Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Nueva Pescanova llevará en 2023 al plato pulpos criados en cautiverio a pesar de los riesgos éticos y medioambientales

Pulpo juvenil de 170 días en las instalaciones de Nueva Pescanova

Iván Fernández

Los pulpos Lourditas y Goliath van a tener hijos por primera vez. Nada extraordinario si no fuera porque se trata de los primeros pulpos criados en cautiverio que deciden reproducirse. Al menos así lo anunció Nueva Pescanova, ya que varias fuentes apuntan a que el investigador Jose Iglesias ya había conseguido cerrar el círculo de reproducción y que la compañía japonesa Nissui lo consiguió el año pasado. Dentro de más o menos un mes los huevos eclosionarán y en apenas dos años se desarrollarán unos pulpos que nunca conocerán el mar. Lo realmente novedoso es que casi la mitad de los recién nacidos sobrevivirán, dejando atrás la tasa de mortalidad del 99,9% que había hasta ahora y posibilitando así una comercialización que tendrá lugar en el año 2023. 

Un hito desde el punto de vista de la innovación, pero que conlleva fuertes dilemas éticos y medioambientales, según científicos y ecologistas. “No nos hace ninguna gracia, no creemos que sea una actividad sostenible”, sostiene Raúl García, coordinador de pesquerías de WWF. “Los pulpos están particularmente mal adaptados a una vida en cautiverio y producción en masa”, explica un grupo de científicos de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de Sidney, que ante la fuerte demanda de este invertebrado decidieron juntarse para alentar a las empresas e instituciones a que no desarrollen el pulpo en cautiverio.

El Foro Económico Mundial y la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) también han puesto el foco sobre el pulpo. Ponen en tela de juicio el exceso de demanda que ha vivido en los últimos años e invitan a reflexionar sobre su consumo. La otra pata de la mesa, la oferta de pulpo, también se ha estrechado considerablemente debido a una mala gestión de su ecosistema. El resultado es un precio disparado: el pulpo de la costa gallega ha pasado en los últimos dos años de un tope de 7 euros el kilo a 14 euros. La FAO estima que el incremento se seguirá dando en la medida en que la demanda vaya aumentando en todos los mercados principales –Japón, Estados Unidos, China y Europa– y las capturas sigan siendo limitadas incluso en los principales países productores como Marruecos, Mauritania y México.

El invertebrado inteligente que menos sobrevive

Capaces de resolver problemas, expertos en escapar de trampas y acuarios, un sistema nervioso muy sensible al estrés o resistencia para recorrer kilómetros en busca de comida han alimentado una fascinación humana por el único invertebrado que la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia considera dotado de sentidos junto con los mamíferos y las aves. Sin embargo, la vida en alta mar es muy dura para este cefalópodo, su tasa de supervivencia es del 0,0001% mientras que, con los resultados que está obteniendo Nueva Pescanova hasta el momento, esta cifra se estima que se elevará al 50% en acuicultura.

“En las instalaciones tenemos unas condiciones controladas, es decir, libres de depredadores, de contaminación, las corrientes están controladas, las tormentas o elementos a la deriva como puede ser un tronco (que al tratarse de cuerpos gelatinosos los mataría). Tener todo eso controlado permite una supervivencia mucho mayor que la que tendrían en el medio salvaje”, explica Ricardo Tur, investigador principal de cefalópodos de Nueva Pescanova

¿Condiciones “monótonas”?

El sector pulpero lleva más de 60 años intentando conseguir producir pulpos en cautividad. Como bromean los investigadores del proyecto con el nombre de Lourditas (Lourdes), el milagro se ha obrado y el Grupo Nueva Pescanova, que desarrolla el proyecto tras haber adquirido la patente de la investigación al Instituto Español de Oceanografía (IEO), prevé estar preparado para comercializar pulpo de cría a partir del 2023.

