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Sobre este blog

Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.

El contexto es importante

Xavier Abu Eid

Fue lastimoso, pero no sorprendente, leer un artículo en uno de los periódicos tradicionales españoles, sobre jóvenes palestinas en una manifestación, siendo una nota llena de banalidades y prácticamente nada de contexto. Lamentablemente, no es una excepción en cuanto a la descripción de lo que sucede en Palestina. Por ello es que me gustaría dar cierto contexto para entender lo que ha pasado en los últimos días:

1. Israel ocupa a Palestina, no al revés

Independiente de que se repita de que la “violencia ha vuelto a Israel”, lo cierto es que la gran mayoría de los hechos que se describen ocurren en territorio que nadie en el mundo reconoce como parte de Israel, incluyendo Jerusalén Oriental. Ello es todo parte del territorio ocupado por Israel desde 1967, equivalente al 22% de la Palestina histórica, y donde la OLP declaro el Estado de Palestina el 15 de Noviembre de 1988, reconociendo a Israel sobre el 78% de su patria original. 28 años después de ese histórico compromiso, el Gobierno de Israel no ha reconocido a Palestina ni ha dejado de promover la colonización de Palestina. Aunque Israel prefiere no hablar de ocupación, nadie en la comunidad internacional respalda su posición.

2. Jerusalén Oriental es parte de Palestina Ocupada, no goza de otro estatus bajo el derecho internacional.

Ciertos medios han decidido hacer una diferencia entre las colonias israelíes en Jerusalén Este, llamándoles “barrios” y las del resto de Palestina ocupada. Esa división es solo hecha por Israel y promovida para normalizar la anexión israelí de Jerusalén Este. La resolución del Consejo de Seguridad 478 es clara en llamar a todas las medidas tomadas por Israel para cambiar el estatus de Jerusalén “nulas e inválidas.” El hecho de que un ciudadano israelí medio no vea como colonos a quienes habitan colonias como Gilo, Pisgat Ze’ev o Armon Hantziv no significa que sean menos colonos que quienes habitan Kiryat Arba (Hebrón), Ma’ale Shomron (Nablus) o Beit El (Ramallah). El estatus de todas las colonias en territorio ocupado bajo el derecho internacional es el mismo, el de crimen de guerra, independiente de las “sensibilidades” de llamar a un crimen por su nombre.

3. La Explanada de las Mezquitas, y toda la Ciudad Antigua, también son parte de Jerusalén Este.

Mientras ciertos medios prefieren continuar la discusión en cuanto a cuan sagrada es Al-Aqsa para musulmanes y judíos, el punto central es que todo ese complejo se encuentra en territorio internacionalmente reconocido como ocupado. La potencia ocupante, Israel, no tiene derecho a cambiar el estatus quo del territorio bajo ocupación. El hecho de que la Ciudad Antigua tenga una alta sensibilidad religiosa, sin duda, debería invitar tanto a Palestina como a Israel a buscar una fórmula para lograr la libertad de movimiento hacia la Ciudad Antigua en el marco de un acuerdo negociado, pero su estatus bajo el derecho internacional no merece dos interpretaciones: Es territorio ocupado de Palestina.

4. Israel no busca su “seguridad” como tal, sino que asegurar su ocupación de Palestina.

Como muchos de los análisis se hacen desde Israel, muchos tienden a analizar la situación como un tema de seguridad, dejando de lado que el tema principal es la negación sistemática de los derechos del pueblo palestino por cerca de medio siglo. La gran mayoría de las medidas tomadas por Israel supuestamente para su “seguridad” han sido castigos colectivos contra la población palestina bajo ocupación, no medidas para asegurar las fronteras de Israel, que hasta el día de hoy, vale la pena recordar, no han sido definidas por el gobierno de Tel Aviv.

5. La comunidad internacional se ha pronunciado pero no ha ofrecido mucho.

El denominado “Cuarteto” (Estados Unidos, Rusia, Unión Europea y Naciones Unidas) ha repetido que las partes deben tomar medidas inmediatas que conduzcan a una negociación que primordialmente termine con la ocupación que comenzó en 1967, pero no ha anunciado ninguna medida efectiva a tomar para terminar con la situación actual. Lo mismo realizó en su visita a la zona el Secretario General de la ONU Ban Ki Moon.

