Una investigación de la policía “caza” a la exdirectora del IVAM y su marido Rafael Blasco: viajes de placer con la familia pagados con fondos del museo
Hoteles de cinco estrellas en Shanghai, de cuatro en Roma, habitaciones dobles para toda la familia en Madrid... El matrimonio formado por la exdirectora del IVAM, Consuelo Císcar, y el exconseller condenado por corrupción, Rafael Blasco, vivía a todo trapo. Eso sí, pagaba el museo que dirigía Císcar, según apunta un oficio de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía entregado a la jueza.
Los investigadores del caso IVAM han obtenido correos electrónicos, documentos manuscritos y facturas de las empresas de transportes que trabajaban para el museo durante la época de Císcar que muestran cómo la pinacoteca financió presuntamente el lujoso tren de vida del matrimonio. En la causa, que investiga el Juzgado de Instrucción número 21 de Valencia, también está imputado el artista Rablaci, hijo del matrimonio Císcar-Blasco, y varios antiguos directivos del museo.
Una trabajadora de una de las empresas de transporte retrató al clan —y a toda una época pasada— en uno de los e-mails: “es una familia complicada, pero son superpoderosos”. La empresa Sakvitur SL reservó habitaciones en marzo del 2009 para el matrimonio “súper VIP” y su hijo, así como para las hijas del primer matrimonio de Císcar, que iba a recoger un premio.
Durante su etapa al frente del museo, Consuelo Císcar tuvo cierto predicamento y poder en los círculos artísticos pese a sus más bien limitados conocimientos culturales. La directora de una de las más importantes pinacotecas de España, nombrada por el Partido Popular, “siempre duerme en el Palace”, apunta la trabajadora de la agencia de viajes. En esta ocasión, Císcar cambió su alojamiento por otro hotel del Paseo del Prado. “Es maravilloso que, en esta ocasión, que viaja con los que más quiere duerma en vuestro hotel. Sé que no tengo que decir nada más”, señala la mujer. “A ella, por favor, mucho caso”, añade.
En Shanghai (China), el matrimonio y su hijo Rablaci (acrónimo de Rafael Blasco Císcar) optaron por alojarse en un hotel de cinco estrellas. El hijo del matrimonio, cuya carrera artística atraviesa un periodo sin pena ni gloria tras la caída en desgracia de su madre, había expuesto en el gigante asiático. Durante aquel viaje de marzo del 2009 una de las trabajadoras de la empresa Sakvitur SL tuvo que modificar la documentación porque “el nombre del conseller [Rafael Blasco] no debe figurar en la factura”. “Ayer nos llamó para decirnos que el nombre del conseller no debe aparecer”, cuenta la trabajadora a uno de sus subordinados. En aquel momento, Blasco era conseller de Solidaridad y Ciudadanía y se dedicaba, según confesión propia y sentencia del Tribunal Supremo, a robar los fondos públicos de la cooperación valenciana.
La UDEF cree que la documentación intervenida “sugiere” que Císcar utilizó las empresas contratistas del museo para viajar acompañada por su marido y otros familiares, “todo ello a cargo del IVAM”.
La situación del clan es enormemente complicada. El Juzgado del caso IVAM mantiene imputados a Císcar y a su hijo Rablaci y ha embargado a la exdirectora del museo bienes valorados en un millón de euros. El exconseller está a la espera de la sentencia por las piezas dos y tres del caso del saqueo de la cooperación valenciana, tras el controvertido pacto que alcanzó con la Fiscalía Anticorrupción del que se desmarcó la Abogacía de la Generalitat. Además, Blasco figura como querellado por Anticorrupción en el caso Osvaldos, una causa que investiga el Juzgado de Instrucción número 6 de Valencia y en la que también están imputados dos sobrinos del exconseller (uno de ellos, Sergio Blasco, exgerente del Hospital provincial) y otro familiar. El otro caso en que Rafael Blasco estaba investigado fue archivado por el mismo Juzgado tras un informe clave de la Intervención de la Generalitat, tal como informó este diario.
