeos para un centro regional de infancia y adolescencia en Tomelloso

Niña estudiando

Carmen Bachiller

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En Castilla-La Mancha, la pobreza afecta a uno de cada tres niños, niñas y adolescentes, según los datos de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN). Una red de la que forma parte la Fundación CERES, con sede en Tomelloso, en la provincia de Ciudad Real.

“Se necesitan más recursos económicos y personales. Le damos demasiadas vueltas literarias y políticas a algunas cosas. Lo que hace falta es actitud y dinero. A lo mejor hay que hablar menos y hacer más”, asegura la presidenta de entidad, Antonia Valverde.

Esta entidad quiere abrir “un centro integral especializado en infancia y adolescencia que incluya espacios de ocio, de refuerzo escolar y de atención psicológica. Son cuestiones que no se abordan con la profundidad que debiera. Queremos que sea un centro de referencia regional”.

Lo hará a través de la solicitud de fondos europeos vinculados al programa Ciudadanos, Igualdad, Derechos y Valores (CERV, por sus siglas en inglés), para favorecer los derechos de los niños y niñas. “Lo haríamos junto a otro socio europeo y hay varios ya interesados”. En la actualidad se está redactando la propuesta.

La Fundación CERES aportará su experiencia al proyecto. Ya colabora con centros educativos de Tomelloso y Argamasilla de Alba. “Queremos ayudar a los padres y a los chicos a que no caigan en el desánimo. Es una pescadilla que se muerde la cola, con dinámicas de las que es muy difícil salir si no hay alguien que tienda una mano, con ayuda muy concreta”.

Trabajan con 59 chicos y chicas entre 11 años y 17 años, a través de programas como ‘Sembrando valores’. “Ayudamos a quienes van mal en el colegio porque en su casa a veces no tiene ni mesa para estudiar, sino un salón para toda la familia y una habitación en la que duermen con tres o cuatro hermanos”.

Antonia Valverde subraya que los malos estudiantes pueden estar en cualquier tipo de familia, “solo que algunas no pueden pagar clases particulares y nosotras las ofrecemos gratis”. Es una forma, dice, de ayudar en la transición hacia la vida adulta, en cuestiones como las habilidades sociales, entre otras.

Ahora, dice, “daremos un paso más porque, aunque está bien trabajar con los chicos, hemos de hacerlo con los padres. En los colegios se enseñan cosas, pero hay que educar en casa”, afirma contundente.

Después, ofrecen el programa ‘Coge Impulso’ de apoyo a adolescentes de 15 a 18 años en riesgo social o educativo, mientras que el programa ‘Brújula’ quiere contribuir a  la mejora de la integración social y la salud mental del conjunto de jóvenes en situación de vulnerabilidad de 12 y 18 años, de los municipios de Tomelloso, Campo de Criptana, La Solana y Alcázar de San Juan.

Este año queremos visibilizar más el área de Infancia y el servicio que ofrecemos. Cuesta mucho decirlo, pero es que hay familias pobres, desgraciadamente y algunas rozan la miseria. No queremos ver esa realidad

Esta profesora de EGB, que fue concejala de Servicios Sociales en Tomelloso y diputada socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, recuerda que la entidad lleva ya cuatro años trabajando con menores. “Este año queremos visibilizar más el área de Infancia y el servicio que ofrecemos. Cuesta mucho decirlo, pero es que hay familias pobres, desgraciadamente. Algunas rozan la miseria y no queremos ver esa realidad”.

La pasada semana los datos de la 'Encuesta de Condiciones de Vida', publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desvelaron que Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma con la tasa más alta de personas con “muchas dificultades” para llegar a fin de mes.  

Este año formarán al personal de la Junta que trabaja con menores

En marzo de 2023 se aprobó por unanimidad en las Cortes regionales la nueva Ley de Infancia autonómica. Tras dos años de bagaje Antonia Valverde dice que su aprobación fue “un gran paso”, aunque reconoce que todavía “necesita tiempo”.

La entidad colaborará este año en la formación del personal vinculado a las distintas consejerías del Gobierno de Castilla-La Mancha que trabajan con menores. “Empezaremos en abril, y llegaremos a todas las provincias. Es un trabajo complejo, no es fácil elegir entre sentimientos y profesionalidad cuando se trabaja con niños. Por ejemplo, en los casos en los que se plantea retirar la custodia”.

Me di cuenta de que la Administración pública cubre necesidades de las personas más vulnerables, pero no puede llegar a todo el mundo. El servicio ha de estar complementado desde el Tercer Sector Social

¿Cuáles son los retos?, preguntamos. “En los servicios sociales todo es mejorable, como ocurre en la Sanidad o en la Educación, si tenemos en cuenta los constantes cambios sociales, a los que hay que adaptarse, sin prejuicios. España no se parece en nada a la de hace 20 años”.

La Fundación CERES se fundó en 1997 por la inquietud personal de Antonia Valverde, profesora de EGB en aquel entonces. “Me di cuenta de que la Administración pública cubría necesidades de las personas más vulnerables, pero no podía llegar a todo el mundo. El servicio ha de estar complementado desde el Tercer Sector Social”.

Los primeros pasos se centraron en atender a personas con problemas de adicción, pero hoy el espectro de su actividad es mucho más amplio. El de la Fundación CERES es un equipo multidisciplinar y femenino al 99%, con profesionales especializadas. “Somos una entidad sin ánimo de lucro con alma”.

En sus años de existencia se han financiado a través de subvenciones tanto estatales como autonómicas o locales, pero Valverde subraya: “Dependemos de nosotros mismos”. La entidad forma parte de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), también de la UNAD, la Red de Atención a las Adicciones o de la Plataforma Española por el Daño Cerebral Adquirido, entre otras. 

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