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Naturaleza, historia y aventura, bajo tierra en las Coves de Sant Josep

Les Coves de Sant Josep, en Vall d'Uixò.

elDiariocv

València —
30 de septiembre de 2025 10:11 h

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El río subterráneo navegable más largo de Europa, que además es una maravilla geológica, está en La Vall d’Uixó, en la Plana Baixa de Castellón. Se trata de las Coves de Sant Josep, descubiertas desde hace 17.000 años, un tesoro natural de estalactitas y estalagmitas recorrido por un río bajo tierra que se puede atravesar.

Ubicadas a dos kilómetros del centro de Vall d’Uixó, las Coves de Sant Josep se desarrollaron en el periodo del triásico medio y ofrecen una experiencia que combina naturaleza, historia y aventura. Un viaje en barca por sus galerías permite adentrarse en un paisaje único, donde el agua, la roca y el tiempo han creado un escenario de magia natural que cautiva a más de 200.000 visitantes cada año.

Un paseo subterráneo de gran belleza natural

El 3 de septiembre de 1897 José Gimeno Lasala, ingeniero, llegó a un “sitio que se me dijo nunca había visitado el hombre”, según consta en el acta depositada en el Archivo Municipal de Vall d'Uixó del 25 de septiembre del mismo año. Acompañado por el barquero Vicente Navarro, ambos se internaron 443 metros en la cueva, sin poder encontrar el origen del agua.

A partir de entonces se sucedieron las exploraciones y descubrimientos, hasta que en 1950 la cavidad se urbanizó definitivamente. Las visitas de espeleólogos y escafandristas para escrutar las características y la belleza de esta cueva se mantuvieron, hasta que en 1975 profesionales del Centro de Recuperación e Investigaciones Submarinas y del Club Muntanyenc Barcelonès -el primer grupo de espeleología de la península- superaron los sifones y llegaron hasta el final conocido de la cavidad.

El paraje natural de las Coves de Sant Josep.

Hoy en día la visita a las Coves de Sant Josep se inicia en un embarcadero, desde donde parte una barca que recorre 800 metros de la cueva subterránea, que se alternan con otros 250 de la galería seca, que se recorren a pie. El paseo tiene una duración aproximada de 45 minutos y, a medida que se avanza por el río, la naturaleza subterránea se despliega ante el visitante. Estalactitas y estalagmitas de diversas formas y tamaños cuelgan del techo y emergen del suelo, creando formaciones que desafían la imaginación. Las luces estratégicamente colocadas resaltan la belleza de estas estructuras y originan un espectáculo visual singular.

Junto al encanto de la naturaleza, las Coves de Sant Josep también ponen al descubierto vestigios de ocupación humana, como los yacimientos arqueológicos de la entrada, con pinturas y grabados en la roca. Por todo ello, en 2017 fueron declaradas Bien de Interés Cultural y Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Actividades para todos los públicos

Este tesoro geológico ofrece una variedad de experiencias que van más allá de la visita en barca tradicional. Para los aventureros, las cuevas también se exploran con espeleokayak, en kayak individual o doble por el río, y cada uno va a su ritmo, sin un barquero que los lleve. Los más intrépidos pueden adentrarse en rincones vírgenes de la cavidad, nunca antes abiertos al público, con la inmersión espeleológica.

Desde 2016, esta gruta subterránea también acoge cada año el ciclo de conciertos acústicos Singin' in the Cave, donde la música y la resonancia natural crean una atmósfera envolvente y emotiva. Blanca Paloma, Russian Red, Carmen París, Alfred García, Santi Balmes o Christina Rosenvinge son algunos de los artistas que han actuado en las cuevas.

Trabajos en el poblado ibérico de Sant Josep, en la Vall d'Uixò.

Un enclave lleno de historia

Pero las Coves de Sant Josep son más que un paraje natural y un recurso patrimonial milenario. A su alrededor también late la historia, como en el poblado ibérico de Sant Josep, un yacimiento arqueológico situado en lo alto de un cerro con restos de un asentamiento íbero de más de 2.500 años. También conserva restos de un asentamiento romano de entre los siglos IV y V. Actualmente está siendo objeto de una excavación en profundidad gracias a la Unión Europea y a los fondos Next Generation EU, que sacará a la luz nuevos hallazgos con información clave sobre cómo vivían nuestros antepasados y conectando naturaleza, patrimonio y cultura en un mismo espacio.

En la superficie también merece una visita guiada el Camino del Agua, para conocer el patrimonio arquitectónico del casco antiguo de la Vall d'Uixó, ligado a su historia hídrica. O recorrer la Línea XYZ, un cinturón defensivo de 150 kilómetros construido en 1938 que unía Cuenca con Almenara y que conserva trincheras, refugios antiaéreos, cinturones defensivos y otras construcciones bélicas.

Los más experimentados podrán realizar la vía ferrata 'Sants de la Pedra', situada en la zona de Cingles de Tido, sobre el barranco d’Aigualit en la Vall d’Uixó. Son 119 metros de recorrido con varios juegos aéreos, como el 'paso del pajarito', y unas vistas espectaculares del municipio, situado a medio camino entre la montaña y el mar mediterráneo.

Trabajos arqueológicos en el poblado ibérico de Sant Josep, en la Vall d'Uixò.
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