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Héctor Illueca: “El problema real no es Vox, son las políticas de austeridad que condenan a la gente a la desesperación”

Héctor Illueca, número uno de Podemos al Congreso por Valencia

Laura Martínez

Héctor Illueca es doctor en Derecho por la Universidad de Valencia e Inspector de Trabajo y Seguridad Social. Profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de Valencia y autor de varios libros sobre el modelo de trabajo y la precariedad laboral, es después de unas primarias el número uno de Podemos para el Congreso de los Diputados por la provincia de Valencia.

El candidato tiene claro que los problemas de los valencianos son compartidos con los del resto de españoles, aun con sus singularidades, y que se han agravado con las políticas de austeridad, los recortes y la tendencia hacia un modelo cada vez más neoliberal. Por su actividad laboral, conoce los entresijos del mercado de trabajo y la relación capital-trabajador; este último, a su juicio, cada vez más en peligro.

¿Cuál es la primera reivindicación valenciana que habría que llevar al Congreso de los Diputados?

Creo que al Congreso de los Diputados es fundamental llevar las grandes reivindicaciones de las clases populares y trabajadoras valencianas y españolas. Es un problema gravísimo que en la Comunitat Valenciana la mitad de los pensionistas estén por debajo de 700 euros. Eso significa que se encuentran en una situación muy complicada. No se puede perder de vista a la juventud. Sus condiciones de trabajo, de vida, han sido realizadas mediante sucesivas reformas laborales que abocan a una a una situación de ausencia de futuro, de ausencia de horizonte. Fíjate en un dato: la Comunidad Valenciana tiene una de las tasas de temporalidad más altas del conjunto del Estado. Creo que es fundamental que esas reivindicaciones, esas aspiraciones de una sociedad un poco más equitativa y un poco más equilibrada lleguen al Congreso de los Diputados.

¿Y como representante valenciano?

Si acotamos la discusión al debate público en la política autonómica siempre salta la cuestión de la financiación. Nosotros sobre esto tenemos una posición muy clara: creemos que el actual modelo de financiación es injusto y perjudica a diferentes territorios, entre ellos al nuestro. Por cierto, también a otros territorios como Cataluña o Andalucía. Es injusto en el sentido de que la Comunitat Valenciana tiene una renta per cápita inferior a la media, pero presenta un saldo fiscal negativo. Es la única comunidad autónoma en la que esto sucede. Las inversiones son escasas, los datos son irrefutables, por lo tanto nuestra posición en ese sentido es firme. Creemos que hay que modificar el sistema de financiación en una línea más equitativa y más equilibrada.

Pero inmediatamente hay que añadir otra cosa que es fundamental. El problema de la financiación autonómica no se puede separar de lo que ha supuesto la aplicación en España de las políticas de austeridad. Me refiero en concreto a dos aspectos que es muy importante resaltar: la reforma del artículo 135 de la Constitución Española que pactaron el PP y el PSOE y la Ley de Estabilidad Presupuestaria que la desarrolla.¿Por qué digo que son inseparables? Porque la única manera de resolver los desequilibrios territoriales que está provocando el sistema de financiación es incrementando los recursos que hagan posible resolver las diferencias en un sentido constructivo. Y el problema es que el actual marco de estabilidad presupuestaria lo impide. Mi conclusión es muy clara: estar en contra del actual sistema de financiación sin cuestionar ese marco de estabilidad presupuestaria es de una profunda hipocresía.

Creo que el Partido Socialista está justamente en ese punto y existen serias dudas sobre cuál es la posición de Compromís a la luz de lo que hemos visto a lo largo de estos años, se critica mucho el sistema de financiación, pero a veces se entra en componendas con las políticas neoliberales.

Aunque ha sido una legislatura breve y el PSOE ha gobernado en minoría, sin poder sacar unos presupuestos... ¿Cree que el Gobierno de Pedro Sánchez ha sido flojo en este año de legislatura? ¿Han faltado políticas de izquierdas?

Yo creo que aquí hay dos cosas. El día de la moción de censura contemplamos con satisfacción que se podía cambiar al gobierno del Partido Popular. Todos decían que no daban los números y un buen día, cuando se presenta la moción de censura, resulta que sí que había números y fue posible propiciar el cambio de Gobierno. Sin embargo, desde ese momento, en lo que ha sido la labor de gobierno lo hemos contemplado con decepción.

Al Gobierno le ha faltado valentía política para afrontar los dos grandes retos a los que se enfrenta España. En primer lugar, la cuestión social, la crisis social tremenda que esas políticas a las que me refería [de austeridad] han provocado las sucesivas reformas laborales que han precarizado el mercado de trabajo y las reformas en materia de pensiones, que colocan a los pensionistas en una situación muy complicada. A los actuales y a los futuros. Y en segundo lugar, algo que es muy importante: ha faltado valentía para mejorar la salud de nuestra democracia.

