Un año del pacto que sorprendió a todos en la Diputació de València y enterró el caso Alqueria
Tras las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023 el PP, con la muleta de la extrema derecha de Vox, barrió de las principales instituciones valencianas el gobierno del Pacte del Botànic y sus análogos en los ayuntamientos. La derecha volvería a gobernar en la Generalitat y en la Diputación de Castelló, recuperaba las ciudades más pobladas de la Comunitat Valenciana en las que no gobernaba y se mantenía en la Diputación de Alicante. Pero el círculo no se cerraba aquella noche de celebraciones de los conservadores: en la Diputació de València no daban los números, y la previsión era que se mantuviera el gobierno progresista de PSPV y Compromís con apoyo de Ens Uneix. O eso era al menos lo previsto por la mayoría.
En el mandato anterior la formación comarcalista de Ens Uneix, liderada por el expresidente de la Diputació de València y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, apoyaba al gobierno de PSPV y Compromís desde fuera del ejecutivo provincial, dado que su voto no era imprescindible, y la escisión del PSPV en Ontinyent (y por extensión en la comarca de La Vall d'Albaida) se enmarcaba dentro del espectro progresista. En el nuevo mandato, Ens Uneix conservaba su escaño por un puñado de votos en la Vall d'Albaida, pero ahora su posición era decisiva y su apoyo ya no lo podía dar nadie por descontado.
Con la llave de gobierno de la Diputació de València en la mano Ens Uneix recibió la segunda buena noticia en tres días: la Audiencia Provincial de València absolvía a Jorge Rodríguez, y al resto de investigados en el marco del 'caso Alquería' de presunto enchufismo en la corporación provincial. Este caso estuvo impulsado en 2018 por el PP contra miembros del entonces gobierno progresista de PSPV y Compromís, y le costó a Jorge Rodríguez -entonces uno de los señalados para suceder a Ximo Puig en un futuro- la expulsión de su partido de toda la vida, pero el alcalde de Ontinyent consiguió galvanizar a su alrededor un nuevo proyecto de partido comarcal. Entonces, cinco años después, Rodríguez estaba recogiendo la cosecha e iba a empezar a cobrarse facturas pendientes.
Las negociaciones empezaron a dos bandas: con PSPV y Compromís por un lado y con el PP por otro, la formación de Ontinyent no quería saber nada de Vox, ese era un problema del PP si se quería asegurar la Diputación. Jorge Rodríguez ya advertía que no iba a dar ningún cheque en blanco y avanzaba que quería estar dentro del futuro gobierno provincial. Las negociaciones que al principio algunos se las prometían muy felices se alargaron, y conforme estas se alargaban las suspicacias crecían en el PSPV. Durante este tiempo el PP no recurría la absolución de Jorge Rodríguez como sí que hacía la Fiscalía Anticorrupción, mientras que el entorno del líder comarcalista empezaba a dar signos de a quien haría pagar los platos rotos: le dolía más la expulsión del PSPV porque era “su familia” que la acusación del PP porque era la oposición, y criticaba la gestión interna que estaban haciendo los socialistas de la situación a quienes acusaban de no hacer autocrítica.
Tras negociaciones hasta el último momento el pleno de constitución de la Diputació de València se abría con todo en el aire. La última propuesta de Ens Uneix era que iban a votarse a ellos mismos, por lo que invitaban a PSPV y Compromís a secundar el apoyo a Natàlia Enguix para que, de forma transitoria hasta que el PSPV regenerara su liderazgo, la izquierda mantuviera el poder en la institución. Los socialistas y los valencianistas no aceptaron la última propuesta y votaron al candidato del PSPV, Carlos Fernández Bielsa. Esto supuso un empate de bloques al apoyar PP y Vox al popular Vicente Mompó, pero la ley electoral marca que para romper el empate de bloques la presidencia va para el partido más votado, y este era el PP con 13 frente a los 12 del PSPV.
Perfil propio
Con la victoria del PP y de Mompó Ens Uneix pasaba también a entrar en el gobierno de la Diputació de València y Enguix era nombrada vicepresidenta. Además la exigencia de los comarcalistas era apartarse de Vox, no quisieron que la extrema derecha (con dos diputados) entrara en el ejecutivo, y el PP consiguió que los ultras aceptaran el apoyo parlamentario externo.
