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España acaba con cuatro años de recortes en Bruselas y mantiene la cuota de merluza sur para 2019

Una imagen de la "levantá" de atún rojo en la almadraba de la localidad gaditana de Barbate.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Las negociaciones de las cuotas de pesca siempre son maratonianas en Bruselas. La de este año empezó el lunes a las 10.00 de la mañana, y ha terminado este miércoles de madrugada, casi a las 3.00 de la madrugada. Este año, además, las negociaciones se hacían más complejas, porque además de abordar las cuotas de cada país para cada especie, 2019 será el primer año en el que está prohibido tirar o devolver al mar aquellas especies que se llevan las redes al pescar una especie concreta.

Es decir, que cuando un barco pesca merluza, también capturaba otras especies –especies de estrangulamiento– que estaban junto a esa merluza. Hasta ahora, se tiraban al mar; a partir de 2019, es obligatorio desembarcarlas en puerto. Pero, ¿qué pasa si no tenías cuota de esas especies en concreto –como el carbonero, por ejemplo–? Pues que Bruselas ha habilitado una bolsa extra para cuotas de desembarque de esos anteriores descartes, y para esas cuotas también ha habido pugna entre países. En el caso de España, con aquellos que pescan en el Gran Sol, como Bélgica, Reino Unido, Irlanda, Holanda y Francia.

Al final de las negociaciones, este miércoles por la madrugada, la delegación española del ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, mostraba su satisfacción por haber superado la amenaza de un quinto año consecutivo de recortes para la merluza sur, aquella que se pesca en el Gran Sol –el 81% de las embarcaciones que faenan ahí son gallegas; el 15%, vascas; y el resto, asturianas–.

Planas ha manifestado que España ha conseguido un “muy buen resultado” con este pacto, que los ministros han cerrado de madrugada, después de más de dos días de negociaciones, “complejas” y singulares.

Con el acuerdo, España obtiene cuotas de pesca por un valor de 503,8 millones de euros para 2019, lo que supone un incremento de 26 millones de euros o del 5% respecto a los cupos de 2018, según los cálculos del propio ministerio teniendo en cuenta el precio del pescado en primera venta en lonjas.

En la negociación, España ha logrado mantener el nivel de capturas de merluza del sur (Golfo de Cádiz, Galicia y Cantábrico), de gran valor comercial, y frenar la propuesta inicial de la Comisión Europea, que planteaba un recorte del 14%, e interrumpir la tendencia de los últimos cuatro años, en los que la UE bajó el Total Admisible de Capturas (TAC).

Esto supone que la pesca de la merluza en el Cantábrico y en aguas de Galicia, portuguesas y del Golfo de Cádiz podrá mantenerse en 9.257 toneladas –5.923 para España– en 2019, según afirmó el ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas, tras 16 horas de negociaciones con sus homólogos europeos.

España, por otro lado, consigue un incremento de cuota de merluza en aguas del norte: sube un 22,7% en aguas no españolas del Golfo de Vizcaya y un 27,5% en otros caladeros de Irlanda y Escocia, como el Gran Sol.

También suben los totales admisibles de gallo en aguas del norte (47,3% en Gran Sol y 39,9% en aguas no españolas del Golfo de Vizcaya), y de gallo de aguas del sur o aguas ibéricas (35% en el Golfo de Cádiz, Galicia y Cantábrico).

El jurel aumenta el 69,2% en aguas de Galicia y del Golfo de Cádiz, el 18,1% en aguas del oeste y el 17,9% en aguas del Cantábrico. Además, España mantiene su cuota de anchoa en el Golfo de Vizcaya.

El rape aumentará un 5% en aguas ibéricas –tres puntos más de lo propuesto por Bruselas–, mientras que se reduce un 7% en aguas francesas del Golfo de Vizcaya y baja un 2% en aguas irlandesas.

El ministro ha subrayado que en la negociación uno de los puntos más difíciles ha sido la búsqueda de soluciones a la aplicación plena de la obligación plena de desembarque en los puertos, que se aplica en 2019, dentro de las medidas de la PPC para acabar con los descartes (capturas no deseadas de peces que eran arrojados al mar).

El acuerdo incluye medidas para evitar el problema de las especies de estrangulamiento, aquellas para cuya captura un barco (dedicado a otra pesquería), tiene muy poca cuota o cuota cero y cuya carencia de cupo puede amenazar el normal desarrollo de la actividad del barco: sin un acuerdo, había flota amenazada con no poder salir a faenar a partir del 1 de enero.

En el caso de cinco poblaciones (sobre todo bacalao), se establece un mecanismo por el que los Estados miembros con cuota ponen a disposición obligatoriamente un 6% de sus cuotas para los países sin cuota, como es el caso de España.

En cuanto a siete pesquerías para las que España tiene cuota cero (como el lenguado, merlán, un bacalao y la solla en determinados caladeros), se han acordado o negociado bilateralmente con otros Estados miembros intercambios –llamados swaps– para asegurar la disponibilidad de cantidades que los barcos españoles necesitan para seguir su actividad habitual durante 2019.

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