El Secretario de Estado norteamericano John Kerry mantuvo una serie de reuniones que terminaron con el anuncio de que Israel acepta la instalación de cámaras en el complejo de la Mezquita de Al-Aqsa, pedido por el Rey de Jordania, para monitorear 24 horas que Israel no cambie el estatus quo del complejo religioso musulmán. Sin embargo ha sido el mismo Kerry quien ha afirmado que esto es solo un primer paso y que quedan muchos temas que tocar.

6. Israel pide que el mundo se aleje; Palestina quiere intervención internacional.

La política histórica de Israel es minimizar el involucramiento internacional. El principal argumento utilizado por Israel es que toda la situación actual se debe a la “incitación” del liderazgo palestino. Palestina por su parte apuesta por el involucramiento internacional como única posibilidad de terminar con la ocupación israelí, tal como se hizo con el Apartheid sudafricano. Durante las últimas semanas Palestina ha pedido protección internacional para la población civil (principal tema de las reuniones entre el Presidente Abbas y Ban Ki Moon/John Kerry) y que se deje de tratar a Israel como “un estado por encima de la ley.”

7. Los palestinos no necesitan de Facebook, YouTube o un llamado político para salir a manifestarse: La Ocupación es real, no producto de las redes sociales.

Mientras Israel acusa al liderazgo palestino de “incitación al odio”, gran parte de la prensa ha intentado buscar en las redes sociales una respuesta a la rebelión vista en las últimas semanas contra la ocupación israelí. La ocupación israelí es la más antigua de la historia moderna. Ocupación se define como control efectivo, y eso es lo que tiene Israel sobre el territorio y el pueblo palestino. Con alrededor de 800.000 palestinos detenidos por Israel desde 1967, miles de muertos y un sistema de control de todos los aspectos de la vida de los palestinos bajo ocupación, nadie tiene que contarle al pueblo palestino sobre lo mala que la ocupación israelí es. En palabras del periodista israelí Gideon Levy “hasta Gandhi entendería la reacción de los palestinos”.

8. Esto no se trata de buenos o malos, sino que de una realidad concreta: Israel lleva violando sus obligaciones bajo el derecho internacional por medio siglo en la mas completa impunidad.  

Si es que Israel cumpliese con sus obligaciones, incluyendo acuerdos firmados, obligaciones bajo el derecho internacional y resoluciones de Naciones Unidas, hoy habrían dos estados sobre la frontera de 1967, no habrían colonos ni una fuerza ocupante oprimiendo al pueblo palestino. Si bien Israel considera que ello no es el tema central, el resto del mundo opina lo contrario. Ello, sin embargo, no se ha transformado en actos concretos para terminar de implementar los derechos inalienables del pueblo palestino, incluyendo el derecho a la autodeterminación.  

9. Aunque no se describa a menudo, las condiciones por las cuales esta revuelta se ha desarrollado se mantienen a pesar de las cámaras en Al-Aqsa: La ocupación de Palestina.

El Gobierno Israelí no tiene como objetivo terminar con la ocupación sino consolidarla, por ende no es un tema del cual le guste hablar. Sus portavoces, incluyendo muchos “no-oficiales”, prefieren poner a la ocupación como un tema secundario, y ello es solo por la mentalidad colonialista que los domina donde los palestinos no son vistos como iguales. Israel no acepta un estado único en la Palestina histórica con igualdad de derechos para palestinos e israelíes, pero tampoco acepta dos-estados soberanos sobre la frontera de 1967. La comunidad internacional rechaza la posición israelí, pero hace muy poco para implementar sus posiciones. Ello es algo que el pueblo palestino solo puede traducir como que la negación sistemática de los derechos del pueblo palestino ha de continuar.

La ocupación sigue siendo la principal fuente de violencia en la región, sea o no admitido por la mayoría de los medios occidentales. 

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Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.

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