Estamos asistiendo estos días al espectáculo de las cloacas del Estado. Contemplamos con muchísima preocupación que hasta prácticamente el día de hoy ha habido operando una mafia, un conglomerado en un estado profundo donde hay periodistas mercenarios, policías corruptos y políticos sin escrúpulos que han estado conspirando desde la sombra para influir en el resultado electoral, tratando de desprestigiar a una fuerza política, Unidas Podemos, que tiene a día de hoy cinco millones de votos. Esto es gravísimo. Es una situación completamente anómala y ha faltado valentía política por parte del Gobierno para mejorar la salud de la democracia.

Las últimas encuestas y el macrobarómetro del CIS apuntan a una bajada general de Podemos y a la entrada de la extrema derecha en el Parlamento. ¿Les preocupan estos resultados?

Claro que nos preocupan. En lo que respecta a las encuestas, para mí el dato fundamental que el último CIS ponía de manifiesto es que hay un 41 por ciento de indecisos. Y además que las personas que tienen decidido su voto lo tienen hecho sin fidelidad de voto; eso significa que la situación está completamente abierta, que es fluida y que puede pasar cualquier cosa. Nosotros vamos a defender nuestra posición política y nuestra propuesta programática en la campaña electoral. Vamos a pelear voto a voto y vamos a luchar por obtener el mejor resultado posible en estas elecciones, partiendo de la base de que entendemos que todo está abierto y que la la historia está por escribir.

En lo que respecta a la extrema derecha, claro que evidentemente nos preocupa. Pero a mí lo que me preocupa no es que Vox obtenga un buen resultado electoral o que entre en las instituciones, lo que me preocupan son las condiciones sociales que han hecho posible el ascenso de una fuerza como Vox. El problema real no es Vox. El problema son las políticas de austeridad que condenan a la gente a la desesperación, que abocan a la miseria a muchísimas personas y que son el caldo de cultivo que ha hecho posible que emerjan estas fuerzas, no sólo en España, sino también en Europa. Hay un momento en el que muchísimas personas están viviendo esta crisis y están viviendo esta gestión de la crisis desde la austeridad, desde el neoliberalismo como un terremoto personal y familiar. Están viendo que el suelo se está removiendo bajo sus pies y que desaparecen las certezas, el trabajo estable, las pensiones actualizadas y entonces se refugian en las cosas de toda la vida, en la nación, en la familia, en la seguridad, el orden, y aparecen este tipo de fuerzas.

Hablando de caldo de cultivo y efectos secundarios... Hace unos meses escribió un artículo con Julio Anguita y Manolo Monereo sobre las políticas laborales del Gobierno italiano: ¿Gobierno fascista? Decreto dignidad. Fue muy criticado, dentro y fuera de Podemos, porque había quién consideraba que defendían las políticas de Mateo Salvini. ¿Volvería a escribir este artículo?

Sin ninguna duda. Nosotros no hablamos de las políticas de Salvini en ningún momento, ni defendimos a Salvini en ningún momento. Nosotros los que defendimos fue una medida muy concreta aprobada por el Gobierno italiano, que es un gobierno de coalición donde está también el Movimiento 5 Stelle, y en concreto una medida propugnada por el ministro de Trabajo, Luigi Di Maio, el principal dirigente de este movimiento, con cuyo contenido estábamos de acuerdo. Eso fue lo único que hicimos, defender una medida que incluía planteamientos que a nosotros nos parecían apropiados, exactamente igual que poco después publicamos los mismos autores otro artículo defendiendo el acuerdo de presupuestos que Podemos había alcanzado con el Gobierno de España, porque también incluía medidas que nos parecían correctas. En el fondo lo único que nosotros hemos hecho es defender la ruptura con las políticas de austeridad que han empobrecido a nuestro pueblo y que han ensombrecido la democracia.

Usted que es Inspector de Trabajo, ¿Qué se necesita para combatir la precariedad laboral en España?

Aquí hay varios parámetros que son muy importantes. Es fundamental revertir las últimas reformas laborales, que han acabado con la fuerza vinculante de los convenios colectivos, que han desarticulado el sistema español de negociación colectiva y destruido el poder de negociación de los sindicatos. Estas reformas han provocado una devaluación salarial violenta en el país. En algunas empresas de aquí, de Valencia, recientemente he podido ver algunos acuerdos de empresa que se están haciendo ahora, que permiten derogar los convenios de sector, donde las nuevas tablas salariales que se aplicaban por voluntad del empresario eran entre un 30 y un 40 por ciento inferiores a las del convenio. Estamos hablando de un deterioro, de una represión salarial virulenta en el país como consecuencia de las reformas laborales.

En segundo lugar, hay que atajar el problema de la temporalidad. Es fundamental que se fomente un contrato indefinido y se limite la posibilidad de acceder a contratos temporales con absoluta flexibilidad, que es lo que las diferentes reformas laborales han ido fomentando desde siempre. Y acabar con los abusos en materia de tiempo de trabajo. En clase, con mis alumnos, vemos con muchísima frecuencia esa situación en la que cotizas dos horas y trabajas ocho o diez en establecimientos comerciales, en la hostelería o en grandes almacenes. Hay que acabar con los abusos en materia de tiempo de trabajo.

