La sequía también disminuye la presencia de mariposas en Barcelona
Los observatorios de mariposas urbanas han constatado que este año la abundancia de mariposas en las ciudades es mucho menor. La principal causa es la sequía y la falta de agua asociada, que provoca un secado de la vegetación, tanto en los parques y jardines urbanos —los cuales no se pueden regar debido a las restricciones— como en las dunas de las playas y en los herbazales de las zonas naturales de las ciudades.
“Al no llover ni poder regarse, las plantas acaban secándose y las mariposas se quedan sin alimento disponible. En parques como el de la Maternidad de Barcelona todavía quedan algunas zonas florecidas y es evidente que se concentran las pocas mariposas que existen”, explica Yolanda Melero, responsable del programa de seguimiento de estos insectos en el observatorio ciudadano de mariposas urbanas (uBMS), dependiente del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF, en sus siglas en catalán).
Los resultados de este verano no se conocerán con detalle hasta que acabe la temporada, en octubre, pero las experiencias de los voluntarios y las visitas científicas a los parques y jardines ya dejan ver claramente esta tendencia.
Por otra parte, los episodios de calor intenso repetidos también causan que veamos menos mariposas, porque el exceso de temperatura disminuye la supervivencia y reproducción y, también, porque algunas especies se marchan a altitudes más elevadas o más al norte para encontrar la vegetación que necesitan. Además, las orugas son más sensibles que las mariposas adultas y pueden morir por deshidratación.
Cabe recordar que las mariposas son especies bioindicadoras, es decir, informan de cuál es el estado de salud del ecosistema en el que viven. Por tanto, el hecho de que las mariposas disminuyan por la sequía y el calor es extrapolable a otros artrópodos como abejas o escarabajos e incluso a algunos animales vertebrados.
Evitar el cemento, buscar la sombra
Aparte de los cambios de supervivencia y reproducción de las poblaciones, las mariposas también cambian su comportamiento para intentar sobrevivir a estas situaciones. En primer lugar, se quedan en zonas más frescas y con sombra y no se ven en los prados más soleados. Del mismo modo, para regular su temperatura corporal, las mariposas vuelan menos en estos días tan calurosos e incluso colocan las alas en el ángulo adecuado para que no les dé el sol directamente.
En segundo lugar, cambian los patrones de movilidad y no llegan o aparecen menos en núcleos urbanos donde la temperatura es aún más acusada por el efecto isla de calor. Según Melero, “las mariposas, cuando se mueven, van procesando la información y son capaces de ver que fuera de las zonas más naturales, como Collserola y Montjuïc, quedan pocos espacios con agua y flores, y entonces se dispersan aún menos hacia el interior de la ciudad. No se arriesgan”.
Los ceros son importantes
Ante esta situación de carencia de mariposas en los parques y jardines urbanos y metropolitanos, muchas de las personas que voluntariamente hacen el seguimiento se ven desmotivadas. Desde los observatorios de ciencia ciudadana y mariposas del CREAF quieren poner de relieve el esfuerzo que realizan para continuar haciendo las visitas a los parques, jardines y playas y así manifestar la importancia de no ver mariposas: es la primera vez que los proyectos atraviesan una situación de sequía persistente como la actual y, por tanto, se necesitan los datos para realizar estudios.
Los análisis recopilados durante el período de calor y sequía permitirán descubrir cómo reaccionan las mariposas urbanas ante un escenario así, el cual será cada vez más habitual. Así pues, no ver mariposas también es relevante y es un indicador valioso para el equipo científico.
El CREAF participa en dos observatorios de mariposas. Por un lado, el de Barcelona y Madrid, el uBMS, coordinado por el CREAF y financiado por el Ayuntamiento de Barcelona. Por otro lado, el del Área Metropolitana de Barcelona, el mBMS, que está coordinado por el CREAF, el Instituto Metrópoli y el Área Metropolitana de Barcelona.
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