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La igualdad de género en la dirección de las empresas aumenta sus beneficios y productividad

Imagen de archivo.

Laura Olías

La igualdad entre hombres y mujeres en las empresas es un derecho, pero además sale a cuenta. Es lo que constata la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe presentado este miércoles en Ginebra, para el que ha encuestado a casi 13.000 compañías de 70 países. El estudio muestra que un 57% de las empresas coinciden en que las iniciativas en materia de igualdad de género mejoraron sus resultados comerciales y un 60% afirmaron haber aumentado sus ganancias y su productividad.

Dentro de las políticas de igualdad dentro de una compañía, el informe de la OIT –titulado Las mujeres en la gestión empresarial: Argumentos para un cambio– se centra en la participación de las mujeres en la fuerza del trabajo y, en particular, en su presencia en los puestos directivos. El organismo considera que existe “equilibrio de género” cuando la relación entre hombres y mujeres es del 40/60.

Aunque las mujeres van aumentando entre los mandos de las empresas, con una tendencia constante desde 2002, la OIT recuerda que el equilibrio aún queda lejos. De las casi 13.000 compañías entrevistadas, casi la mitad (48,8%) respondió que las mujeres no llegaban a un 30% en los puestos del personal directivo básico. Ese dato empeora a medida que aumenta el cargo de mando: un 56,9% de las empresas tenían a menos de un 30% de mujeres en puestos de dirección superior.

Más mujeres dirigiendo suma beneficios

Además de una cuestión de justicia social, la OIT anima a las compañías a que avancen hacia una mayor presencia de mujeres en sus puestos de mando ya que “constituye una estrategia comercial acertada”. La organización internacional lo sustenta en datos, como que el 74% de las empresas encuestadas que hacen un seguimiento de las repercusiones de la igualdad de género en los puestos directivos aseguraron que habían visto incrementar sus beneficios entre un 5 y un 20%.

Con todos los datos recabados, la OIT estima que las empresas con una “cultura inclusiva de género” tienen un 9% más de probabilidad de mejorar su rendimiento comercial. Una “cultura inclusiva con perspectiva de género” requiere al menos un 30% de mujeres en puestos directivos, “entre el personal directivo de nivel superior y en los consejos de administración”.

La organización subraya la relevancia de ese 9%, “considerando que las medidas que llegan a adoptar las empresas para sacar un simple 2% o 3% de margen de beneficio”.

La mejora de la igualdad en las empresas no solo se aprecia en los beneficios y la productividad, el informe señala que un 57% de las compañías respondió que aumentó su capacidad de atraer y retener talento y un 54% señaló que había adquirido una mayor creatividad.

El empuje de una directora general

La OIT da algunos consejos al mundo empresarial sobre qué medidas pueden implementar para reducir la desigualdad de género en sus direcciones. Señala que “revisar los procedimientos para el reclutamiento, la promoción y controlar el sesgo de género” es una de las formas más efectivas de garantizar que los hombres y las mujeres se encuentren en pie de igualdad en sus trayectorias profesionales.

El estudio refleja que la elección de una mujer como máxima responsable de una empresa tiene una repercusión en toda la cadena de mando por debajo de ella. “Hay un vínculo directo entre el hecho de que una mujer ocupe el puesto de director general y una mayor diversidad de género en los puestos directivos de nivel intermedio, superior y en los altos cargos de una empresa”. De las empresas encuestadas, solo un 21,7% tenían su dirección general en manos de una mujer.

Las políticas de igualdad, en cualquier caso, no deben quedarse solo en el área de recursos humanos. “El objetivo de trabajar hacia un negocio diverso e inclusivo de género debe ser estratégico para toda la empresa”, enfatizan desde el organismo, ya que “la falta de aceptación y responsabilidad de los equipos directivos en diferentes niveles puede frustrar seriamente los esfuerzos de diversidad de género de otros empleados de la compañía”.

Otra de las medidas recomendadas para alcanzar una mayor igualdad consiste en “acuerdos laborales flexibles que apoyen el equilibrio entre la vida laboral y familiar de todos los empleados, tanto hombres como mujeres”, ya que la disponibilidad total que requieren ciertos puestos de dirección perjudica a las mujeres, “ya que son ellas quienes generalmente asumen más responsabilidades relacionadas con el hogar y la familia”.

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