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ENTREVISTA | Steven Fisher

“Algunos Gobiernos mezclan inmigración y esclavitud moderna, por lo que no van al fondo del problema”

Steven Fisher, director de la campaña contra la esclavitud moderna del Gobierno de Reino Unido, en la embajada británica en España.

Icíar Gutiérrez

Es, dicen, la esclavitud del siglo XXI. Y así se refiere Steven Fisher a la trata de personas durante toda la entrevista. Fisher es director de la campaña contra la esclavitud moderna del Gobierno de Reino Unido, un país que ha participado junto a España en varias operaciones policiales contra las redes de trata con fines de explotación sexual y laboral.

Este jueves, la Guardia Civil ha dado a conocer los resultados de la última operación conjunta en varias ciudades españolas y en Manchester: 89 detenidos y 39 mujeres de origen nigeriano que eran obligadas a prostituirse, liberadas. El dispositivo ha sido coordinado por Europol con la colaboración de la agencia británica contra el crimen (NCA).

“Vamos de país en país, como España, que es un socio, comparando cómo combatimos este problema y viendo lo que podemos aprender de otros”, ha explicado Fisher en una visita reciente a Madrid durante una conversación con este medio.

De un tiempo a esta parte, es común ver en los medios británicos reportajes sobre historias de supervivientes de trata de personas. El pasado agosto, la NCA británica alertó de que “la esclavitud moderna” está presente en cada ciudad del país, de que las cifras se cuentan por miles y de que “la gente corriente” está en contacto con víctimas todos los días. Están en los centros de manicura, en los negocios de lavado de coches, en la construcción, en los burdeles, en la agricultura.

En marzo de 2015, el Parlamento británico aprobó la Ley contra la Esclavitud Moderna, la primera de su tipo en Europa, que entre otros cambios, endureció las penas por este delito desde los 14 años hasta la cadena perpetua. El Gobierno ha recibido críticas por parte de algunas organizaciones de la sociedad civil, que, entre otras cosas, le han pedido que actúe contra las empresas que no rinden cuentas sobre la lucha contra la explotación en su seno, tal y como estipula la ley.

“El Ministerio del Interior tiene una imagen incompleta del crimen, las víctimas y los perpetradores. La rendición de cuentas dentro de la estrategia de esclavitud moderna no está clara, la supervisión del apoyo a las víctimas es inadecuada y han sido llevados a juicio pocos casos”, sostuvo en un informe el pasado diciembre la Oficina Nacional de Auditoría, órgano independiente del Parlamento británico.

Fisher reflexiona sobre los principales retos que enfrenta el Gobierno británico a la hora de perseguir a las redes de trata y la protección adecuada a las supervivientes.

Hace tres años que se aprobó la Ley contra la Esclavitud Moderna. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

La ley tiene varias partes y hemos visto progreso en todas las disposiciones. Principalmente, la ley define distintos delitos: explotación sexual, explotación laboral, trata de seres humanos, servidumbre doméstica, trabajo forzado e infantil. En todas estas clasificaciones ha habido procesos judiciales, y aunque sea complicado perseguir estos delitos, normalmente porque es bastante difícil obtener pruebas, hemos visto progresos. No manejo estadísticas sobre el número de condenados que tenemos, pero generalmente hemos visto un aumento en acciones legales bajo esta ley.

Hay un elemento muy interesante que obliga a las empresas privadas a informar públicamente sobre lo que están haciendo para luchar contra el trabajo forzado y esclavo en su cadena de suministro.

Cada empresa que facture más de 36 millones de libras en Gales e Inglaterra, tiene que elaborar un informe. Hemos visto miles de informes, pero esto no quiere decir que todos los que debían nos han informado. Y un reto para el Gobierno es cómo reforzar esta obligación sobre las empresas.

Una de las principales críticas cuando se habla de trata de personas es la falta de protección adecuada a las víctimas. ¿Cómo se asegura que sean protegidas ante todo, y no se condicione su protección, por ejemplo, a denunciar?

