Cómo conservar la comida en los días de calor: de los tres días del pescado a las tres semanas del huevo
Durante los meses más cálidos del año, conservar adecuadamente los alimentos se convierte en una tarea fundamental para evitar intoxicaciones alimentarias y cómo no, el desperdicio de comida. Las bacterias patógenas como la Salmonella, Escherichia coli o Listeria encuentran en el calor y en la humedad las condiciones ideales para reproducirse. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierte de que “entre los 5 °C y los 65 °C, la mayoría de microorganismos potencialmente patógenos crecen rápidamente y se multiplican en muy poco tiempo”. Por eso, cuando la temperatura ambiente es demasiado alta, los alimentos perecederos pueden suponer un riesgo para la salud en cuestión de horas si no se almacenan correctamente.
Si bien hay que procurar conservar todos los productos de la mejor manera posible, algunos alimentos son especialmente propensos al desarrollo de microorganismos, por lo que requieren una manipulación y conservación más rigurosas. Entre ellos se encuentran las carnes de ave, las carnes picadas, los pescados, los productos que contienen huevo crudo como salsas o mayonesas, la leche y los lácteos no pasteurizados, así como aquellos que no se cocinarán antes de su consumo, como frutas y verduras ya cortadas o comidas previamente elaboradas.
Por ello, guardar la comida durante los días de calor no es solo una cuestión de sabor o frescura, sino de salud. Con unos pocos hábitos preventivos, como refrigerar rápidamente, evitar el contacto cruzado y controlar las temperaturas, es posible disfrutar del verano sin riesgos alimentarios. Aquí te exponemos una guía práctica para almacenar de manera correcta los alimentos en días de calor extremo, con especial atención a esos productos más delicados.
Cuánto tiempo aguantan los alimentos
Lo primero que hay que hacer es conocer y tener en cuenta cuánto duran otros alimentos en la nevera para poder evitar posibles intoxicaciones:
- Los embutidos se mantienen seguros entre tres y cinco días
- Las carnes cocinadas entre tres y cuatro, y la carne cruda entre dos y cuatro días.
- Las carnes picadas y las aves crudas como el pollo o el pavo también deben comerse en uno o dos días como máximo.
- El pescado cocinado puede guardarse hasta tres días, mientras que el fresco debe consumirse en uno o dos.
- En cuanto a la leche y las bebidas vegetales abiertas, lo ideal es consumirlas en unos tres días.
- En esta misma línea, un dato que suele pasar desapercibido es que la pasta y el arroz ya cocidos solo se conservan de forma segura durante un día, por lo que conviene preparar solo la cantidad justa para evitar riesgos.
Consejos para una refrigeración segura
Saber cuanto duran aproximadamente los alimentos en buen estado es tan importante como saber cómo organizarlos dentro de la nevera. Para poder hacerlo correctamente, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda seguir los siguientes consejos clave:
- Mantener limpia tu nevera. La AESAN recomienda hacerlo al menos una vez al mes.
- Guardar separados los alimentos crudos de los cocinados para evitar la contaminación cruzada.
- Leer las etiquetas para conocer las condiciones de conservación de cada alimento y las fechas de caducidad o de consumo preferente.
- Ordenar la nevera. La agencia aconseja guardar los alimentos en el siguiente orden de arriba a abajo: alimentos cocinados o listos para el consumo (estante superior), huevos, productos lácteos y embutidos (estante del centro), carnes y pescados crudos (estante inferior), frutas y verduras (en el verdulero del frigorífico) y bebidas o alimentos como la leche o los zumos (en la puerta).
- Situar delante los alimentos que tienes que consumir antes y no dejarlos al fondo de la nevera.
- Descongelar los alimentos en los niveles inferiores de la nevera.
- Almacenar los alimentos siempre en recipientes cerrados.
- Si se abre un producto y no se consume en su totalidad, se debe retirar el envase original y trasladarlo a un recipiente hermético para su conservación en el frigorífico.
- Refrigerar o congelar los alimentos cocinados lo antes posible. Como consejo, si los separas en porciones se enfriarán antes. También sirve de ayudar poner etiquetas con la fecha para saber cuándo se prepararon y así evitar que se echen a perder.
Huevos: ¿en la nevera o fuera?
¿Dónde se deben colocar los huevos para que aguanten? Esa es la eterna duda. Y es que aunque mucha gente cree que los huevos deben colocarse en la puerta del frigorífico, lo cierto es que ese no es el mejor lugar para conservarlos. Al estar expuestos continuamente a los cambios de temperatura cada vez que se abre y cierra la puerta, se incrementa el riesgo de que se deterioren y que las bacterias entren al interior del huevo a través de los poros de la cáscara. Además, esto mismo puede ocurrir si se lavan los huevos antes de guardarlos.
Por eso, lo más recomendable es guardarlos en el refrigerador en cuanto llegues a casa y mantenerlos allí hasta el momento de cocinarlos, sacando solo los que vayamos a utilizar en ese momento, en lugar de mover toda la huevera. En cuanto a su tiempo de conservación, los huevos pueden conservarse en buen estado durante unas tres semanas, y si están cocidos, hasta una semana.
Comidas ya hechas: precaución doble
Los alimentos que no se vayan a consumir de inmediato, así como las sobras que se deseen conservar, deben mantenerse a temperaturas seguras, ya sea por encima de los 60 °C, o frías, a un máximo de 5 °C, de acuerdo con la AESAN.
Sin embargo, no es recomendable introducir alimentos calientes directamente, ya que esto eleva la temperatura interna del aparato y pone en riesgo la conservación del resto de los productos. Por lo que deberás esperar un máximo de dos horas antes de refrigerar la comida.
Además, para evitar la anisakiasis, si vas a preparar pescado crudo o poco cocinado en casa, es fundamental congelarlo previamente durante al menos cinco días a una temperatura igual o inferior a -20 °C. Si tu congelador no tiene capacidad para congelar a menos de -18 °C, compra el pescado ya congelado.
Precauciones fuera de casa
Cuando se trata de transportar alimentos durante el verano, ya sea para un pícnic, una comida en la playa o un viaje en carretera, es imprescindible usar bolsas térmicas o neveras portátiles con placas de gel congeladas. Además, se deben evitar las exposiciones prolongadas al sol, y en caso de duda, es mejor no consumir un alimento que haya permanecido demasiado tiempo fuera del frío.
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