Comprar una bicicleta de segunda mano: en qué debemos fijarnos

Un empleado trabaja en la tienda Sanferbike, especializada en la reparación y venta de bicicletas, este viernes en Madrid

Jordi Sabaté

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“Tras el confinamiento y la vuelta a la nueva normalidad en junio de 2020, el mercado ciclista subió mucho, tanto bicicleta nueva como de segunda mano”. Quién lo cuenta es Ismael Labrador, uno de los fundadores de Tuvalum, una plataforma digital de compra y venta de bicicletas de segunda mano que desde Valencia distribuye bicicletas a toda Europa. 

La necesidad de hacer deporte para compensar las horas de teletrabajo y confinamiento y el requisito de practicarlo a cierta distancia de las demás personas, han hecho de la bicicleta, tanto de montaña como de carretera, un ejercicio ideal. En las ciudades también se ha notado está subida por la prevención ante las aglomeraciones en el transporte público. 

Pero Labrador destaca que es sobre todo el mercado de la segunda mano el que está teniendo una especial actividad, en el campo de la bicicleta de carretera y de montaña, no tanto en la urbana, en el último semestre. Según el director de marketing de Tuvalum, ello se debe a que “la cadena de fabricación está totalmente rota, porque China sigue parada”. 

Se refiere a que en este sector, aunque haya muchas marcas, “casi todas fábricas están en China, que produce un gran porcentaje de los cuadros y otros componentes sin los cuales no se puede montar una bicicleta”. Y en el gigante asiático, se empalmó el año nuevo chino con el inicio de la pandemia, y luego las restricciones en el resto del mundo…

Descubrir la segunda mano

De este modo, el mercado de la bici nueva está completamente parado desde hace casi un año: “en algunos modelos hay lista de espera de 7 a 8 meses, y lo peor es que se cierne una amenaza de rotura de stock de componentes”, enfatiza Labrador, que explica que “esto hace que la gente se incline hacia la segunda mano ante la tardanza de la nueva”. 

Labrador asegura que la segunda mano es “un mercado muy activo y con grandes modelos; muchos ciclistas federados [hay dos millones en el Estado] cambian de bicicleta cada dos o tres años y venden las antiguas, que suelen ser productos con una excelente relación calidad precio”. 

El experto señala que si bien en bici urbana no sucede así, los dueños de las de carretera y montaña las cuidan mucho, por lo que se pueden encontrar modelos muy interesantes a precios asequibles. De todas formas, recomienda prevención a la hora de comprar una bicicleta de segunda mano cuando no haya intermediarios que la garanticen y da una serie de normas para no tener disgustos. 

En qué fijarse al comprar una bicicleta de segunda mano

Lo primero que destaca Labrador es que “si vas a comprar la bici en internet, busca un sitio seguro y reconocido, con todas las garantías legales”. Si la quieres comprar en mano, deberás atender a los siguientes aspectos: 

  1. ¿Qué pasa si dentro de seis meses quieres otra mejor? No te dejes seducir por las gangas y compra una bicicleta que pasado un tiempo puedas amortizar si la revendes, ya sea porque te has cansado o quieres algo más sofisticado.
  2. Si es de carretera que sea de carbono y con frenos de disco, para poder venderla bien. Mejor pagar un poquito más para poder compensar la reventa. Si es de montaña, asegúrate que tenga transmisión monoplato, que también tiene buena salida comercial.
  3. Nunca compres sin una certificación de un mecánico independiente, porque las bicicletas, aunque su aspecto sea bueno, pueden tener daños ocultos que mermen su funcionamiento. Solo debes comprar tras una revisión mecánica positiva. 
  4. En el mercado de bici urbana hay que extremar las cautelas porque muchos dueños no cuidan su bicicleta, ya que la tiene como un utilitario y esto provoca que puedan tener mucho daño oculto. Por lo tanto se hace más necesario que nunca la revisión.

Qué ver a primera vista

Labrador propone comprobar: 

  • que al mover los pedales no haga ruidos raros. 
  • que al apretar los frenos no chirríen. 
  • que todo gire suave; que las marchas cambien sin dar saltos. 
  • que el cuadro (chasis) no tenga fisuras y no tenga abolladuras; puede tener arañazos, pero una abolladura significa que ha tenido una caída gorda. 
  • La holgura de las ruedas: si la rueda al girar se muestra descentrada es mala señal, aunque se puede arreglar. 
  • que no tenga ningún radio roto. 
  • el cierre de la tija; asegurarnos de que el tornillo no esté pasado de rosca. 
  • que el manillar que gire bien. 
  • la suspensión: mirar que una horquilla no está rota y que las barras de la suspensión no presentan arañazos profundos; también que no tenga pérdidas de aceite, así como que bloquee bien en todas las situaciones. 

Si todos estos aspectos están correctos, procederemos a llevar la bici a un mecánico independiente para que nos certifique que no posee daños ocultos.

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