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Toni Cantó, un actor de sigla en sigla que acaba en el PP

Toni Cantó, en las dependencias de las Corts Valencianes.

Laura Martínez / Adolf Beltran

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En abril de 2015, con la campaña en su recta final, las posibilidades electorales de Unión Progreso y Democracia (UPyD) en las elecciones autonómicas de mayo eran cada vez más oscuras ante la irrupción de una nueva formación de pretensiones centristas encabezada por Albert Rivera, y muy apoyada por ciertos medios de comunicación. En un hotel, Toni Cantó (València, 1965), cabeza de lista del partido de Rosa Díez por Valencia, anunció en rueda de prensa que se retiraba y dejaba a la formación en la estacada. Uno de los periodistas presentes formuló esta pregunta: “¿Se va usted para no quemarse con una derrota a fin de poder incorporarse a Ciudadanos?”. Cantó respondió, aparentemente indignado: “Yo no hago eso”. Pero lo hizo.

Tras anunciar que devolvía el acta como diputado en el Congreso, añadió que se mantendría como afiliado para defender en el congreso de UPyD la confluencia con Ciudadanos. Cantó, que había sido el único diputado de UPyD por Valencia en las elecciones generales de 2011, ya iba tres meses después como número dos por Valencia en las listas para las elecciones generales de Ciudadanos, formación por la que obtuvo otra vez un acta de diputado.

Solo un mes antes de su espantada, la formación de Rosa Díez no había superado la barrera electoral andaluza, pero sí lo hizo el incipiente Ciudadanos, el Podemos de derechas que reclamaba la patronal, con nueve diputados. Con su nombre impreso en las papeletas y su cara en los carteles, el candidato abandonó en València el coche rosa y se subió al tren naranja. “La única carrera que me planteo es la de volver al teatro”, había dicho al dejar el barco de UPyD. Este lunes, al salir de la Ejecutiva que los críticos con Inés Arrimadas forzaron y anunciar su dimisión de Ciudadanos, aseguraba: “Lo único que me planteo ahora es llamar a mi representante para ver si puedo empezar a trabajar en lo mío dentro de poco. Estoy cabreado, triste y jodido”.

El actor repite ahora ese papel seis años más tarde. Sin noticias sobre el resultado de las llamadas a su representante, apenas diez días más tarde se ha reunido con la dirección del PP para cerrar su incorporación “como independiente” a las listas de Ayuso. El fichaje lo ha pilotado el número dos de Casado, Teo García Egea, y la dirección nacional saludó su llegada con estas tres frases: “Toni Cantó formará parte de la candidatura de Isabel Díaz Ayuso como independente. El PP abrió las puertas a simpatizantes, afiliados y cargos de Ciudadanos. Entre socialismo y libertad, Cantó apuesta por la libertad y hace más grande nuestra formación política”.

“Lo primero que intenté, desde hace meses, es que confluyeran ambos partidos. Visto que la directiva de mi partido se negaba rotundamente, lo intenté desde dentro, hice un último intento... A partir de ahí se ponen en contacto conmigo [desde Ciudadanos]”. Las declaraciones pertenecen a una entrevista con el diario El País el día de su fichaje por Ciudadanos en 2015, unas palabras que, parafraseando a Mark Twain, parecen rimar con las que el político pronunciaba al salir de la Ejecutiva el pasado lunes 15: “El centroderecha no puede perder la Comunidad de Madrid. Debemos ir con el PP a elecciones”. Una opción, que, según se desprende de sus palabras, el político planteó pero la Ejecutiva no aceptó. Vistos los precedentes, todo el mundo se pregunta si Cantó acabará en una lista del PP.

Como hiciera en UPyD, Cantó, que en 2007 había formado parte un partido local denominado Vecinos por Torrelodones con el que concurrió a las elecciones locales en el número cinco de la lista (“decidimos remangarnos y pringarnos durante una temporada en la política municipal para que las cosas se arreglen”, dijo entonces), replicó en Ciudadanos el camino inverso al de muchos políticos: comenzó como diputado en el Congreso y luego volvió a su Valencia natal a ser candidato a la Generalitat Valenciana. La jugada con Ciudadanos salió bien, ya que consiguió ser portavoz del grupo parlamentario en las Corts Valencianes. Con él como cabeza de cartel, el grupo parlamentario, antes dividido hasta el extremo de que cuatro diputados marcharon al grupo de no adscritos, multiplicó su presencia en la Cámara valenciana, pasando de 13 a 18 escaños. Nunca se podrá demostrar si se debió a su campaña o al adelanto electoral del presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, que hizo coincidir las autonómicas con las estatales en las que Albert Rivera obtuvo 57 diputados. Meses después, Rivera se quedaría con 10 en el Congreso y comenzaría el descalabro de la formación naranja.