Es inaceptable lo que acaba de hacer el Gobierno, que ha publicado un registro horario que deja en manos del empresario el control del tiempo de trabajo. ¿Pero qué control va a haber si no se posibilita la intervención de los representantes de los trabajadores y no se facilita la labor de la Inspección de Trabajo?. Acabó diciendo la patronal que estaba encantada con el tipo de registro horario que se había aprobado. Claro que estaba encantada, porque no resuelve nada.

Los problemas de trabajo son esos, la siniestralidad laboral, que se ceba con los jóvenes... Habría que construir un nuevo estatuto de los trabajadores a la altura de los tiempos para que no pase lo que pasa hoy, que cuando entras en la emrpesa, los derechos se quedan en la puerta.

Volviendo al Congreso, aunque es pronto para hablar de pactos... Si la suma de Podemos con el PSOE no diera para gobernar.. ¿Se abstendrían en un pacto de PSOE y Ciudadanos?

No. Tenemos un planteamiento muy claro. Cuando se produzca el resultado electoral tendremos la mano tendida a las fuerzas progresistas para construir un acuerdo de gobierno que permita un Ejecutivo estable capaz de afrontar los retos a los que se enfrenta nuestra patria: la crisis social y la fractura territorial. No estaremos en ningún tipo de acuerdo similar al que se produjo hace dos años entre PP y Ciudadanos, que solo sirve para perpetuar las políticas de austeridad y neoliberales. Incluía la llamada mochila austríaca, que es el despido libre. Le agradezco a Jose Luis Ábalos que en una entrevista dijera que quiere reeditar el acuerdo con Ciudadanos, pero creo que su digna base social no va a entender esta posición política y no la comparte. Es muy importante que todos clarifiquemos qué vamos a hacer el día siguiente de las elecciones. Todos. Nosotros lo acabamos de hacer. El PSOE tiene que aclararse, y otras fuerzas progresistas también, empezando por Compromís. Hace dos años Joan Baldoví firmó un manifiesto a favor del acuerdo PSOE y Ciudadanos. Nosotros no vamos a estar en eso y retamos al resto de fuerzas a que expliquen cuál va a ser su política de alianzas. Los ciudadanos tienen derecho a saber.

¿Un modelo como el del Botànic sería exportable en el Gobierno de España?

Por supuesto. Creo que es un modelo que se ha demostrado exitoso. Es verdad que ha tenido limitaciones, pero creemos que pueden superarse. Hemos tenido la sensación de que había muchos momentos en los que [como apoyo parlamentario] tirábamos del Gobierno hacia los intereses de los valencianos, mientras otros poderes tiraban hacia intereses espúreos de carácter privado. Y al final hemos conseguido que determinadas políticas salieran adelante y estamos satisfechos. La agencia Antifraude, la ampliación del parque público de vivienda, el fin del copago farmacéutico... Una alternativa de este tipo podría abrir un camino de esperanza para España.

¿No ir a estas generales con Compromís ha sido positivo o negativo?

Creo que es negativo. Siempre tuvimos la mano tendida, pensamos que las fuerzas que han emergido estos años, progresistas, tendríamos que ir lo más unidos posibles. Lo intentamos, pero no tuvimos respuesta. Creo que Compromís se equivocó y los resultados lo demostrarán.

Han hecho mucho énfasis en su programa en la 'Transición Verde', ¿cómo se logra?

Partimos de una base: nuestra sociedad se enfrenta a la necesidad de modernizar su sistema económico con criterios de sostenibilidad ecológica. La juventud lo ha entendido perfectamente. Significa varias cosas, garantizar el acceso al medio ambiente, al agua, al aire limpio, a una alimentación saludable... Algo tan elemental como eso está siendo puesto en cuestión por una lógica económica que acaba colisionando con los límites del planeta. No solo eso, es fundamental que reduzcamos nuestra dependencia de los combustibles fósiles, frenar la despoblación, garantizar el acceso a los servicios. Menos neoliberalismo y más desarrollo para neustros pueblos. El resto es hacer todo eso con justicia social, con equidad. Por eso planteamos la creación de una banca pública que pueda pilotar este proceso.

Muchos compañeros se han ido de Podemos con críticas muy duras. A los que dan la cara por el proyecto, ¿cómo les afecta?

Bueno, un matiz. Se han ido en Madrid, Íñigo Errejón ha constituido otro partido y ha preferido seguir su camino. En Valencia, Antonio Montiel se ha ido de las instituciones, pero se ha quedado en el partido. A los compañeros que se han ido, desde el más absoluto respeto, les decimos que son una fuerza potencialmente aliada, que seguimos siendo compañeros y contamos con ellos para un escenario de gobernabilidad. Y a los que siguen el partido pero han formulado críticas los escuchamos con muchísima atención.

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