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Almodóvar, animación japonesa y drama británico: el cóctel que destaca en los cines este fin de semana

collage sala de cine octubre 3

Francesc Miró

22 de octubre de 2020 22:05 h

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Dos separaciones traumáticas, la que provoca que Tilda Swinton observe con pavor las maletas de su amante ausente, y la que hace que Annette Bening y Bill Nighy se replanteen sus vidas y la distinta relación que ambos tienen con su hijo. Y, además, una batalla épica de acción con bomberos y robots gigantes en tonos pastel.

Hablamos del cortometraje que acaba de estrenar Pedro Almodóvar, a quien entrevistamos esta semana, y de la nueva película de William Nicholson, más conocido como guionista de Gladiator de Ridley Scott o Los miserables de Tom Hooper. También de la nueva película del prestigioso Studio Trigger, responsable de algunas de las más sorprendentes series anime de los últimos años.

La voz humana: maravilloso autohomenaje

Pedro Almodóvar (2020)

Una mujer que vive en un piso falso dentro una nave industrial, decorado de un rodaje de una película que jamás veremos. Una mujer que tenía un amante. Una mujer que revalúa, a través de una llamada de teléfono, lo que ha significado amar a la persona que la ha abandonado, para enfrentarse a la pregunta cuya respuesta se le escapa: ¿cómo volver a empezar?

La premisa de La voz humana ya nos pone en directa conexión con la obra precedente de Almodóvar: nos recuerda al monólogo del teléfono que interpretaba Carmen Maura en La ley del deseo, mientras su hija en la ficción fingía cantar Ne me quitte pas. Un texto, claro, que había escrito Jean Cocteau, a quien el cineasta vuelve a reinterpretar ahora. Aunque muy pronto aparecen más elementos, puentes tendidos entre filmes: el hacha, que bien le servía a Maura en la misma película, el fuego con el que la misma actriz hacía arder una cama en Mujeres al borde de un ataque de nervios, el piso, sus muebles y libros que recuerdan a la vivienda de Antonio Banderas en la maravillosa Dolor y gloria...

Es evidente que La voz humana se interpreta y se disfruta más si se lee manejando los códigos que permiten detectar del diálogo que este cortometraje establece con otras películas del manchego. De hecho, se diría que es de los pocos reproches que uno puede dedicarle al filme: no es que esté rodado en inglés, es que está rodado en 'almodovarés' y quien no suela hablar este particular dialecto corre el peligro de quedarse fuera de la conversación.

Pero qué más da si el resto son treinta minutos de una fantástica Tilda Swinton recorriendo ese decorado que evidencia el cartón-piedra de la ficción, al tiempo que reflexiona sobre el autoengaño que se ejerce en las relaciones afectivas que uno se empeña en mantener, pero hay que aprender a soltar. Qué más da si todo lo que ofrece La voz humana resulta tan evocador y emancipador que uno sale revitalizado del cine. Estamos ante un Almodóvar vibrante, que anuncia con La voz humana un prometedor renacer que muchos estamos deseando disfrutar.

Regreso a Hope Gap: cine de terapia

William Nicholson (2019)

Grace y Edward han tenido 29 años de lo que parecía ser un sólido matrimonio. Pero entre ellos ya no queda más que rutina y silencio. Cuando Edward decida que quiere separarse de Grace, ambos reconsiderarán lo que fueron y lo que significaron los años que estuvieron juntos. Y se dejarán acompañar y aconsejar por un hijo al que le deben mucho más de lo que creen.

Durante su etapa como dramaturgo, William Nicholson ya trató el divorcio de sus padres en la aclamada The Retreat from Moscow. Ahora vuelve sobre su propia obra para reevaluar lo que el tiempo le ha hecho ver y añadir capas de lectura en el terreno audiovisual, una vez alejado de las tablas. Una suerte de ejercico artístico terapéutico que recuerda al Baumbach de Historia de un matrimonio y Una historia de Brooklyn, pero aquí à la british.

Lo cierto es Regreso a Hope Gap podría bien haberse conformado con ser una traducción del ejercicio teatral, pero la pericia de Nicholson eleva la propuesta gracias a una emoción contenida en el montaje y una ambientación fabulosa en las playas y acantilados de Seven Sisters. Qué duda cabe de que Annette Bening y Bill Nighy cumplen con creces en el papel de los padres del director.

Promare: explosión de color y acción

Hiroyuki Imaishi (2019)

En un futuro incierto, una epidemia de combustiones espontáneas ha acabado con gran parte de la población del planeta. La conocida como República de Promepolis resiste gracias a un cuerpo de bomberos especial, en el que trabaja Galo. Tras una operación en la que el joven captura a un 'burnish', una persona que causa las combustiones, Galo descubre un complot para encerrar y torturar a los que padecen la afección.

En tiempos pandémicos, cualquier película que enfrente un apocalipsis debido a una enfermedad resuena de una forma inesperada y especial en el espectador. Promare no es una excepción, menos si tenemos en cuenta la particularidad de la afección que asola el mundo de esta propuesta animada: las personas arden cuando no son capaces de controlar sus emociones.

Por lo demás, Promare no deja de ser una película de acción bastante obvia, llena de brocha gorda en su desarrollo de personajes y su narrativa abundante en lugares comunes de subgéneros mecha y kaiju. Destaca, sin embargo, su estupendo apartado formal: una auténtica explosión de colores y formas cuyo atractivo subsana cualquier pormenor narrativo.

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