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Cómo usar juguetes sexuales anales para una experiencia sexual nueva que te encantará recordar

Una pareja.

E. García

26 de diciembre de 2020 05:00 h

Cada día son más las personas que practican en su casa a solas con masajeadores y bolas especialmente diseñados para obtener satisfacción a través de la penetración anal. Más que nada porque, aun siendo el sexo anal un eterno tabú, la comercialización de estos juguetes específicos ha permitido a la sociedad descubrir sus grandes ventajas en solitario: desde la posibilidad de controlar en todo momento cuándo están llegando demasiado profundo, de cambiar de posición, ritmo y presión si el objeto de placer está mal focalizado, y de adaptarlo a sus gustos: con un juguete es posible elegir el grosor, que suelen ser más finos, así como la profundidad. 

Como adelanta el sexólogo Alfonso Antona, “por vía anal, tras una adecuada dilatación y entreno, se puede estimular de forma indirecta la raíz interna del clítoris, lo que se traducirá en placer. En el varón, lo mismo pasa con la parte inervada posterior de la próstata y raíces nerviosas peneanas”. Ahora bien, matiza, es muy difícil conseguir el orgasmo si no se complementa con la estimulación del clítoris o del pene. 

Valérie Tasso, escritora, sexóloga y embajadora de LELO en España, recalca que “no existe una fórmula mágica que pueda funcionar con todo el mundo, ya que ‘homogeneizar’ al ser sexuado sería, desde el punto de vista de la sexología, un grave error”. 

En su opinión, cada persona tiene su manera de disfrutar del sexo anal (y del sexo, en general). Por ejemplo, una mujer de 36 años que responde al pseudónimo de Belén comenta abiertamente: “el sexo anal con mis toys lo practico bastante cuando me está costando clitorialmente, me resulta mucho más rápido, no sé, me da morbo. Y con un hombre, si tengo confianza y me pone mucho, también me mola”. 

¿Por qué es placentero a nivel anatómico y psicológico?

La sexóloga Tasso argumenta por qué es placentero el sexo anal, para empezar, en los hombres: “a nivel anatómico, se estimula la próstata, que es el famoso Punto P (lo que muchos comparan con el Punto G de la mujer), desde el cual empieza el orgasmo en dos tiempos difíciles de detectar”. Básicamente porque muchos hombres creen que eyacular es sinónimo de orgasmo, cuando no es así: “primero, la próstata emite contracciones y, luego, expulsa el semen a través de la uretra para llegar a la eyaculación”, aclara. 

Ahora bien, muchos hombres reconocen que llegar al orgasmo por la “puerta trasera” es una experiencia muchísimo más placentera. Es el caso de Ayoce, un repartidor de 23 años que prefiere no revelar su apellido, que recuerda su primera vez: “fue una sensación extraña pero muy muy placentera con la que tuve un orgasmo muy fuerte”.

A nivel psicológico, y en hombres heterosexuales, corrobora la sexóloga Tasso, “el disfrute es increíble porque, a pesar de seguir siendo un tema ‘tabú’, es una gran muestra de confianza y amor hacia su pareja”. Si a eso le añadimos el lado “transgresor” que supone para muchos hombres heteros, el morbo está servido.   

Por su parte, en las mujeres, la estimulación pélvica a través del ano puede conducir a un placer sin igual. Tasso disecciona que, “cuando se empieza a excitar la zona anal femenina, las paredes se dilatan poco a poco y el pene o un juguete anal pueden ejercer una presión fantástica sobre el Punto G (la raíz del clítoris)”. Estas sensaciones, en las mujeres que ya dominan el sexo anal, pueden llegar a ser muchísimo más placenteras e intensas que a través de la vagina.

A nivel psicológico, fundamenta, “acceder al sexo anal es muchas veces como hacer un regalo a sus parejas. Darles algo especial. Mostrar amor, mucha confianza y respeto por sus amantes. Y no hay nada más placentero e intenso que entregarse de esta manera”.    

La cuestión es que, sea cuál sea el género, el sexo anal refuerza la complicidad en la pareja. Pero hay que saber cómo hacerlo y Valerie Tasso nos enumera su fórmula. 

Consejos para disfrutar del sexo anal y usar juguetes sexuales

La fórmula del buen sexo anal es “relajación, mucha lubricación, mucha preparación, muchísima excitación y paciencia (la comunicación, aquí, es fundamental)”. Para ponerla en práctica, la marca de juguetes eróticos LELO tiene unos objetos de placer que responden a estos mandamientos y deberían seguirse según este orden: 

Relajación 1: Smart Wand 2 es un magnífico masajeador íntimo para relajar todo el cuerpo, como fase primera a una experiencia anal. Se puede usar en todo el cuerpo, desde los pies a la cabeza.

Relajación 2: para estimular todas las zonas erógenas, no está de más usar las velas perfumadas de LELO para que él y/o ella puedan hacer un masaje relajante o beneficiarse de este masaje, usando todos los sentidos (sobre todo, el olfato y el tacto). Estas velas, además de crear un ambiente propicio para la intimidad, desprenden una cera que se convierte inmediatamente en un delicioso aceite que se puede untar en todo el cuerpo.

Infinita lubricación: la hidratante personal de LELO, que tiene una base acuosa, hidrata y lubrica, debería usarse en abundancia. La escritora Tasso recuerda que “el ano no genera lubricación de per se, así que no deberíamos escatimar en el uso de este producto”. Aconseja que, primero, se use en toda la parte genital: en la vulva, el pene y el escroto, para terminar por el ano.

Preparación del ano antes de usar un juguete erótico: introducir inmediatamente un juguete en el ano no es aconsejable. No dudes en lamer, chupar (incluso con la hidratante personal puesta, que es absolutamente inocua y nada desagradable, ya que reproduce los fluidos del cuerpo). Propone jugar con un dedo o dos con el ano durante el tiempo que haga falta antes de la penetración con el juguete.

Uso de un juguete anal (tanto para hombres como para mujeres): HUGO es, para la sexóloga, “el mejor masajeador prostático que existe. Al origen, se trata de un refinado vibrador anal y un estimulador de próstata con control remoto”. Es ideal para una primera vez o para amantes más experimentados en el sexo anal y el control remoto es un gran acierto, ya que permite usarlo sin necesidad de emplear las manos.

HUGO, para hombres, es ideal por su peculiar forma. Por una parte, estimula la próstata desde dentro y, por otra, acaricia el periné, lo que permite también excitar el Punto P por fuera.

HUGO, para mujeres, permite un deslizamiento progresivo en el ano. “Como no tenemos próstata, la parte que estimula el periné genera, en nosotras, un ligero cosquilleo que puede ser una magnífica herramienta para centrarnos en muchas sensaciones y no estar pendiente solo de la introducción anal”, asegura Tasso. Quien, además, recomienda a las mujeres usar Sona 2 cruise para que se puedan estimular el clítoris a la vez y excitarse aún más, en la línea que adelantaba Antona. 

Paciencia y comunicación: en el sexo anal, más que en cualquier otra práctica erótica, hay que tener tiempo de disfrutar y no dudar en decir cómo nos gusta que nos estimulen. “Ambos conceptos, paciencia y comunicación, nunca han cobrado tanto sentido como en esta práctica”, concluye la experta. 

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