Los fallos del TAC público obligan a la derivación de pacientes a clínicas privadas
El movimiento de trabajadores sanitarios ha manifestado en su concentración semanal frente al Hospital Virgen de la Luz en Cuenca que se repiten los casos de pacientes que deben ser derivados a la clínica privada Recoletas para someterse a un TAC, ya que el de la institución presenta reiterados fallos. La Plataforma asegura que deben entender que estos TAC se estropean por falta de inversión en el mantenimiento del servicio.A esto, la Plataforma añade que también el TAC del Centro de Especialidades, Diagnóstico y Tratamiento de la localidad conquense de Tarancón sigue sin funcionar correctamente en los últimos meses y que no se ha destinado todavía una partida presupuestaria para su reparación, que rondaría los 600.000 euros, lo que levanta el miedo de que el servicio acabe privatizándose.
Además de esto, el colectivo asegura que también las pruebas de electromiografía, dentro de la especialidad de Neurofisiología en la que cuenta sólo con dos profesionales, uno de los cuales solo estará un mes, están siendo derivadas a la clínica privada, a pesar de la complejidad de la prueba diagnóstica. A esto se le une que para este servicio se ha convocado personal desde Madrid, obviando a los profesionales conquenses. La Plataforma asegura que sería mucho más barato contratar personal con el que se aproveche los medios públicos del Hospital de Cuenca, que pagar pacientes a clínicas privadas, pagando el dinero de las intervenciones con el dinero que sale de las arcas públicas, “es decir de nuestros impuestos”.
Respecto a la encuesta de satisfacción del SESCAM, la Plataforma ha podido sólo mostrar su perplejidad ante la calificación obtenida por la sanidad pública de la región, sobre todo debido a los recortes y el desmantelamiento de los servicios de los que el colectivo asegura ser testigo. Así, los miembros de la Plataforma se preguntan a quién y qué es realmente lo que habrán preguntado, al afirmar que la situación actual de la sanidad no puede tener realmente a ningún paciente satisfecho.
Señalan a los gestores de la sanidad como los responsables de mejorar la atención sanitaria sin retrasos o costes sociales innecesarios, y señalan que insistir en derivar pacientes a la privada es una manera de reconocer su incompetencia e incapacidad, por lo que deben dimitir de sus responsabilidades.