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“Todos necesitamos un pirata que a veces se nos lleve”

L'escriptor Lluís-Anton Baulenas, al despatx de casa seva. / Marcel·lí Sáenz

Cristina Carbonell

Lluís-Anton Baulenas acaba de publicar Quan arribi el pirata i se m’emporti (RBA, 2013). Cuatro años después de recibir el premio Sant Jordi con El nas de Mussolini (Proa, 2009), Baulenas plantea dos historias inicialmente distantes que confluyen en una trama aparentemente dócil que acaba convirtiéndose en una aventura ambientada en la Barcelona de los bajos fondos. El pirata del título se erige como aquel azar de la vida que suscita el dilema y enfrenta a la decisión. Un juego en el que hasta ahora se había evitado entrar.

Has tardado 4 años en publicar otra novela. ¿Es mucho tiempo?

No, no es significativo, depende de muchas cosas, de las circunstancias personales y laborales... Yo me dedico a escribir y básicamente vivo de los libros, la mayor parte del trabajo son los libros, por lo tanto, son 4 años en los que me he dedicado al libro; quizá sí que es demasiado tiempo, pero lo único que indica es que no he salido tan rápidamente como otros, pero no me preocupa. Con los años aprendes a respetar lo que es el proceso creativo. Y no ha sido una novela fácil, ha habido unos cuantos replanteos.

¿Y cuando empezaste tenías claro sobre qué querías escribir? ¿O la has ido inventando sobre la marcha?

Es una novela que tiene varias complicaciones, y tienes que ir averiguando si estas complicaciones son interesantes. No pasa nada por complicarse la vida, pero hay que ver si es interesante. Yo quería hacer que hubiera dos personajes opuestos, y una fascinación por el poder y por una cosa irracional. Tenía ganas de hacer una historia en la que hubiera alguien superpoderoso, pero que tuviera un talón de Aquiles, una debilidad irracional, un hecho que condiciona mucho la vida porque sabes que por allí te pueden entrar. Esa es la idea inicial y a partir de ahí fui tirando.

Este alguien superpoderoso es el ogro, un personaje extremo, que vive de manera muy presente el hecho de que su madre muriera cuando él nació. ¿Podríamos decir que es el dolor hecho violencia?

Sí, el problema del ogro es la falta de ubicación. De hecho, como es un ogro tampoco es necesario justificar de dónde le viene esta forma de ser, pero poco a poco vas dando pistas. Esta misma obsesión con la madre, por ejemplo, tampoco es normal, denota un desequilibrio, aunque sin insistir demasiado, porque él mismo dice que el desequilibrio y la maldad le vienen por naturaleza. Ahora, no es un mal del todo, tiene puntos débiles. Por ejemplo, esta obsesión con la madre, el tesoro que justifica un poco su violencia. Tiene lo que le da seguridad pero él va haciendo también. Y este refugio que tiene, el tesoro, es como un reducto de humanidad.

¿Le sirve de equilibrio?

Sí, porque él mismo se siente desprotegido ante el tesoro. Es un flash cuando lo descubre cuando es pequeño y sigue así siempre, lo que demuestra también su desequilibrio. Cuando lo encuentra, él decide que será importante para él y ya está. Yo al principio quería hacer eso, alguien muy malo con una fascinación, con un punto débil, y un punto débil, además, de tipo simbólico que contrasta con su poder. Su tesoro no es un cofre lleno de lingotes de oro, o monedas o joyas... es algo puramente simbólico que tiene mucho valor, pero que en el fondo no tiene nada, porque tiene tanto que no tiene nada, es decir, que no puedes hacer nada con él, sólo compartirlo con la humanidad, y si no lo haces, el valor le das tú porque lo quieres para ti. Las pinturas es como si le dieran un mundo, una familia, unos amigos, una gente que sólo conoce él y que le ayudan... es algo muy particular suyo, muy íntimo, lo que pasa es que coincide que tiene un valor incalculcable, se supone. Pero él a eso no le da valor. Es el símbolo de su poder: algo que tiene un valor incalculcable y que es suyo solamente, y no sólo que es suyo, sino que además no nadie conoce. Sólo lo tienes tú y sólo tú sabes que existe.

Y Carducci lo podríamos situar en un punto opuesto. Un hombre que va haciendo en su cotidianidad, bastante común, hasta que aparece un pirata que hace que todo se trastorne.

Sí, el pirata es el símbolo. Le empiezan a pasar cosas, y él lo liga con la aparición del pirata. Mira... es una tontería, pero una tontería que todos necesitamos a veces.