Ens Uneix, además de las áreas de Cooperación Municipal y Cooperación Internacional, obtenía también otras mal vistas por la extrema derecha como Igualdad y Memoria Democrática, y una nueva delegación, la de Relaciones con la Generalitat Valenciana.
Este perfil propio progresista que ha querido marcar Ens Uneix le ha costado algún roce con Vox, el más sonado el que tuvo en el mismo pleno para aprobar unos presupuestos para 2024 a raíz de la violencia machista, pero que acabó con acuerdo, consiguiendo que las cuentas se aprobaran en tiempo y forma. Tampoco se ocultaron a la hora de poner de relieve críticas a las políticas de la Generalitat de PP y Vox, como cuando aprobaron una propuesta que rechazaba la nueva ley educativa por arrinconar el valenciano o cuando reivindicaron la Memoria Democrática.
Pero otro perfil que ha querido marcar Ens Uneix es el comarcalista, no le disgusta que le comparen con el PNV por su capacidad de pactar tanto con socialistas como con populares con tal de conseguir réditos para su territorio. Estos últimos días Enguix también hacía balance económico de lo conseguido gracias al pacto, así cifraba en más de 4 millones de euros las subvenciones directas obtenidas para la ciudad; por otro lado la diputada y vicepresidenta remarcaba que de cara en los próximos años “vamos a seguir trabajando para hacer posible la concreción de los 15 millones de euros comprometidos en el Pacto de Gobierno en Ontinyent y la Vall d'Albaida”.
Buena salud del pacto
Para calibrar el estado del pacto esta semana hicieron balance público tanto Vicente Mompó como Natàlia Enguix. En palabras de Mompó asegura este tiene “buena salud” porque se ha formado “un gobierno sólido, asentado sobre un clima de total confianza, en el que todos sus integrantes compartimos la visión municipalista de la política y la necesidad de acercar la institución a los alcaldes y alcaldesas”.
Por su parte la vicepresidenta defendía “las políticas progresistas que hemos mantenido en la Diputación con total respeto y colaboración por parte del presidente y el equipo de gobierno”. “Pese a que la oposición ha querido hacer ver que determinadas áreas estaban en peligro, la realidad es que sus críticas son absolutamente injustificadas y que estamos destinando más recursos no solo a Igualdad y Memoria, sino también a Diversidad y a Cooperación Internacional, donde acabamos de renovar las ayudas con las agencias de la ONU en países en conflicto y otras ONG’s con presencia en la provincia”.
Pero además la ayuda para consolidar el pacto podría llegar desde fuera, ya que el PSPV ha ofrecido esta misma semana, después de conocerse que Vox rompía su pacto de gobierno de la Generalitat con los populares, un acuerdo de estabilidad para que PP y Ens Uneix no dejen en manos de la extrema derecha la gobernabilidad de la institución y asegurar la aprobación de los presupuestos.
Fin al caso Alqueria
Entretanto durante este año el caso Alqueria quedaba enterrado definitivamente. Si la Fiscalía lo recurrió el PP no, y pese a que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) confirmaba la absolución, no dejó de remarcar que “sorprendentemente las acusaciones populares ejercidas por el Partido Popular y por la entidad Acción Cívica contra la Corrupción ni formularon su propio recurso ni se adhirieron al interpuesto por el Ministerio Fiscal”.
Para acabar de echar tierra y para curar las heridas esta semana, con el apoyo de todos los grupos políticos, se aprobaba destinar 1,3 millones a pagar los gastos judiciales de Alqueria. Se trataba de un gasto de aproximadamente 90.000 euros de media por la defensa de cada uno de los 14 encausados.
En este pleno la diputada Enguix recibió críticas por parte de PSPV y Compromís por el hecho de haber pactado el gobierno con el partido que llevó a sus líderes al banquillo de los acusados. Pero la vicepresidenta lamentó “el oportunismo político sin límites” de socialistas y nacionalistas “que utilizan el dolor para atacar a Ens Uneix, y hacen política sucia con un tema del que todos y todas deberíamos haber aprendido”.
En conclusión Enguix también agradecía el apoyo de todos los grupos a la aprobación de la indemnización por un caso “que no tendría que haber pasado nunca. No esperaba otra cosa de partidos políticos democráticos, pero no quiero hablar de los apoyos que tuvimos porque todos saldríais perdiendo”.
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