Crostata de ricotta: cómo se prepara el postre típico que se puede encontrar en cafeterías y panaderías del Vaticano

Crostata de ricota

Elena Segura

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A dos semanas de la muerte del papa Francisco, miles de personas se congregan estos días en los alrededores de la capilla del Palacio Apostólico del Vaticano, de cuyo comignolo (chimenea) asomó este martes una fumata negra. La primera de las votaciones del cónclave se saldó sin un acuerdo para nombrar al líder de la Iglesia católica. Fieles llegados del extranjero e italianos de distintas partes del país que se han dado cita en Roma para presenciar el nombramiento de un nuevo papa pueden aprovechar estos días para hacer turismo por la Ciudad Eterna, su Coliseo, la Fontana di Trevi o el barrio del Trastevere, y darse algún capricho gastronómico probando su famosa crostata de ricota.

Este exquisito postre se puede degustar en el interior de los muros vaticanos, las cafeterías que encontremos en las inmediaciones de la Basílica de San Pedro y muchas de las panaderías y pastelerías de Roma. Este bocado dulce tiene su origen en Sicilia y destaca por los contrastes de texturas y sabores. Envuelto en una masa con una terminación crujiente, el relleno de ricota queda muy suave y con un acabado espumoso.

Una tarta con origen en un decreto papal

Pórtico de Octavia

De generación en generación se ha ido transmitiendo esta receta siciliana, que arraigó en el barrio judío de Roma más que en cualquier otro lugar. Como pasa con todas las recetas tradicionales, en cada casa se juega con los ingredientes y cada hogar introduce unos u otros en función de sus gustos. Hay quien añade a esta tarta cacao, cerezas agrias (visciole, en italiano) o anisetto, un licor italiano de anís.

Si tienes previsto viajar a Roma, no olvides pasar por el gueto judío, en el Pórtico de Octavia, y buscar alguna de sus panaderías con más tradición. Las hay abiertas desde el siglo XIX, como la de Il Boccione, de la familia Limentani, en la que aseguran que su receta es la original y que nació en el siglo XVIII. La historia cuenta que en esas fechas un decreto del papa prohibió a los judíos la comercialización de productos lácteos y que para burlar la norma se les ocurrió esconder el queso ricota bajo una masa quebrada. Si quieres probar alguno de los dulces de la panadería, que sigue regentada por descendientes de la familia Limentani, tendrás que madrugar o echarle paciencia porque se forman unas largas colas.

Estos son los ingredientes que necesitaremos para elaborar este dulce:

Para la masa:

  • Harina de media fuerza, unos 350 gramos
  • Mantequilla (importante que sea sin sal) a temperatura ambiente, unos 175 gramos
  • Un huevo de tamaño grande
  • Añadiremos también una yema, también de huevo de tamaño L
  • Unos 130 gramos de azúcar glasé
  • Necesitaremos, además, media cucharada de postre de levadura química
  • Una cucharadita de extracto de vainilla
  • La ralladura de un limón
  • Y una pizca de sal 

Y tendremos que tener a mano para el relleno los siguientes ingredientes:

  • Unos 850 gramos de queso ricota, tiene que ser de oveja
  • Una cucharada de extracto de vainilla
  • Unos 100 gramos de azúcar glasé
  • La ralladura de media naranja y un cuarto de cucharadita de canela molida

La receta

Te contamos, paso a paso, cómo elaborar esta delicia italiana que aunque te llevará algo de tiempo resulta muy sencilla de preparar y el resultado es espectacular:

  1. Lo primero que vamos a hacer es preparar la masa. Para ello, vamos a mezclar en un bol o sobre una superficie plana y bien limpia todos los ingredientes hasta que quede una masa suave. La vamos a dividir en dos partes. Una de ellas, que utilizaremos para cubrir el molde de la tarta, la vamos a hacer más pequeña. Envolvemos ambas con film transparente y las dejamos enfriar al menos 45 minutos en el frigorífico.
  2. Pasado ese tiempo vamos a estirar con un rodillo las dos bolas de masa, la que usaremos como base y la que hará de tapa. Ambas deben quedar con un grosor de unos 5 centímetros. La que vayamos a destinar a la base de la crostata irá al congelador y la que vayamos a emplear de tapa la volveremos a refrigerar hasta que la necesitemos.
  3. Mientras la masa continúa enfriándose, mezclaremos la ricota (debemos escurrirla bien) con el resto de ingredientes del relleno (la vainilla, el azúcar, la ralladura de naranja y la canela).
  4. Ahora lo que vamos a hacer es enharinar el molde y cubrirlo con la base de masa. Vertemos el relleno de ricota, cubrimos con la otra masa que hará de tapa, cerramos bien los bordes y la metemos de nuevo en el frigorífico al menos un cuarto de hora.
  5. Mientras podemos aprovechar para precalentar nuestro horno a una temperatura de 180º y cuando se haya refrigerado la tarta por el tiempo indicado, la introduciremos en el horno y la dejaremos cocinar durante una hora aproximadamente. La tarta tiene que quedar tierna por dentro pero dorada por fuera. Lo mejor es dejarla reposando hasta que pierda el calor, refrigerarla durante toda la noche y esperar para probarla al día siguiente.

Si te apetece preparar la versión con cereza agria, visciole, necesitarás un frasco de esta mermelada (de unos 300 gramos). En caso de que no encuentres la confitura de visciole, puedes emplear una de cerezas corrientes. Antes de añadir a la base de masa quebrada la mezcla de ricota, añadiremos una capa con la mermelada de cerezas.

Si después de probar con esta receta te quedas todavía con ganas de experimentar con algunos de los postres favoritos de los pontífices, puedes consultar 'The Vatican Cookbook', donde entre otras recetas encontrarás las del dulce de leche o los alfajores, dos de los postres preferidos del fallecido papa Francisco.

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