Pero sale en el título del libro...

Sí, claro, porque para él es importante. Después de vivir esta aventura, que por otra parte es una aventura que dura poco tiempo, le cambia la vida, por lo tanto este pirata se lo lleva hacia otro lado.

¿Y por qué un pirata?

Pues porque te pueden secuestrar, se te pueden llevar, te pueden enamorar. Hay toda una literatura detrás. Y luego hay un tesoro también. Es un personaje literario con mucha fuerza. Carducci, con toda su cotidianidad, necesita un personaje que se lo lleve y que también le dé toda la fuerza para enfrentarse a Gambús, el ogro.

Carducci sólo tiene 50 años y cree que ya sólo los recuerdos tienen valor. Como si la vida ya no le pudiera ofrecer nada más.

Sí, él está un poco en esta situación, pero también todo esto son cosas que te ayudan a contextualizar el momento del personaje. Es muy como cualquiera de nosotros, en ese momento lo pillamos que tiene un desengaño con las expectativas vitales, porque tiene el recuerdo de una relación que le parecía que sería definitiva, y están los recuerdos del hermano muerto, el hermano pequeño, que se siente que no hizo lo que habría tenido que hacer, y como la época no es propicia te vas comiendo el coco. Pero él va haciendo, hasta que se encuentra el ogro, que es una especie de fuerza de la naturaleza que se lo come todo. Y queda fascinado. Una aventura es poner un personaje normal en una situación que nunca viviría. Y este probablemente nunca habría llegado a vivir lo que vive, pero el azar le pone en medio del camino. Es una novela de aventuras, aunque no es típica, pero parte de eso, de un azar que ocurre en la vida de alguien que no estaba previsto.

Pese a que el ogro sólo quiere el tesoro para él, busca la implicación de Carducci para que haga fotos.

Son las contradicciones del final, él es una persona ya muy mayor, y aunque es un ogro y mantiene una fuerza mental, se da cuenta que tiene que hacer algo porque a él el tiempo se le está acabando, y entra en un proceso de contradicción. Tiene 96 años y medio, y quería dar la sensación esta, que tiene la cabeza clara, que controla y es capaz de hacer un proceso de defender su historia y de cambiar de planes en el último momento y decir “pues no, esto se irá conmigo ...” Es capaz de hacer todo esto, pero a la vez quería comunicar que también tenía momentos de contradicción derivados del hecho de que es mayor.

El ogro quiere hacer un acto, un toque de atención, contra la mediocridad. Se menciona Rothbard y el arte efímero de Duchamp.

Todo esto son cosas paralelas que vas poniendo para dar color y para ir dando volumen al personaje, a su vida. No te das cuenta y el personaje se va haciendo. Reflexiones que haces tú a través del personaje, a medida que el vaso construyendo.

De la misma manera que el Raval es un pretexto.

Sí, es un pretexto narrativo. Esto no es un libro de historia del Raval, es un libro de la historia de los personajes. El resto les da volumen. Es un buen lugar para ambientar, porque las reflexiones y el punto vital de Carducci pegan mucho. Es un buen lugar cuando estás en este momento vital. Carducci es una persona que tiene curiosidad, abre los ojos, mira al entorno. O sea, que no es casualidad que esté ambientado en el Raval. Y también lo elegí porque tengo mucha experiencia vital del barrio, lo tenía muy vivido y, por tanto, me era muy fácil. No era una documentación hecha con una distancia, con un aprendizaje debiendo hacer toda una traslación mental y afectiva porque no lo conoces y tienes que hacer trabajo de campo.

Hace 25 años que te dedicas profesionalmente a escribir.

Todo el año 2013 está haciendo 25 años que escribo.

¿Es tu año pues? ¿El Año Baulenas?

Sí, yo me lo he autocelebrado. Los 25 los hizo el pasado octubre. Por lo tanto, es todo el 25 hacia el 26 y en octubre se cerrará y, si puedo, haré una fiesta... una fiesta de clausura.

¿Es difícil vivir de escribir?

Es como todo. Depende de tus necesidades, depende del momento, ahora es un momento de restricción máxima, por tanto, reduces las necesidades. Y con esto he ido haciendo. Es verdad que me han ido bastante bien las cosas en los últimos años. Igualmente, no se gana mucho dinero. Un tipo como yo, parece que hagas muchas cosas y por lo tanto que generes mucho dinero, pero no se generan tantos.

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