Con toda seguridad, nunca habrá protección suficiente en ningún sistema para alguien que ha sido víctima de esclavitud. Nosotros tratamos siempre de hacer todo lo que podemos con los recursos disponibles. El británico es un buen sistema para protegerlas en las siguientes fases a cuando son liberadas de la esclavitud. Tenemos el Mecanismo Nacional de Derivación, ejecutado por el Gobierno y suministrado por el Ejército de Salvación, una ONG británica. Cuando alguien es víctima de esclavitud moderna, se pone en conocimiento de la Policía, porque es un crimen.

Después, se le deriva a este mecanismo, un grupo de expertos investiga su situación bastante rápido. En pocos días se decide si han sido víctimas o no. Si lo son, o son víctimas potenciales entran en este mecanismo y se les da acceso a la atención sanitaria, al apoyo psicológico, se les da un refugio seguro que las proteja de que las redes de trata las localicen. Se les concede un período de apoyo mínimo de 45 días. Si al final de este período se confirma que son víctimas, tienen 14 días más para decidir los próximos pasos. Actualmente, estamos reformando el sistema para extenderlo a 45 días más para esta protección. Esta reforma llegará pronto y se podrá extender en algunas circunstancias, sobre en los casos en los que haya un proceso judicial.

Lo que queremos es que los amigos, la familia y otras organizaciones estén dentro durante este periodo de 45 días para que también se hagan cargo de forma eficaz. El Gobierno da un periodo de protección, pero no es para siempre y queremos que otras personas entren y colaboren en brindar apoyo. No hay certeza de que en este periodo se vaya a recuperar, porque recuperarse de este tipo de cosas lleva mucho tiempo, pero da tiempo a la persona, al menos, para que esté estable y reciba apoyo.

La NCA dijo en verano que la esclavitud moderna en Reino Unido era un “problema mucho mayor” de lo que parecía y afecta a más de 10.000 personas. ¿Por qué ha crecido? ¿Es porque antes no se combatía tanto?

No sé si ha aumentado la esclavitud o lo que ha aumentado ha sido la conciencia de que existe. Hace cinco años apenas se veían reportajes sobre estos crímenes en los medios británicos. Ahora es muy común, los medios tienen más interés en contarlo y esto refleja, y a su vez produce una mayor conciencia de estos crímenes. Esto a su vez se traduce en más denuncias de estos crímenes. Es una especie de efecto circular: más medidas del Gobierno, más leyes, más publicidad, más recursos en la Policía, los medios cubren más estas historias, la sociedad civil es más activa en este ámbito que años atrás, lo que atrae más la atención... es un esfuerzo colectivo.

El resultado final que hay más conciencia de la esclavitud moderna. Podemos especular con el origen de muchas de las víctimas, que vienen de Europa del este, y supongo que es porque es más fácil viajar desde allí, y eso incluye también a los criminales, aunque la gran mayoría de la gente que viene son trabajadores honestos. Hay muchos factores que explican su pregunta, pero diría que no es tanto un incremento de la esclavitud moderna, sino de una conciencia sobre ella.

A veces se habla mucho de la trata con fines de explotación sexual, pero no de la explotación laboral. La servidumbre doméstica, por ejemplo, es un problema en Reino Unido.

La servidumbre doméstica es un problema, pero es relativamente pequeño si se compara con otras formas de esclavitud moderna. Aproximadamente el 50% de los casos son de explotación sexual y el 50% son de explotación laboral, menos de la mitad en ambos casos, lo que deja espacio para otros casos en la línea de la servidumbre doméstica.

Este tipo de explotación tiene lugar a puerta cerrada, en residencias privadas y alojamientos particulares, por lo que es muy difícil de detectar. Son la minoría de casos de los que las autoridades registran. Los países de los que más proceden las víctimas de esclavitud son Albania, Nigeria y Rumanía, pero también hay gente británica. Es probablemente el tercer grupo nacional en el registro de víctimas.

Lo mencionaba antes. Con la ley, las empresas deben rendir cuentas sobre si han identificado riesgo de explotación en su seno y qué medidas están tomando. Sin embargo, muchas no lo hacen. ¿Hay un rechazo del sector privado?

