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El exdirector de Vaersa se queja de que el Gobierno del Pacte del Botànic auditara sus gastos avalados con el PP

A la derecha, el exdirecor de Vaersa Felipe Espinosa a la salida de la Ciudad de la Justicia.

Lucas Marco

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Todo el juicio ante un tribunal del jurado contra Felipe Espinosa, exdirector de la empresa pública Vaersa, gira en torno a un informe de la Intervención de la Generalitat Valenciana que repasa los gastos de la tarjeta Visa Oro del antiguo alto cargo. La defensa de Espinosa ha destacado ante el jurado popular que las pesquisas sobre las presuntas irregularidades se inician en 2015, cuatro años después de que el acusado fuera cesado.

Aquel año también cambió el color político del Ejecutivo autonómico tras casi dos décadas de poder absoluto del PP. El letrado ha aludido a una suerte de conspiración para hacer pasar a su cliente por un “calvario mediático”. De hecho, durante la primera jornada del juicio, el abogado hizo referencia al aval de los gastos por parte de cuatro consellers del PP de los que dependió sucesivamente la mercantil pública.

El viceinterventor general de la Generalitat Valenciana, Ignacio Pérez, ha declarado como testigo y ha explicado que la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, entonces dirigida por Elena Cebrián, encargó a la unidad especial que dirigía el análisis de los llamativos gastos de la tarjeta. El testigo ha aclarado que esa unidad se creó en 2012, durante la presidencia de Alberto Fabra.

La Intervención envió un burofax al domicilio de Espinosa para ofrecerle aportar sus alegaciones, sin recibir respuesta alguna. La defensa del exdirector de Vaersa sostiene que esa comunicación nunca llegó a su destinatario que se había mudado de domicilio.

El letrado del acusado ha intentado escenificar ante el jurado una retahíla de testigos que confirmaran que mantenían comidas de trabajo con el exdirector de Vaersa incluso los fines de semana. Sin embargo, ninguno ha asegurado a ciencia cierta que esas comidas fueran en el restaurante del club social de la urbanización Alfinach de Puçol donde residía el acusado. En ese restaurante figuran numerosos pagos con la tarjeta de la empresa en días festivos. “No recuerda haber comido con el el club social, ha comido con él por motivos de trabajo entre semana pero no en Alfinach”, ha declarado la antigua directora de Recursos Humanos de Vaersa.

Eso sí, varios testigos han asegurado que tenían disponibilidad durante toda la semana al tratarse de una empresa pública que se encargaba de los incendios forestales. “Cuando hacia falta estaba, él, los directivos y hasta el conseller”, ha agregado la testigo. El exjefe del departamento jurídico también ha negado haber comido con Espinosa “al lado de su casa”.

Otro testigo, director de administración y finanzas de Vaersa durante más de una década, ha dicho que al incorporarse Espinosa a su puesto de libre designación “dijo que todo lo de la tarjeta eran gastos de empresa”.

“El anterior director todos los meses cuando venía liquidación de la tarjeta se repasaba y él lo dividía entre lo que eran gastos de empresas y gastos personales, la diferencia la ingresaba en la caja de la empresa”, ha explicado. Sin embargo, Espinosa “dijo que todo eran gastos de empresa”. La defensa del acusado argumenta que los billetes de 500 euros que sacaba en el cajero con la Visa Oro eran anticipos a cuenta para gastos profesionales, como viajes. Sin embargo, el exdirector de Administración y Finanzas de Vaersa ha asegurado: “Si ha sacado dinero en efectivo no es un anticipo, supongo que es dinero a justificar”.

El exjefe de área de incendios forestales de la empresa pública también ha refrendado que comió alguna vez durante los fines de semana con Espinosa pero no recuerda que fuera en Alfinach. Sobre el gasto del 1 de enero en una tienda de esquí de Andorra, la defensa ha preguntado a la secretaria de dirección, que ha comparecido como testigo, si su jefe les hacía regalos de cortesía en Navidad. La mujer ha asegurado que “un par de años” su jefe le hizo un presente pero también ha agregado: “Yo no sabía que se detalle lo había pagado la empresa porque si no no lo hubiera pedido”. 

El único testigo que se ha referido a comidas en el famoso restaurante del club social de la urbanización de Espinosa ha sido el ingeniero J. C. A. D., quien mantiene una relación profesional con el acusado desde hace unos 18 años. “Daba la casualidad de que vivo en mismo pueblo, las comidas se hacían o en mi urbanización o en la suya, nos repartíamos un poco entre las dos urbanizaciones”, ha explicado el ingeniero. 

Felipe Espinosa ha sido, a petición de su defensa, el último en declarar. El hombre ha sacado pecho por los resultados de la empresa pública durante su etapa (unas cifras que la fiscal ha cuestionado). El acusado ha repasado los puestos de libre designación que ocupó, nombrado a dedo por consellers del PP, pero ha negado que sea afiliado al partido. Su puesto, ha dicho, era estrictamente de carácter profesional.

“El aumento de facturación y de empleo era de las cosas que más me importaban, muchas semanas trabajaba siete días a la semana”, ha declarado para intentar justificar los gastos de la tarjeta durante el fin de semana. Sobre un gasto de 509 euros en Leroy Merlin, no ha recordado a qué se debía pero ha apuntado: “Seguro que era para la empresa”. La misma respuesta ha usado para el gasto en una tienda de esquí el día de Año Nuevo del 2011.

El letrado ha quitado importancia a las tres condenas que arrastra Espinosa. Así, los procedimientos “han terminado concluyendo que no ha habido ninguna malversación”, ha asegurado ante el jurado. Sin embargo, la fiscal ha pedido que se incorpore la hoja histórico penal del acusado que refleja que ha sido condenado por prevaricación y por delito societario y apropiación indebida.

La Fiscalía ha rebajado su petición de pena de prisión a cuatro años, además de una década de inhabilitación, a consecuencia de las dilaciones indebidas. El letrado de la Abogacía de la Generalitat Valenciana se ha adherido a la petición de pena.

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