Absuelto un joven condenado a seis años de prisión por agresión sexual a una estudiante universitaria en Salamanca
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha revocado una sentencia de la Audiencia Provincial de Salamanca que condenó a 6 años de cárcel a un joven por un delito de agresión sexual. Sin embargo, el TSJ lo ha absuelto aplicando el principio in dubio pro reo. “No podemos sostener que la denunciante haya faltado a la verdad en su denuncia y declaración, pero sí que no ha quedado acreditada, más allá de toda duda razonable, la comisión del delito imputado”, apuntan los magistrados.
La Sala estima el recurso del condenado contra la sentencia de la Audiencia de Salamanca y que contó con el voto particular de uno de los tres magistrados que integraron el tribunal, que se mostró partidario de la absolución. “Ciertamente nos encontramos exclusivamente con la declaración de la denunciante como única prueba de cargo de tales imputaciones, por lo que, basarse en dicha prueba, supone un acto de fe en la veracidad de lo que la misma refiere que consideramos insuficiente para dicha condena, puesto que, exigiéndose para la existencia del citado delito, la presencia de violencia o intimidación como medios utilizados por el acusado para mantener la relación sexual con la denunciante, no hay acreditación de tal presencia salvo por las meras manifestaciones de ésta última”, arguyen los magistrados de la Sala de lo Civil y Penal del TSJ.
En su sentencia, señalan que “La condena del acusado, por tanto, en la sentencia recurrida supone la infracción de los principios de presunción de inocencia y de in dubio pro reo, dado que el mismo debió ser absuelto con todos los pronunciamientos favorables”.
La víctima denunció la violación el 8 de junio de 2017, cuatro días después de haberla sufrido y tras acudir al hospital temiendo haber contraído una enfermedad de transmisión sexual. Según su relato, entabló relación con el ahora absuelto a través de Instagram primero y de WhatsApp después. Los jueces apuntan a la naturaleza claramente sexual de sus conversaciones. Finalmente ambos decidieron conocerse. Ella, estudiante universitaria, estuvo estudiando a las tres de la madrugada en una biblioteca de la calle Libreros, y fue a buscar al joven al bar donde trabajaba como camarero en la Gran Vía. Los dos salieron de allí y decidieron tras comprar cerveza, ir a una pensión donde él también trabajaba y tenía llaves. La denunciante se refirió a una relación sexual no consentida y el denunciado a lo contrario. Ambos salieron juntos del establecimiento tras los hechos. Según ella, quiso denunciar al ver un coche de la Policía Local pero él le pidió que no lo hiciese porque no quería pasar la noche en el calabozo. Tras esa noche no volvieron a verse ni a contactar. Ella realizó varios exámenes y denunció cuatro días más tarde. No había lesiones aunque sí un cuadro de estrés.
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