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ENTREVISTA

Alberto Pradilla: “Las fronteras no frenan a los migrantes sino a los migrantes pobres”

El periodista Alberto Pradilla durante su participación en la caravana migrante

Hodei Ontoria

Fundación porCausa —

El 15 de octubre de 2018, Alberto Pradilla (Pamplona, 1983) empezó su cobertura de la caravana migrante en la frontera de Guatemala y México con una pequeña mochila negra, una libreta y escasas prendas de ropa. En el puente que separa Tecún Umán y Ciudad Hidalgo, empezó a escuchar a algunos de los miles de “hombres y mujeres con sus hijos a hombros que clamaban, desesperados”, que permitiesen su paso: “Jóvenes que, de puro hastío, se lanzan al Suchiate para cruzar irregularmente al otro lado”, relataba en su primera crónica enviada a Plaza Pública.

Con esa pequeña mochila negra y poco más, caminó junto a la caravana migrante durante un mes y medio hasta su llegada a Tijuana, la parada previa a su destino final (EEUU). Alberto Pradilla contó el fenómeno migratorio con la cercanía propia de ser testigo desde dentro, aproximándonos a la realidad de cada jornada a través de numerosas crónicas y reportajes publicados en distintos medios, entre ellos Plaza Pública, Público, Gara y 5W. Por ese trabajo, Alberto Pradilla acaba de ser galardonado en la primera edición de los Premios Desalambre, con los que eldiario.es reconoce el trabajo periodístico con enfoque de derechos humanos y especializado en migraciones.

Además, Pradilla acaba de publicar el libro Caravana: Cómo el éxodo centroamericano salió de la clandestinidad (Debate 2019, México), su segunda obra tras el ensayo El judío errado (Txalaparta 2010).

Tras varios años cubriendo la actualidad política desde Madrid y Euskadi, en 2017 Pradilla se mudó a Guatemala, país en el que trabajó de manera irregular, resalta en distintas ocasiones para describir la paradoja que marca las políticas fronterizas. En la actualidad, trabaja en México en el medio Animal Político.

¿Por qué decidió escribir este relato y contar la caravana desde dentro?

Es la historia de un momento en concreto, no es una historia que refleje los flujos migratorios ni actuales ni anteriores. Es un momento que dudo mucho que se pueda repetir. Escribir un libro me parece imprescindible. Algunos consiguieron su objetivo y llegaron a Estados Unidos, y creo que tenía que haber constancia de ello. Luego, aquellos que quieren justificar la criminalización de los migrantes reescriben la historia. Vivimos en un mundo en el que cada vez hay mayor hostilidad y mayor presión hacia la migración.

¿De dónde venía el interés de los países centroamericanos por frenar la caravana?

No creo que se frene. Lo que se frena en las fronteras es a los migrantes pobres. Es a quienes se ataca, se detiene, se encierra y se deporta, porque no tienen un montón de dinero para pagar a polleros [traficantes] ni a las redes corruptas que siguen funcionando a todo trapo.

La caravana supuso la visibilización de un drama. Esa visibilidad le dio protección al grupo de migrantes, pero por otra parte también proporcionó las imágenes que Donald Trump quería para hablar de invasión y promover ese discurso racista.

Entonces, ¿cuál es el interés de los gobiernos? Por parte de Estados Unidos, promover ese discurso racista. La dinámica política de Trump se sustenta básicamente en ese rechazo al inmigrante. Trump ha conseguido chantajear y presionar a todos los países; tanto a México, para que sea el muro de EEUU, como a los países de Centroamérica.

¿Por qué, aunque se intenten imponer, los países centroamericanos acaban cediendo frente a Estados Unidos?

Centroamérica ha sido el patio trasero de Estados Unidos, que ha operado en esa zona para imponer golpes de Estado como los de Honduras o Guatemala, para financiar ejércitos criminales, como el de El Salvador, o apoyar en Nicaragua la contra (grupos insurgentes). No podemos obviar que el éxodo centroamericano tiene mucho que ver con la injerencia de Estados Unidos a lo largo de décadas.

Muchas veces se considera a Trump como el presidente con las políticas migratorias más restrictivas y feroces, pero Obama es el que acumula el mayor número de deportaciones desde EEUU.

Yo creo que ahora estamos viendo políticas que no se habían puesto en práctica hasta ahora y que son políticas criminales. La devolución de solicitantes de asilo a lugares peligrosísimos, como Nuevo Laredo (México) como Matamoros (México), incluso como Tijuana (México), es otra política criminal.

En temas de inmigración, ¿los medios de comunicación se dedican a poner en el centro de la diana a los presidentes de derechas, y se les consiente menos que a los gobiernos de izquierdas?

Sí, es algo que le pasa mucho a México. López Obrador, que su lema era “primero los pobres”, no se cumplió, y habría que añadir, sí, primero los pobres, siempre y cuando no seas centroamericano, porque entonces lo primero que van a hacer es detenerte y deportarte.

Habrá que comparar posteriormente las cifras de detenciones y deportaciones de López Obrador, que es el primer presidente que se presenta como abiertamente de izquierdas, con Peña Nieto o con Calderón o con Fox; es decir, ahí tendremos una radiografía real de hasta qué punto el Gobierno mexicano se ha plegado a los intereses de Estados Unidos y, en este caso, de Trump.

¿Conoce algún modelo migratorio que funcione?

La verdad es que no. Por desgracia el modelo de contención, detención y deportación que existe aquí en México, sucede en Turquía, sucede en Marruecos. Aceptamos a los migrantes que son blancos, ricos y que tienen dinero. Yo he estado dos años trabajando de forma ilegal en Guatemala, tenía dinero, yo estaba como turista y no tenía permiso de trabajo, y a mí, sin embargo, no me ha puesto a nadie ningún problema. Si yo hubiese sido un hondureño, ¿habría tenido tantas facilidades?

Teniendo en cuenta que EEUU pudo instrumentalizar la caravana para lanzar mensajes xenófobos, ¿la considera un fracaso?

Pues depende. Creo que la caravana sirvió para visibilizar algo que normalmente estaba entre las sombras. Parece que la sociedad quiere que el migrante viva en las sombras, no queremos que el migrante reivindique. Joder, todo el mundo serio se conmovió con el éxodo de Centroamérica y sin embargo, un año después, las políticas han sido más regresivas, más violentas, más de persecución, y echamos la culpa a la caravana, pero realmente es que la violencia sigue en Guatemala, en México, en Honduras.

¿La caravana marcó un antes y un después en las migraciones y la actitud de la gente hacia ellas?

La caravana mostró lo mejor y lo peor que puede mostrar. Hubo xenofobia, pero también se nos olvida que hubo muchísimo apoyo. En Chiapas, Oaxaca, Veracruz, que son estados de México muy humildes, la gente salía a la calle a darles cobijo y algo de comida. Me parece que esa actitud es la vacuna perfecta contra el Trump que todos llevamos dentro.

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