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Campaña de incitación al odio contra palestinos y sirios en Egipto

Integrantes del Ejército egipcio tras el derrocamiento de Morsi hace unos días (EFE)

Olga Rodríguez

Hace dos noches el presentador de televisión Tawfik Okasha, ferviente defensor de los generales egipcios, lanzó un monólogo en su programa en el que arremetió contra palestinos y sirios, llegando a amenazar a estos últimos.

“Sirios, los egipcios destruirán las casas de los sirios si estos siguen apoyando a los Hermanos Musulmanes dentro de 48 horas”, advirtió.

Okasha también afirmó que buena parte de los manifestantes defensores del derrocado presidente egipcio Mohamed Morsi son sirios, palestinos o de otras nacionalidades. No solo eso. Llegó a pedir el arresto de todos los palestinos, sirios e iraquíes.

“Llamo a todo el mundo que vea a un sirio, un palestino o un iraquí en la calle, que los entregue a la policía, dijo. (Vídeo)

El comentario de Okasha no es una simple anécdota. En medios de comunicación egipcios partidarios del golpe militar, así como en redes sociales, se divulgan todo tipo de rumores que culpan y estigmatizan a sirios y palestinos. Se les acusa de luchar por Morsi y los Hermanos Musulmanes “en contra del pueblo sirio”, de desestabilizar Egipto, de organizar y participar en manifestaciones en favor de Morsi.

El mensaje está calando, y el desprecio por palestinos y sirios se extiende en algunos sectores egipcios.

La situación ha llegado a tal punto que nueve organizaciones defensoras de derechos humanos han condenado lo que definen como “campaña de incitación al odio” contra palestinos y sirios, y han mostrado su preocupación por las consecuencias que ésta pueda tener a nivel social.

“Este tipo de ataques contra palestinos y sirios son irresponsables y una provocación que amenaza a más de 200.000 refugiados sirios que viven en Egipto en condiciones insoportables”, denuncian estas organizaciones, entre las que se encuentran el Centro Egipcio por los Derechos Dociales y Económicos y el Arabic Network for Human Rights Information.

“Los vecinos no quieren sirios en el edificio”

Otro de los discursos polémicos ha sido el del presentador Youseef El Husseiny, quien en su programa de la televisión ONTV afirmó que los refugiados sirios de Egipto están apoyando al depuesto presidente Mohamed Morsi y a los Hermanos Musulmanes, y que deberían “ser hombres” y regresar a Siria.

Además El Husseiny advirtió de que si los sirios interferían en los asuntos internos del país, los egipcios “se encargarían de ellos, y no según los parámetros de la ley”.

A raíz de esta ola de paranoia se están registrando capítulos de discriminación contra palestinos y sirios, según han denunciado activistas y defensores de derechos humanos.

“Mi novia está en El Cairo con su madre, que escapó con lo puesto de Siria. Ayer las echaron del piso de alquiler porque el dueño dijo que los vecinos no quieren sirios en el edificio”, relata un joven sirio a eldiario.es. “Lamentablemente es una historia que se repite estos días”, añade.

“Deberían ser ejecutados”

Un ex parlamentario egipcio, Mostafa el Gindy, ha pedido incluso la ejecución de palestinos y sirios en un programa de televisión. El Gindy ha dicho que se deberían instalar controles militares, checkpoints, para identificar a los “no egipcios”. “Los sirios y palestinos detenidos en los checkpoints deberían ser ejecutados”, ha dicho. (Vídeo:)

Restricciones a sirios y palestinos

A partir del derrocamiento de Morsi, Egipto restringe la entrada de sirios en el país. El pasado lunes fueron rechazados en el aeropuerto de El Cairo 259 sirios, y algunos de ellos fueron repatriados. Amnistía Internacional ha denunciado este hecho, subrayando que “no se debe obligar a nadie a regresar a Siria debido al grave riesgo de sufrir violencia indiscriminada y persecución”.

También los palestinos han visto restringida su entrada a Gaza desde Egipto. Algunos han sido retenidos en el aeropuerto de El Cairo y posteriormente expulsados. Otros han pasado días estancados en territorio egipcio, junto a la frontera con la Franja.

“Pasamos cuatro días en un pasillo de tres metros de ancho por tres de largo en el aeropuerto de El Cairo. He visto a docenas de personas retenidas como yo, incluidas dos familias con niños, que querían cruzar de regreso a Gaza”, ha relatado el palestino Salama Marouf, deportado por Egipto.

La frontera de Rafah, entre Egipto y Gaza, a seis horas de coche desde el aeropuerto de El Cairo, es el principal contacto con el mundo exterior para los casi 1,7 millones de habitantes de Gaza. El resto de las entradas y salidas, por tierra, mar y aire, están bloquedas por Israel. Por eso el aumento de las restricciones a los palestinos por parte de Egipto no hace sino agravar aún más la situación de incomunicación en la Franja.

Las excusas para justificar una campaña injustificable

No es ningún secreto que los Hermanos Musulmanes fueron la organización madre de Hamás cuando éste fue fundado en 1987, al calor de la primera Intifada palestina. La Hermandad egipcia siempre ha mantenido buenas relaciones con Hamás, aunque ambas organizaciones son muy diferentes debido a la realidad de sus contextos. Como presidente, Mohamed Morsi actuó como mediador para lograr el alto el fuego en Gaza durante el ataque israelí de noviembre de 2011 contra la Franja, en la que gobierna Hamás, y sostuvo los acuerdos de paz entre Egipto e Israel.

Tras la caída de Morsi se han registrado ataques contra objetivos militares egipcios en la península del Sinaí, fronteriza con Israel y Gaza. El Ejército atribuye estas acciones a grupos palestinos, aunque no ha aportado ninguna prueba que lo demuestre.

Debido a estos ataques, y al vínculo de Hamás con los Hermanos Musulmanes, se extiende estos días una campaña de estigmatización y difamación contra los palestinos en ciertos sectores egipcios, a pesar de que la sociedad egipcia es tradicionalmente solidaria y empática con la causa palestina.

Es más, en las redes sociales ya es habitual encontrarse con gente que llama “palestino de Hamás” a alguien que simplemente es crítico con el Ejército egipcio, ejecutor del golpe que derrocó al gobierno de Morsi.

El mismo mecanismo está funcionando para justificar la campaña contra los sirios. Mohamed Morsi mostró su oposición al gobierno sirio Bashar el Assad y ofreció su apoyo a los rebeldes sirios, entre los que hay organizaciones islámicas y la propia Hermandad musulmana siria, hermana de la egipcia. Este hecho sirve como excusa en ciertos sectores para agitar una campaña de xenofobia contra toda población siria en Egipto sin excepción.

“Exigir un visado a los sirios va contra los principios básicos de humanidad”, se lamenta Sima Diab, que trabaja en El Cairo asistiendo a refugiados sirios.

“Lo más preocupante es la ola de odio que se está difundiendo en los medios y que nos puede conducir a un ambiente muy hostil y preocupante, que generará un problema humanitario mayor. Es una demonización que sirve para justificar estas restricciones, con total impunidad”, añade.

Mientras tanto, las autoridades egipcias no han impulsado una investigación civil independiente en torno a la matanza de 51 manifestantes egipcios pro Morsi en un ataque militar el pasado 8 de julio, el capítulo más sangriento desde las revueltas contra Mubarak en 2011. El clima de polarización es tal que desde los medios de comunicación partidarios del golpe militar se ha justificado lo ocurrido, sin esperar a las conclusiones de una investigación imparcial.

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