¿Tu planta se ha quedado mustia? Aquí tienes el truco para rescatarla
Las plantas de interior pueden parecer seres delicados, dispuestos a marchitarse cuando menos te lo esperas, o a padecer el ataque inesperado de una legión de pequeños y misteriosos insectos u hongos.
Pero, piénsalo: sin acceso al agua de lluvia (no, en tu cocina no llueve) y sin esas maravillosas mariquitas hambrientas y listas para darse un banquete de insectos, ese ser vegetal con el que compartes la vida, depende enteramente de ti y de tus cuidados.
Por suerte, la mayor parte de los problemas de las plantas de interior tienen relativamente fácil solución, y suelen caer en alguna de estas cuatro categorías: exceso de agua (o muy poca), una maceta demasiado pequeña, falta de nutrientes o insectos.
1. ¿Tu planta se está marchitando o poniendo mustia?
Por extraño que parezca, una planta que empieza a marchitarse puede estar sufriendo tanto un exceso como una carencia de agua. Aunque, cuando se trata de plantas de interior, lo más habitual es que la hayamos regado más de la cuenta.
A la mayoría de las plantas les gusta vivir en una tierra que esté solo ligeramente húmeda al tacto, así que espera a que la superficie de tu maceta esté seca antes de volver a coger la regadera. Pero si tu problema es la sequedad, puede ayudarte agrupar tus plantas o colocarlas en una bandeja poco profunda, con grava y agua hasta aproximadamente un centímetro de altura.
De este modo, tus plantas se regarán solas, pero la grava evitará que absorban demasiada humedad, y que sus raíces acaben por pudrirse. [Hace un tiempo te contamos cómo rescatar una planta a la que has ahogado por pasarte con la regadera.]
2. ¿Tu planta no crece? Echa un vistazo a su maceta
Estrujar las raíces de tu planta en una maceta diminuta es un crimen. El motivo: tu maceta debe tener un tamaño suficiente para que las raíces se establezcan, pero también que deje espacio para que crezcan y aparezcan nuevas raíces, ya que tu poto o tu monstera las necesitará para crecer a su ritmo natural.
Si ves las raíces asomar por los agujeros de tu maceta, ha llegado el momento de cambiarla de sitio, y de mover tu planta a un recipiente más grande: como regla general, busca una maceta que sea unos cinco centímetros más ancha que tu planta.
Este espacio adicional permitirá que las raíces se desarrollen, y que tu planta crezca como necesita. [Aprende cuál es el tamaño de maceta adecuado para tus plantas.]
3. ¿Tu planta tiene insectos u hongos? Prueba esto
Las plantas sufren plagas, igual que las personas podemos agarrar un refriado. Por eso, conviene inspeccionar tu planta de vez en cuando, en busca de insectos y hongos que puedan estar debilitándola. La forma más rápida de encontrar potenciales insectos es sacudir o agitar tu mano por encima de las hojas, como si fuera un abanico.
Si mientras que lo haces aparecen moscas blancas, que son una de las plagas más frecuentes, mosquitos o cualquier otro insecto, sabes que tienes un problema. Y también conviene revisar las hojas: si encuentras una sustancia brillante y pegajosa, puede que tu planta tenga pulgón.
Cuando descubres que tu planta sufre una plaga, toca ponerse manos a la obra. No es difícil: en general, puedes utilizar un poco de algodón mojado en alcohol para limpiar bien las hojas, y librarte de ellas. [Te contamos cómo, y cada cuanto, debes limpiar las hojas de tus plantas para que vivan felices.]
4. Y no te olvides de revisar la luz
Si vives con una suculenta y la has colocado en un rincón oscuro, no te extrañe que se marchite, o que se esté poniendo mustia. Tanto las suculentas como los cactus son plantas amantes del sol, y preferirán un sitio más luminoso.
La regla general: una ventana orientada al sur o al este proporcionará la iluminación preferida de la mayoría de tus plantas, siempre que las coloques a una distancia de entre uno y dos metros de la ventana, para evitar que se achicharren en verano.
Y, al contrario: una ventana que mira al oeste, puede ser un buen hogar para un helecho, una monstera e incluso para una planta serpiente, plantas que viven felices con menos luz.
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