El método fácil, rápido y seguro para eliminar la grasa acumulada en el extractor de la cocina
Mantener la cocina limpia es una preocupación habitual en muchos hogares. Entre las tareas más frecuentes, la limpieza del extractor destaca por su importancia y, al mismo tiempo, por la dificultad que muchas personas perciben. Este electrodoméstico, utilizado a diario para eliminar humos y olores, tiende a acumular grasa y restos de alimentos que se depositan durante la cocción. Con el tiempo, esa capa puede afectar al funcionamiento del dispositivo y la calidad del aire en la cocina.
Para muchas personas, el extractor es un elemento que pasa desapercibido hasta que los problemas se vuelven evidentes. La acumulación de grasa puede reducir la eficacia de la ventilación, producir olores persistentes e incluso aumentar el riesgo de incidentes en la cocina. Por esta razón, mantenerlo limpio no solo tiene un componente estético, sino también práctico y de seguridad.
El proceso de limpieza del extractor suele generar dudas sobre la manera más efectiva y segura de abordarlo. Existen métodos simples que no requieren productos agresivos ni procedimientos complicados, y que permiten retirar la grasa acumulada de forma sistemática. Estos pasos pueden incorporarse a la rutina de mantenimiento doméstico y garantizar un funcionamiento eficiente y seguro del electrodoméstico.
Método seguro y práctico para eliminar la grasa del extractor
La limpieza del extractor de cocina comienza con la desconexión del dispositivo de la corriente eléctrica, paso fundamental para prevenir accidentes. Los filtros antigrasa, que concentran la mayor parte de los residuos, deben retirarse siguiendo las instrucciones del fabricante. En la mayoría de los modelos domésticos, los filtros son paneles metálicos extraíbles que permiten un acceso completo a las superficies donde se acumula la grasa. Retirarlos con cuidado facilita una limpieza profunda y evita dañar componentes internos del extractor.
Una vez retirados, los filtros se sumergen en agua caliente junto con un desengrasante adecuado o cristales de soda, que ayudan a disolver la grasa acumulada sin necesidad de frotar intensamente. Se recomienda mantener los filtros en remojo entre 20 y 30 minutos, tiempo suficiente para que la grasa se ablande y se desprenda de manera efectiva. Durante este proceso, mover suavemente los filtros en el agua permite que el desengrasante actúe de forma uniforme en todas las superficies.
Después del remojo, los filtros deben enjuagarse con agua limpia para eliminar cualquier residuo de grasa o producto de limpieza. Posteriormente, se secan completamente, ya sea con un paño absorbente o al aire libre, asegurando que no quede humedad que pueda favorecer la oxidación o el crecimiento de moho. Solo cuando los filtros estén completamente secos deben volver a instalarse, colocándolos correctamente para garantizar que el extractor recupere su capacidad de ventilación y funcione de manera eficiente.
Además de los filtros, se recomienda limpiar periódicamente las superficies externas y otras partes accesibles del extractor. Esta práctica previene la acumulación de residuos que puedan dificultar limpiezas futuras y mantiene el electrodoméstico en condiciones óptimas.
En casos donde la grasa se acumule en conductos internos o ventiladores de difícil acceso, la intervención de profesionales especializados asegura una limpieza completa y segura sin comprometer la integridad del sistema. Mantener un programa regular de mantenimiento prolonga la vida útil del extractor, mejora la calidad del aire en la cocina y reduce los riesgos asociados a la grasa acumulada.
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