La marea blanca cubre Barcelona en una de las concentraciones más multitudinarias en defensa de la sanidad pública que se recuerdan en Cataluña. A la llamada de la Plataforma pel Dret a la Salut y la Plataforma Sindical Unitària han acudido miles de manifestantes -hasta 50.000, según los organizadores-, en su mayoría trabajadores de la sanidad -enfermeros, administrativos, médicos y auxiliares-, pero también algunos pacientes, afectados a la vez por los recortes que desde hace más de dos años viene aplicando la Generalitat al sector.
La protesta, que contaba con el apoyo del amplio abanico de sindicatos de la sanidad, así como de algunos partidos políticos, ha recorrido las calles de la ciudad desde Plaça de Catalunya hasta la Plaça de Sant Jaume, en un ambiente tan festivo como reivindicativo, donde se han coreado los lemas ya escuchados en otras ocasiones: “recortar en sanidad es asesinato”, “más trabajadores, y menos gestores” y “sanidad, estructura de Estado” han sido algunos de los más repetidos.
La lucha en defensa de la sanidad pública en Cataluña gira en torno a tres ejes que encienden por igual los ánimos de los trabajadores de bata blanca: la ola de recortes presupuestarios, plasmada sobre todo en las reducciones de plantilla y de salarios; la privatización, que amenaza a la gestión de algunos de los grandes hospitales y que ya está introduciéndose en los centros de atención primaria, y la corrupción, que ha salpicado a distintas corporaciones sanitarias catalanas en los últimos años.
“Estamos hartos, muy cansados”, resumía Joaquín Jiménez, enfermero en el hospital Can Ruti de Badalona desde hace trece años. “En los últimos años he perdido entre el 15 y el 20% de mi poder adquisitivo, trabajo más horas y tengo menos días de fiesta”, se queja, consciente de que este 2013 los funcionarios seguirán padeciendo las consecuencias de los ajustes, tal y como reconoció esta semana el Govern, que ya adelantó que les suprimirá la paga extra. Sin embargo, Jiménez asegura que la principal preocupación del sector no son las condiciones laborales, sino la pérdida de calidad en la atención a los pacientes. Por eso, en su opinión, “faltan usuarios” en la manifestación de este domingo.
En la misma línea se expresaban Margarita López y Paquita Extremera. A pesar de haber visto como reducían sus sueldos y incrementaba su volumen de trabajo, estas auxiliares del Hospital Sant Joan Despí Moisès Broggi (Barcelona) aseguran que el principal motivo que les ha llevado a la concentración es la situación de “peligro” en que se encuentra la sanidad -“hasta ahora”- pública y universal. Así pues, apelan a los pacientes a defender también sus derechos, y critican con dureza a la Generalitat por haber aplicado el copago en los medicamentos y al Gobierno central “por querer excluir a los inmigrantes de un sistema que debería ser de todos y para todos”.
La marea vuelve a Madrid y se extiende por decenas de ciudades
La manifestación en Barcelona estaba enmarcada dentro de una jornada de defensa de la sanidad pública que contaba con marchas en decenas de ciudades de todo el Estado español. En Madrid, abanderada de la marea blanca en el último año debido a las huelgas y protestas derivadas de las amenazas de privatización, las batas blancas han vuelto a salir a la calle. También lo han hecho en Albacete, Logroño, Tolosa, Segovia, Toledo, Almansa y Cuenca, entre otros municipios.
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