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Agricultores reclaman la revisión de cláusulas aseguradoras ante la “catástrofe” social y cultivos arruinados

Campo inundado

María José Rodríguez

La estimación oficial es de  600.000 jornales perdidos y las más de  30.000 hectáreas de diferentes cultivos  siniestradas,  como consecuencia del temporal y el desbordamiento de riberas y agua procedente de la lluvia que continúan afectando a más superficies de la Comunidad.   Desde el campo, agricultores  perjudicados y algunas organizaciones  reivindican “la revisión de cláusulas  aseguradoras” ante la “catástrofe” de familias y cultivos arruinados .

Además,  todos los colectivos agrarios demandan  al unísono la declaración de Zona Catastrófica para el conjunto de términos afectados por emergencia social.

Así lo han explicado, con diferentes matices, a este diario desde la Asociación Profesional de Agricultores de Don Benito y propietarios de campos de las Vegas Bajas y Altas del Guadiana, que junto a Tierra de Barros y la Campiña Sur, han resultado de las zonas más diezmadas.

También, a través de un comunicado, la organización profesional agraria La Unión Extremadura exigía este miércoles a las administraciones autonómica y regional la aprobación  inmediata de  “medidas urgentes” para paliar las pérdidas provocadas por las tormentas y reclamaba adecuar los seguros agrarios “a las condiciones de campañas con continuas tormentas” entre otras cuestiones

El presidente de la Asociación Profesional de Agricultores de Don Benito, Emilio Camacho, subraya a eldiarioex que reivindican “que se revisen las cláusulas que regulan las normas de tasación de los daños en los cultivos”  ocasionados por adversidades climatológicas y  las diferentes líneas aseguradoras.

Plantas primeras

En las Vegas Altas, el representante de 300 agricultores de la comarca, precisa que en esta zona las tormentas han ocasionado más daños en explotaciones de Medellín y Santa Amalia. Sobre la valoración de pérdidas explica que los seguros no cubren daños de plantas primerizas y recién sembradas en casos como el arroz o el maíz, entre otros muchos.

Camacho también señala que se ocasionan“ pérdidas en los cultivos que no entran en el peritaje” ni en líneas de seguro como son los costes de preparación de la siembra, la inversión en tratamientos para prevenir plagas o enfermedades, así como las labores preparatorias, cuestiones que debería cubrir el seguro, según sugiere.

Otra reivindicación de esta organización con el objeto de aportar más protección a los cultivos de fruta sería implementar en la normativa aseguradora  “que se valoren los  datos históricos de la explotación” cuando el agricultor cultive en dos fincas bajo una misma titularidad.

Desprotección

Según  recuerda ahora con un seguro de explotación a la hora de peritarse los daños se calcula la media de las dos fincas en vez del total de la producción, “sin llegar a cubrir” en muchos casos lo fijado en la franquicia contratada con Agroseguro, única aseguradora agraria del país.

“Somos partidarios de mantener el sistema de Agroseguro, pero hay que revisarlo”, insiste Camacho quien demanda que en las reuniones técnicas se reparen estas cuestiones para trabajarlas junto a la aseguradora  y así se revisen las cláusulas y adapten las mismas a las adversidades climatológicas.

“El sector agrario en general está desprotegido  ante un catástrofe” como la que se está padeciendo Extremadura estas semanas, según lamenta, antes de apuntar que la situación ha motivado el endeudamiento de muchas familias, que “han invertido en una producción que ahora ven arruinada”.

Lagunas

Por su parte,  desde la organización agraria Asaja considera que para valorar los daños actuales el peritaje se está llevando a cabo “con agilidad” y que Agroseguros lo “está haciendo bien”, aunque advierte que se mantendrán “vigilantes”, así lo ha expuesto su presidente, Juan Metidieri.

Metidieri reconoce “lagunas” en las mesas donde se negocian con la compañía  aseguradora las diferentes líneas de seguro existentes, por ejemplo a la hora de fijar el precio de la renta de la tierra, según argumenta, puesto que “no se pueden valorar al mismo precio unos terrenos con otros”, agrega.

Al respecto, recuerda que en 2016, año donde muchos agricultores sufrieron otro temporal las organizaciones agrarias lograron presionar para cambiar algunos aspectos.

Temporales pasados

Una bióloga y agricultora de las Vegas del Guadiana, afectada por inundaciones y pedrisco hace unos años, y también en las últimas semanas, que prefiere guardar confidencialidad,   reconoce a este diario que en su caso y en el de más agricultores que conoce desvinculados de organizaciones agrarias han dejado de asegurar cultivos tras “malas experiencias”.

Afirma que la aseguradora ha “incumplido”  precios pactados previamente y  que tras echar las cuentas consideran que les sale más rentable asumir las pérdidas que pagar la cuota anual del seguro para que luego no les cubra.

Relata que hace cuatro años sembraron cacahuetes, aseguraron 3.000 kilos de cosecha, pero no pudieron cosechar nada por inundación y aguas persistentes. Tras  discutir con el técnico para que reconociera la superficie y cantidad cultivada, según denuncia,  él mismo les cuenta “que hay una única bolsa para  todos los daños de cultivos, y que pagarían el 60% de lo acordado”,   cantidad que finalmente aceptaron por no quedarse sin nada . “No nos quedó otra que aceptarlo”, apunta, y una vez aceptada la rebaja les quitaron el 20% de franquicia, según concluye.

Información

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos destacan la necesidad de estar bien informados antes de contratar una línea de seguro o franquicia, subrayan al respecto que “hay normas establecidas” y “porcentajes claros”  que Agroseguro no puede contravenir una vez acordados, puesto que devienen de una orden ministerial, tras la negociación  acordada por organizaciones agrarias, cooperativas, administraciones y  aseguradora.

Al respecto, el técnico de seguros de este colectivo José Ángel Pintado,   reconoce que han recibido quejas de afectados con seguros franquiciados, “porque  no les han explicado bien cómo se aplica”, o no cuentan con la información suficiente cuando las contratan.

Indemnizaciones en verano

Explica que el proceso de peritaje siempre lo inicia un perito de Agroseguros con el agricultor, que valora los daños, el cual si no está de acuerdo puede mostrar su disconformidad y acudir a  otro perito, antes de recurrir a la vía judicial.

La franquicia a contratar se fija en función del siniestro (pedrisco, falta de cuajado, granizo) y  la variedad de cultivo, entre otras variables. En el caso de los frutales se juntan dos siniestros en las zonas afectadas de los últimos días, según observa, que serían el pedrisco y la falta de cuajado , y por tanto la situación “es catastrófica”.

Ahora, tras los peritajes  técnicos, se pueden dar dos circunstancias  a la hora de recibir el dinero del seguro. Si el cultivo ha resultado completamente arrasado tras la valoración se hará efectiva la indemnización entre los meses de julio, agosto y septiembre, como en el caso del tomate. Pero en caso siniestro en frutales, se exige un seguimiento puesto que se valoran los daños a medida que se van recolectando,  según detalla Upa.

Eta organización al  igual que el resto de colectivos agrarios  indicados considera de vital importancia declarar zona catastrófica la totalidad de la superficie afectada en la Comunidad.

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