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Sánchez asume que la reforma del Código Penal es “arriesgada” pero defiende sacar el debate político de los juzgados

Pedro Sánchez, en un acto en Barcelona junto a los dirigentes del PSC

Arturo Puente

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“Hemos tomado una decisión que es política, hemos decidido rescatar a Catalunya de la crispación y la confrontación y ponerla en el marco de la convivencia”. Con esta frase se ha presentado este domingo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante un Palacio de Congresos de Barcelona desbordado. En la semana que se ha confirmado que finalmente la reforma del Código Penal no solo abarcará cambios en el delito de sedición y desórdenes públicos sino también en el de malversación, aún por concretar, el jefe del Ejecutivo se ha dado un baño de masas en Catalunya. “Yo sé que las decisiones son arriesgadas, pero no hay otro camino”, ha asumido Sánchez. “Hay que devolver la confrontación y el debate político al terreno de la política y sacarlo de los juzgados, y es lo que estamos haciendo”, ha zanjado.

Sánchez ha defendido así la reforma legal que será el colofón a la llamada “política del reencuentro” que su Gobierno ha puesto en marcha en Catalunya. Una estrategia que tanto el presidente como el conjunto del socialismo, especialmente el catalán, defienden como muy beneficioso para el conjunto de España. En Catalunya, ha defendido Sánchez, se ha recuperado la convivencia, y esta situación es favorable no solo para la política, sino también para la economía. Para demostrarlo, el líder socialista se ha referido a las inversiones industriales anunciadas para el eje mediterráneo que, según ha dicho, “no hubieran sido posibles en la Catalunya y en la España de 2017”.

“Si estas inversiones son ahora posibles es porque hay un gobierno que apuesta por el reencuentro”, ha indicado, tomando la bandera de ser el “Gobierno de las soluciones”. Por eso, a renglón seguido, Sánchez ha asegurado que los ataques de la derecha son “un desvarío”. “En el mismo día que estamos firmando este importante acuerdo del H2MED, la derecha y la ultraderecha están con que España se rompe”, ha dicho. “Compañeros y compañeras, creo que lo que se rompe es el discurso de una derecha y una ultraderecha que no han asumido que perdieron las elecciones hace 3 años”, ha apuntillado entre aplausos.

Una vez Sánchez se ha garantizado un final de legislatura tranquilo, con los presupuestos aprobados y las principales iniciativas políticas encarriladas, la estrategia de la Moncloa es afilar todo lo posible el perfil de líder fiable y de gestión. “Hemos gestionado una pandemia, la erupción de un volcán, ahora las consecuencias de una guerra. Y pese a todo, España avanza, crecemos por delante de la zona euro, tenemos la inflación más baja y en Catalunya prima la convivencia. Y, ¿qué dice la derecha? Que España va camino a una dictadura. Las inocentadas para el 28 de diciembre”, ha sacado pecho.

Sánchez también ha lanzado un mensaje en clave social con el anuncio de adoptar “mecanismos” para contener el precio de los alimentos, uno de los artículos que más han sufrido el efecto de la inflación. “Quiero anunciaros que a finales de este año, cuando aprobemos el nuevo paquete de ayudas a la gente, a la clase media y a los trabajadores para el próximo año, vamos a incorporar también mecanismos para contener los precios de los alimentos”, ha asegurado el jefe del Ejecutivo.

Por lo que respecta a la carpeta catalana, el objetivo de Sánchez es mantener ligado el abrumado apoyo de los diputados catalanes, sean o no de su partido, más allá de esta legislatura. En los últimos años, de los 48 diputados que se reparten en Catalunya, Sánchez ha podido contar habitualmente con 38 votos a favor de sus propuestas en el Congreso, lo que convierte a la comunidad catalana en un territorio estratégico para los socialistas. Pero, además, los socialistas tienen una mayor ambición en las instituciones catalanas y ahora preparan ya la precampaña a unas municipales que pueden volverles a hacer los absolutos reyes de los ayuntamientos catalanes.

Collboni, lanzado a por Barcelona

Una de las principales apuestas en las municipales del próximo mayo pasa por Barcelona y precisamente el acto de este domingo tenía como objetivo ungir por todo lo alto al que será el candidato, Jaume Collboni, actual teniente de alcaldía de Ada Colau. “La fuerza tranquila del PSC se pone en marcha para abrir una nueva etapa en Barcelona y también en Catalunya. Ganaremos y gobernaremos en Barcelona, en Catalunya y en España”, ha anunciado Salvador Illa.

Al líder socialista en Barcelona, su partido tardó unos meses de más en afianzarlo como candidato seguro a las elecciones, lo que dio pábulo a ciertas especulaciones y baile de nombres sobre posibles relevos. Pero, una vez se disiparon las dudas y Collboni se quitó de en medio todos los rivales, el partido se ha volcado con el que creen que puede ser el próximo alcalde de Barcelona tras una década de bache socialista en la ciudad. El espaldarazo de este domingo, con los máximos líderes de su formación y más de 2.500 personas en el Palau de Congresos, impulsa a Collboni en la carrera por la ciudad más importante de España a tiro de los socialistas.

El candidato, por su parte, ha aprovechado su intervención para declarar su amor por Barcelona, de la que ha dicho que es “la mejor ciudad del mundo”. “Barcelona tiene la oportunidad de ganar su futuro, porque lo tiene todo para ganarlo. Se prospera y sostenible, tiene escala humana y es innovadora […]. Lo tiene todo para ser una gran ciudad del mundo, sólo le falta una cosa: ¡tener un alcalde socialista!”, ha proclamado. Collboni, como actual teniente de alcaldía, ha sido cuidadoso para evitar proyectar una Barcelona en mala situación, pues él sería corresponsable en cierta forma. Pero sí se ha comprometido con un “cambio de etapa”, tras declarar que su ejemplo son alcaldes socialistas como Joan Clos y Jordi Hereu, presentes en el acto.

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