Es una buena pregunta. No diría rechazo, pero no todas las empresas que deberían cumplir lo están haciendo. En estos dos años no he visto una negativa formal del sector privado a informar sobre sus cadenas de suministro. Las empresas, o lo están haciendo por su propia voluntad, o no lo cumplen de forma silenciosa. Nuestro trabajo ahora como Gobierno es ejercer más presión sobre las que no cumplen.

Deben informar sobre qué medidas toman para investigar y erradicar la esclavitud de sus cadenas de suministro. Se les requiere de forma legal, aunque no hay sanciones si no lo hacen. Necesitamos buscar formas para que la gente sepa que ciertas empresas no están cumpliendo con lo que dice la ley. ONG británicas están haciendo muchos esfuerzos para concienciar sobre esto, pero es difícil. El sector privado no ha rechazado abiertamente esta ley, pero hay empresas que de forma silenciosa no lo están cumpliendo, y tenemos que lidiar con ello.

El informe anual sobre trata de personas del Departamento de Estado de EEUU denuncia que, en ocasiones, Reino Unido ha deportado a las víctimas después del periodo de protección.anual sobre trata de personas del Departamento de Estado de EEUU

Es verdad que, a veces, algunas víctimas de esclavitud moderna, después del periodo de protección, se les trata como al resto del mundo en relación a su estatus migratorio. No es verdad que se les deporte por su estatus de víctimas. No es parte del proceso tras la fase de protección.

Lo que ocurre es que, después de ser protegidas como víctimas de esclavitud moderna, al final de este periodo son tratadas como individuos con todos los derechos. Sin embargo, si no tienen la concesión para vivir de forma regular en Reino Unido según las leyes migratorias, la ley sigue su curso y esto quizás significa que sean devueltas a su país de origen.

Pero una cosa que puedo asegurarle: la ley es muy clara al establecer que nadie puede ser tratado como un criminal si han incumplido la ley cuando eran esclavos, porque estaban siendo coaccionados por quienes les controlaban, nunca van a enfrentar consecuencias legales por lo que hayan hecho, pero tampoco se les da un estatus migratorio especial.

Muchas voces critican, también en España, que se vincule la lucha contra la trata de personas con el control migratorio. ¿Cómo se evita que esto ocurra en un momento en el que las políticas migratorias son cada vez más restrictivas?

La relación entre inmigración y la esclavitud moderna a veces se comprende mal. La mayoría de la gente que migra no son víctimas de trata. Puede que hayan sido víctimas de tráfico, lo que es diferente. La trata es un crimen que tiene muy claramente fines de explotación. La mayoría de personas que migran no están bajo control de nadie, nadie quiere explotarlos, son libres de hacerlo.

Es verdad que la situación de los migrantes les hace más vulnerables a los tratantes. No digo que no haya víctimas de trata en los flujos migratorios, pero la mayoría no lo es. A nivel global, la mayoría de las víctimas de esclavitud moderna nunca han migrado a ningún sitio, son víctimas en sus países de origen: China, India, Pakistán.

No puedo hablar por otros Gobiernos, pero nosotros no mezclamos los dos fenómenos. No miramos la inmigración y la esclavitud moderna como la misma cosa. Quizás los Gobiernos están mezclando las dos cosas, y quizás esto implica, y esto es una interpretación mía, que son más hostiles o no están dispuestos a ir al fondo del problema y luchar contra la esclavitud moderna porque lo ven como un problema de inmigración. No es como lo vemos nosotros.

Los dos son retos para los Gobiernos, tenemos que gestionar la inmigración, y Reino Unido está muy comprometido en ello con otros países amigos europeos. Pero vemos la esclavitud moderna como una política totalmente separada.

Somos muy conscientes de que este crimen existe en nuestra sociedad y existe en cada país. Nuestra estrategia es encontrar socios en otros gobiernos del mundo, compartir ideas que han sido buenas, legislación. La estrategia contra la trata es luchar contra un crimen que afecta a todas las sociedades y apoyar a las víctimas.

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