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Siete puntos negros en la protección de derechos en la UE

Varias personas con una pancarta en la que se lee 'Dónde están vuestros Derechos Humanos' participan en una manifestaban este martes en solidaridad con los refugiados de Idomeni, junto al campo de refugiados de esta localidad griega.

Laura Olías

Examen a la protección de derechos en la Unión Europea. La Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA) ha publicado su informe anual, correspondiente a 2015, que centra en esta ocasión en los retos en el asilo en Europa. El organismo recuerda varios 'puntos negros' durante el pasado año, como los discursos de dirigentes europeos que no querían acoger a refugiados musulmanes, las altas cifras de ataques a instalaciones de demandantes de asilo en Alemania y las muertes en el Mediterráneo. Otras materias, como la pobreza infantil y la discriminación de la población gitana también preocupan al organismo independiente.

Aunque el informe detalla, en sus 204 páginas, varios hechos y medidas de los 28 estados miembros relevantes para el respeto de los derechos en suelo comunitario, estos son algunos de las principales puntos en los que la FRA cree que la UE debería hacer más esfuerzos.

1. No se implementan más vías legales para refugiados

La agencia ha orientado su informe de 2015 hacia la migración y el asilo por el gran incremento de las llegadas a Europa, aunque “solo representa alrededor de un 0,2% de su población total”. La FRA reitera en este estudio la petición de que los países miembros habiliten vías legales para que los refugiados lleguen a Europa, para que no “incurran en riesgos de abuso y explotación en el camino”.

Pese a las peticiones de la Agencia Europea de Migración y las de la FRA, el organismo indica que la UE no las están implementando en la medida necesaria. Con los reasentamientos –traer refugiados desde campos en terceros países, como Líbano o Jordania–, la FRA destaca dos cifras sobre el escaso compromiso de los 28: en 2015, unas 8.622 personas llegaron a la UE con esta fórmula, “mientras que más de 1,15 millones necesitaban reasentamiento”, señala el texto. Por su parte, la agencia reconoce que el debate para conceder visados por razones humanitarias “no se está considerando seriamente”.

2. Obstáculos a la reagrupación familiar

Otra vía legal de llegada para refugiados es la reagrupación familiar, por la que un refugiado ejerce su derecho de vida en familia y solicita la reunificación de sus parientes. Este punto merece una mención aparte porque, no es solo que los países miembros no estén ampliando esta opción, sino que restringieron el pasado año. En el momento en el que miles de personas tocaron a sus puertas en busca de protección. La FRA señala la lista de países que han creado obstáculos a las uniones familiares de asilados: Alemania, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Austria.

La decisión, indica el estudio, “puede tener un impacto considerable en las personas” y recuerda que este proceso ya era “administrativamente complejo” en muchos de estos estados. Desde organismos como Acnur y otras ONG especializadas en asilo también apuestan por hacer más sencillas las reagrupaciones familiares, un derecho de los refugiados. De lo contrario, la protección puede no ser satisfactoria: el refugiado puede que vuelva con sus parientes a un lugar donde su vida puede peligrar, o sus familiares tal vez intenten reunirse con él de manera ilegal y, muchas veces, peligrosa.

3. Más denuncias de devoluciones ilegales

“El último año, la FRA registró un incremento de casos de personas que alegaban haber sido devueltas 'en caliente' en las fronteras exteriores de la UE, especialmente en Bulgaria, Grecia y España”, recoge el texto. La FRA recuerda que las expulsiones colectivas son ilegales en todo caso y que así lo deben recoger los marcos normativos de los países miembros. El 'principio de no-devolución', recogido por el derecho comunitario, vela por la protección de las personas que pueden sufrir algún peligro si son devueltas a otro país.