Cantó llegó a las Corts Valencianes desplazando como portavoz a Mari Carmen Sánchez, que había sido designada en sustitución de Alexis Marí, exdirigente de la formación naranja que dimitió junto a otros tres miembros del grupo parlamentario alineados con la exportavoz Carolina Punset ante el cambio de rumbo del partido comandado por Rivera. Fue entonces cuando Ciudadanos borró el apellido socialdemócrata y comenzó a endurecer su discurso, ansioso por devorar a un PP en declive y atizado por escándalos de corrupción. Los de Marí acuñaron el hastag #SinTrampaNiCantó para acompañar las informaciones relativas al parlamentario. Era fruto de una rivalidad previa: Cantó se presentó a las primarias de UPyD contra Marí, y las perdió. Marí fue el primero en salir de la formación magenta, para incorporarse a Ciudadanos y luego embroncarse con su líder, Albert Rivera. Allí, en Ciudadanos, Marí volvió a encontrarse con Cantó y a ganarle unas primarias, aunque Rivera acabó aupando al actor a la primera fila.

El ya exportavoz de Ciudadanos ha dado tantos saltos de sigla en sigla que disfrazarlo de camaleón en un show televisivo, como hace unos meses en una conocida cadena, no dejaba de ser irónico. Actor de profesión, su pasado en el cine y la televisión le ha hecho ganarse la simpatía de muchos ciudadanos y una popularidad que se ha llevado al escaño. Haciendo un uso desacomplejado de la demagogia, se ha convertido en uno de los oradores más llamativos de la legislatura en las Corts Valencianes. Sus discursos, cargados de agresividad, se han hecho virales.

Cantó ha pasado por diversas etapas desde su llegada al parlamento valenciano, en las que ha variado su relación con los socialistas y con su líder, Ximo Puig, pasando de acusarle de ser “el PSC valenciano”, supuestamente aliado de independentistas y terroristas, a intentar, como Inés Arrimadas con los Presupuestos Generales del Estado, que le dejaran apoyar las Cuentas de la Generalitat Valenciana mediante la introducción de medidas sin apenas impacto. Tanto es así que llegó a negociar con la conselleria de la vicepresidenta Mónica Oltra, de Compromís, a quien acusa de ser una líder independentista valenciana, para aumentar las plazas en residencias públicas durante la pandemia. Roto el romance con los socialistas, el diputado naranja volvió a ser la oposición más dura contra Puig, superando al PP y a Vox en muchos aspectos. “En algunos temas, el de Cantó podría ser un discurso mío o suyo el mío”, declaraba hace unos días en una entrevista José María Llanos, presidente del grupo parlamentario de Vox en las Corts Valencianes. Llegado el 8 de marzo, el portavoz naranja publicaba un artículo de opinión en defensa del feminismo, pese a haber hecho años antes discursos contra las denuncias falsas por violencia machista –que no llegan ni al 0,1% del total por violencia de género–. El extremo centro.

Toni Cantó ganó popularidad asesorado por un activista en redes y referente de la 'alt-right' española en el que la Fiscalía y varios dirigentes de izquierdas han puesto el foco. Los socialistas han llevado algunas acciones de Alvise Pérez, exasesor de Cantó en las Cortes Valencianes, al juzgado por acoso y difamación, como la difusión de acusaciones falsas o de imágenes del ministro José Luis Ábalos en su domicilio. El consultor político fue jefe de Gabinete de Cantó en su etapa en el Congreso y llegó con él a las Corts Valencianes, donde se encargó de su imagen política con mensajes que se viralizaban rápidamente y mantenían una estructura similar a los que difunden la extrema derecha europea o los afines a Donald Trump en Estados Unidos: teorías conspiratorias, datos difícilmente verificables y datos falsos o declaraciones fuera de contexto fácilmente manipulables. Puro estilo fake news aderezado con ciertas fobias contra colectivos vulnerables. En conversación con elDiario.es el pasado año, negó toda relación con técnicas de extrema derecha y afirmó sentirse más liberal que conservador. Pérez, ya sin vinculación con Ciudadanos, continua haciendo campañas en redes sociales contra el “gobierno del bulo”, pero Cantó mantiene su estrategia argumental: agita, que algo queda. O que hablen de uno, aunque sea mal.

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