¿Qué esperamos de los Presupuestos?
El Gobierno ha vendido las cuentas públicas de 2015 como las de la “consolidación de la recuperación”. Por ahora, y antes de conocer las líneas maestras, la información disponible apunta en realidad a unos presupuestos de la congelación. Se mantendrán invariables los sueldos de los funcionarios públicos y con casi toda seguridad, las pensiones solo servirán el mínimo legal marcado en la actualidad en el 0,25%.
La complicación para cuadrar los números vendrá este año por la necesidad del Gobierno de conjugar el año electoral con el cumplimiento de los objetivos de déficit de Bruselas. Hacienda ha recibido un inesperado margen con el cambio metodológico del PIB que le permite añadir otros 2.000 o 3.000 millones de euros al agujero negro. También se beneficia de la reducción de los 4.000 millones de euros (aproximadamente) menos que pagará en prestaciones por desempleo o en la reducción del pago del servicio de la deuda.
Pero las cuentas se hacen con una incógnita añadida: la que provoca la incertidumbre en el nivel de ingresos que causará la aplicación de la reforma fiscal. Esta ley de presupuestos estrena nuevo marco tributario que ya avanza una reducción de los ingresos por IRPF en 9.000 millones de euros. El Ejecutivo se la juega a lo que denomina “ensanchamiento de las bases imponibles”, esto es, recaudar sobre una mayor base aunque el tipo de gravamen sea menor, y a la evolución favorable de la economía.
Este último punto es, ya casi de forma clásica desde que se inició la crisis en 2008, el más controvertido. Economía ha elaborado las cuentas públicas con una previsión de crecimiento del 2%, una subida del PIB que obvia los posibles tropezones de la economía del euro. La propia Autoridad Fiscal Independiente advertía el viernes de que estos riesgos a la baja no están contabilizados en el cuadro macroeconómico.
Pese al optimismo del Ejecutivo, la previsión es que a finales de 2015 todavía haya más de cinco millones de parados en España.