Según Tur, “el pulpo requiere unas condiciones marinas muy específicas para su desarrollo, como la disponibilidad de alimento y factores oceanográficos óptimos relacionados con la temperatura, la salinidad, las corrientes oceánicas y el bienestar del animal”. Para los científicos estos ambientes “estrictamente controlados y monótonos”, suponen una maldición para “un pulpo curioso y activo que es más probable que contraiga infecciones, se vuelva más agresivo y tenga una alta tasa de mortalidad cuando se cría en estas condiciones”. 

La compañía española afirma que apuesta firmemente por la acuicultura como método para reducir la presión sobre los caladeros y garantizar los recursos sostenibles, seguros, saludables y controlados, complementando a la pesca. Sin embargo, desde WWF advierten que el historial de Pescanova con la acuicultura es “terrible”. “Negativo desde el punto de vista ambiental y trato animal”, afirman. Ponen de ejemplo el uso político que se dio a la instalación de una piscifactoria de rodaballos en un espacio protegido de cabo Touriñán, que acabó trasladándose a Portugal para ser posteriormente cerrada. Aunque reconocen su voluntad de dar un voto de confianza a los nuevos dirigentes tras el concurso de acreedores que supuso una reestructuración de la empresa y dio lugar a la nueva compañía.

Pescado para alimentar a un glotón

El pulpo tiene una tasa de conversión 3:1, es decir, necesita alimentarse por tres veces su peso. “¿Queremos el pescado para alimentar a la gente o para alimentar a un pulpo que luego se lo comerá la gente?”, se preguntan en WWF. En el mismo sentido se pronuncia el grupo de expertos de la Universidad de Nueva York: “La cría de pulpos aumentaría, no aliviaría, la presión sobre los animales acuáticos silvestres”. Desde eldiario.es nos hemos puesto en contacto con el Instituto de Oceanografía de Vigo –institución que desarrolló la patente que posteriormente compró Pescanova– para averiguar cómo están siendo alimentados los pulpos pero explican que “tienen orden de no hablar”. La empresa también ha alegado que es parte de la investigación y no pueden dar este tipo de datos “por el momento”. 

“Deben demostrar si es sostenible y si no lo publican es porque no deben de ser datos muy buenos”, afirma García. Por su parte, David Chavarrías, director del Pescanova Biomarine Center cree que se restará presión a los stocks naturales de pulpo. “La demanda ya va a llegar cubierta de la acuicultura y luego por otro lado desde un punto de vista experimental podemos empezar a plantearnos planes de repoblación de los medios naturales por la escasez, como hemos hecho hace poco de la mano de las administraciones públicas con el rodaballo”.

Varios biólogos señalan que la escasez de pulpo se debe a un fracaso de la gestión pesquera. Creen que se deberían acometer medidas que fomentaran el cuidado de las zonas donde vive el pulpo. “Si recuperásemos todas las pesquerías sobreexplotadas de Europa –cerca del 60%– aumentaríamos en varios millones de toneladas los peces recogidos”, señala García, quién remarca que en Galicia llevan diez años sin avanzar por falta de voluntad política. “Hay nueva ciencia y nuevas herramientas que se podrían aplicar para estas pesquerías”, afirma. 

El cultivo de pulpos será una de las principales líneas de estudio que realizará el Pescanova Biomarine Center, uno de los centros de I+D+i  que abrirá en O Grove (Pontevedra) en 2020, y cuyo equipo ya ha arrancado su labor investigadora desde las instalaciones de Nueva Pescanova en Chapela (Vigo). 

“Vamos a intentar potenciar la industria 4.0. El pulpo ha sido la primera, pero tenemos otras especies metidas en el radar que intentaremos abordar desde el punto de vista de genética, nutrición, manejo y salud”, explica Chavarrías, quien recuerda los datos de la FAO, “actualmente el 50% del pescado que se consume en el mundo proviene de la acuicultura, y se prevé que la cifra ascienda al 66% en 2030”.

Etiquetas
stats