En este sentido, además del aumento de denuncias recogidas, la FRA indica que hay algunas acciones y medidas del pasado año que “elevan el riesgo de devolución o expulsiones colectivas”. Entre ellas, destaca la reforma de las expulsiones en las fronteras de Ceuta y Melilla por el Gobierno español, a través de la Ley de Seguridad Ciudadana ('Ley Mordaza'). El nuevo texto permite el “rechazo” de aquellas personas que sean detectadas intentando acceder de manera irregular en las ciudades autónomas, y hace una mención expresa a la necesidad de respetar los convenios y tratados internacionales, reconoce la FRA. El incumplimiento de estas garantías ha sido denunciado por Acnur, Amnistía Internacional y Cear, entre otras organizaciones: las devoluciones que se realizan a día de hoy en las vallas fronterizas no cumplen los mínimos exigidos por el derecho internacional.

La agencia europea recuerda además que la Guardia Civil sigue sin tener un protocolo para saber cómo proceder en estas devoluciones, pese a que la norma entró en vigor en abril de 2015.

4. Discursos 'antimusulmanes' y ataques a refugiados

El informe denuncia un aumento de los ataques contra refugiados y demandantes de asilo, que no ilustra con datos generales. En este sentido, el organismo recuerda la necesidad de recopilar más información sobre estos sucesos y denunciar todos los ataques de odio ante las autoridades. Quien sí ha presentado cifras es Alemania y, en su caso, son alarmantes: si en 2014 recogió 199 incidentes contra instalaciones de demandantes de asilo, estas ascendieron hasta las “1.031 en 2015”.

La FRA denuncia los discursos de dirigentes europeos que rechazaron acoger a asilados musulmanes en esta crisis humanitaria, ya “que pueden afectar a la cohesión social”. Algunos de ellos son los representantes de República Checa, Estonia y Eslovaquia, que llegó a decir que los refugiados musulmanes no podrían integrarse porque no el país no contaba con mezquitas. La agencia considera que este tipo de declaraciones “no son compatibles” con el principio de no discriminación del Artículo 21 de la Carta de Derechos de la UE.

5. La pobreza infantil en la UE aumenta

Las cifras de pobreza infantil, teniendo en cuenta el indicador AROPE (tasa de riesgo de pobreza y exclusión social), también inquietan al órgano europeo. A solo cinco años del límite para cumplir los objetivos fijados en el marco EU 2020 (que busca reducir al menos en 20 millones las personas en riesgo de pobreza y exclusión), la meta cada vez está más lejos. “Los números apenas han cambiado desde 2010, cuando la estrategia se puso en marcha, era de un 27,5% y en 2014 era de un 27,8%; de hecho, 190.000 niños más estaban en riesgo de pobreza en 2014 respecto a 2010”.

El texto subraya el crecimiento de los índices de pobreza en algunos países: Finlandia, de un 13% a un 15,6%; España, de un 32,6% a un 35,8%; y Rumanía, de un 48,5% a un 51%, en ese mismo periodo.

6. Las mujeres siguen cobrando menos que los hombres

La brecha salarial es una de las manifestaciones de la discriminación entre hombres y mujeres que remarca la FRA. Las mujeres siguen cobrando menos que sus compañeros varones, un 16% menos por hora trabajada según los últimos datos de Eurostat que considera el informe. La mayor diferencia se registra en Estonia, donde ellas cobran un 30% menos que sus homólogos y la menor en Eslovenia, donde los salarios se alejan un 3% por motivos de género.

7. El antigitanismo: mayor que el rechazo a otras etnias

El rechazo a la población romaní merece un capítulo especial en el informe: la institución, que señala “un aumento” del “impacto de la crisis económica, antigitanismo, manifestaciones y discursos y delitos de odio” contra la población gitana en muchos estados miembros, “especialmente en aquellos con mas comunidades romaníes”. Uno de los puntos que preocupa al órgano es que “las autoridades públicas y los políticos a menudo fallan en condenar públicamente estas tendencias negativas”.

El estudio señala una cifra del Eurobarómeto de 2015, en el que la discriminación por origen étnico es señalada como la más extendida. En ella, los gitanos son los que salen peor parados: el porcentaje de personas que indicaron sentirse cómodas trabajando con gitanos, por ejemplo, era un 63%, “comparado con un 83% que lo dijo para las personas negras o asiáticas y un 94% para las blancas”.

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