Presidente suplente

El PP cierra en falso la etapa del “mazonismo”

Pérez Llorca sale a jugar de la mano de Vox los “minutos de la basura” de esta legislatura

La derecha jugará lo que queda de legislatura valenciana con un suplente al frente de la Generalitat. Lo acredita el hecho de que Juan Francisco Pérez Llorca, hasta ahora secretario general del PP de la Comunitat Valenciana y alcalde de Finestrat (municipio donde, por cierto, su huella urbanística es un boom de chalets de lujo y construcciones fuera de ordenación), se haya presentado a la investidura como un jugador menor a quien la lesión, más bien el descalabro, del titular ofrece una oportunidad que no esperaba, una ocasión que aprovecha sin más pretensión que protagonizar el tiempo de descuento.

Con su predecesor ausente del hemiciclo de las Corts Valencianes para evitar ser el foco de atención y que se desviara el debate, Pérez Llorca se limitó a repetir las monsergas ya conocidas, poniendo énfasis en aquellas que dan satisfacción a los ultras que han de sostener su Consell como hicieron en todo momento con el gobierno de Carlos Mazón, incluso cuando ya era carne de dimisión irrenunciable tras el ignominioso episodio de las inundaciones mortales de las que se había desentendido para pasar la tarde con una periodista y sus posteriores mentiras al tratar de ocultarlo.

Estos días hemos sabido que, no es que Mazón comiera con la periodista Maribel Vilaplana aquel 29 de octubre de 2024, ni que dejara de atender sus responsabilidades durante una larga sobremesa, sino que, en realidad, pasaron juntos hasta casi las ocho de la noche, una hora en la que habían muerto ya la mayoría de las 229 víctimas de la catástrofe. La jueza de Catarroja que investiga la dana ha podido establecerlo así al comprobar la hora del pago del tiquet del aparcamiento donde la periodista había estacionado el coche, lo que ha abierto nuevas incógnitas sobre el relato de Mazón.

No es de extrañar que la dirección del PP que encabeza Alberto Núñez Feijóo tenga prisa por enviar a Mazón al cajón de la historia, ni que Salomé Pradas, la que fue consellera y ahora está imputada en la investigación de la gestión de la emergencia, apunte ya hacia él en una entrevista en la Sexta. Lo raro es que puedan imaginar que “empieza una nueva etapa”.

Pérez Llorca lanzó en su discurso todos los guiños a Vox que la extrema derecha exigía, contra los menores migrantes, contra el Pacto Verde Europeo y por el negacionismo del cambio climático, a favor de bajar más impuestos y de atacar al Gobierno de España que preside el socialista Pedro Sánchez. En definitiva, más de lo mismo que Mazón asumió desde el principio de la legislatura sin ningún complejo.

Resolver la crisis que ha llevado a la caída de Mazón mediante otro Consell presidido por el PP con el apoyo parlamentario de Vox, sin convocar elecciones, es lo que Javier Pérez Royo ha calificado en este mismo diario como “un cierre en falso” que no resarcirá a las familias de las víctimas de la humillación a la que han sido sometidas durante un largo año, por más que Pérez Llorca se muestre ahora dispuesto a pedirles perdón (siempre tratando de extender la responsabilidad también al Gobierno central, cuando en El Ventorro no se sentó a comer representante alguno de esa administración).

Tiene razón el portavoz socialista en las Corts Valencianes, José Muñoz, al considerar a Pérez Llorca un continuador del “mazonismo”. Es lógico que la líder del PSPV, la ministra Diana Morant, exija “elecciones ya” y también que el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, critique que se elija en Madrid, en los despachos del PP y Vox, al presidente de los valencianos, “en lugar de devolverle la voz a la ciudadanía”. Con los estigmas de testaferro de Mazón y marioneta de la extrema derecha como cualidades, Pérez Llorca sale a la cancha sin más expectativa que jugar los minutos de la basura.

La versió en valencià d'elDiario.es

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