Corrupción, evasión fiscal, financiación del terrorismo y exclusión financiera, grandes desafíos de la economía global
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, destacó en Valencia la corrupción, la evasión fiscal, la financiación del terrorismo y la exclusión financiera como los grandes desafíos de le economía global.
En su discurso inaugural ante el plenario del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que acoge estos días Valencia con 800 delegados de esta agencia intergubernamental -creada en 1989 por el G7 para impulsar un marco internacional de las normas de prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo- Lagarde ha pedido “intensificar la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal”.
En su opinión, el efecto dominó que provoca el impago de impuestos es un detonante de un “descontento popular e inestabilidad económica”.
La evasión fiscal, recordó, provoca “mayor deuda pública y menos inversión en educación, sanidad y otros servicios públicos. Significa más desigualdad, porque los más vulnerables son los más afectados por la fuerte caída del gasto social”.
Lagarde anunció que el FMI publicará un informe sobre el impacto de la corrupción en el crecimiento económica y elogió el trabajo del Grupo de Acción Financiera, presidido por el español Juan Manuel Vega-Serrano, a favor de la transparencia.
En este sentido, recordó Lagarde, revelaciones como los 'Papeles de Panamá', sobre el complejo sistema de sociedades opacas para ocultar capitales, demuestran la importancia de incidir en este trabajo.
Lagarde también hizo un llamamiento a “ahogar los flujos financieros” que alimentan el terrorismo en todo el mundo, algo para lo que pidió un mayor trabajo de capacitación y el entendimiento de nuevas tecnologías financieras, como las monedas virtuales.
En este sentido, recordó el llamado 'fintech' (nuevas tecnologías financieras) son un “arma de doble filo”, que pueden ser utilizadas por redes terroristas, pero puede servir de línea de defensa contra ellas.
Otro punto que destacó Lagarde fue la necesidad de evitar la exclusión de personas en países en desarrollo del sistema bancario, para lo que pidió mejores marcos reguladores.
Un objetivo común de la industria y los reguladores
El ministro de Economía, Luis de Guindos, por su parte, ha defendido que la lucha contra la financiación del terrorismo y el blanqueo de capitales debe ser vista como “un objetivo común para la industria y los reguladores”.
En su intervención, el ministro ha mostrado “respeto y admiración” por el trabajo del GAFI, que ha logrado “combatir la delincuencia financiera aunando conocimientos técnicos y operativos”. El marco global de normas establecido por este grupo intergubernamental ha conseguido mucho, pero, según de Guindos, “queda mucho por hacer”.
Aunque el GAFI ha adoptado normas para la transparencia y la identificación de los titulares de las personas jurídicas y de entidades sin personalidad, su aplicación sigue representando “un reto en muchos países”.
“La consecución de un alto nivel de transparencia es una meta no sólo para el Grupo de Trabajo de Acción Financiera, sino también para otros organismos como el G20 o la Unión Europea”, según el titular español de Economía.
Registros interconectados
Ha valorado que a nivel europeo se haya tomado la “importante decisión” de exigir a todos los Estados miembros que creen registros interconectados que contengan información sobre los beneficiarios efectivos.
También ha aplaudido el “duro trabajo” del GAFI para “comprender” la naturaleza del llamado 'de-risking' (eliminación del riesgo), un fenómeno generado cuando las instituciones financieras restringen los negocios con países o clientes para evitar riesgos, en lugar de gestionar dichos riesgos.
“Se trata de un problema grave que puede obstaculizar la competencia, crear exclusión financiera y reducir la transparencia, aumentando así los riesgos de blanqueo y financiación del terrorismo”, ha explicado De Guindos.
En cuanto a los riesgos relacionados con la innovación tecnológica, el ministro ha dicho que la industria de servicios financieros “ha experimentado drásticos cambios liderados por la tecnología que pueden tener un impacto perjudicial desde el punto de vista de los temas de blanqueo”.
A su juicio, “las autoridades nacionales tiene que abordar este fenómeno, pero necesitan ayuda para regular estas nuevas actividades” y el GAFI, “por su posición global, está en la mejor situación para mostrar el camino”.
Colaboración con comunidades FinTech y RegTech
FinTechRegTechRespecto a la presidencia española de la entidad, que acaba ahora tras un año al frente de Juan Manuel Vega, director general del Sepblac (Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales y de la Financiación del Terrorismo), el ministro ha valorado que haya tenido como prioridad el desarrollo de un partenariado con las comunidades FinTech (sector tecnofinanciero) y RegTech (empresas tecnológicas que ayudan a cumplir con la regulación).
Esta iniciativa de Vega “será beneficiosa para ambas partes”, pues en su opinión ayudará al GAFI a ser más proactivo en el desarrollo de normas, orientaciones y mejores prácticas, así como en la anticipación de nuevos riesgos, y permitirá a la industria de FinTech y Regtech identificar mejor los riesgos en sus modelos de negocio y gestionarlos.
También ha apoyado que el GAFI revise su gobernanza y mandato, incluyendo una reflexión sobre su futuro estatuto jurídico, pues esos cambios podrán aumentar su eficacia como organización.