¿De qué se ríen las mujeres? Las humoristas se hacen con las redes sociales

Humoristas que han labrado su carrera a partir de un vídeo que se hizo viral.

Carmen López

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Hace ocho años, la granadina Marta Martínez subió a Internet un vídeo en el que hablaba en broma sobre su ciudad. Ahora llena teatros con sus shows en directo, ha actuado en varias películas y tiene su propia serie, ¡Martita!, que se puede ver en Flooxer y en Atresplayer. Su nombre artístico es Martita de Graná y es una veterana en el colectivo de mujeres humoristas que empezaron su carrera en las redes sociales. No es un fenómeno nuevo, pero el confinamiento por la pandemia de la Covid-19 lo convirtió en boom y ahora mismo son legión en Instagram y TikTok. En general, prima el costumbrismo heredado del stand up más clásico: la cotidianidad hiperbolizada como base para la carcajada. Si Jerry Seinfeld triunfó con observaciones sobre el segundo botón de la camisa, Martita de Graná lo ha hecho con las vicisitudes de una chica que vive en el sur de España.

Ahora mismo tiene un millón y medio de seguidores en Instagram y 790.000 en TikTok, pero su éxito comenzó en Facebook, cuando esa plataforma aún era campo de virales (hace un siglo en Internet). “El primer vídeo era sobre Granada, las tapas, la Sierra o la Alhambra”, dice a elDiario.es. “Seguí subiendo cosas porque se me daba bien hacer vídeos y humor, algo que sinceramente no sabía, porque nunca había pensado en ser cómica. Me llegó así de repente”, explica. Con el tiempo la empezaron a llamar para hacer monólogos en directo y pese a su pánico escénico, aceptó: “Estoy orgullosa de mí porque me dije 'vamos p'alante, vamos a intentarlo' y así empezó todo”.

Su primera actuación fue en Mancha Real, un pueblo de Jaén, con un público que no cuadraba demasiado con su humor gamberro. “Me acompañaron mi madre y mi hermana y fue un poco caótico porque allí no había más que niños y abuelos y mi contenido es un poco escatológico o sexual. Pero bueno, fue gracioso”. Su fandom en redes sociales es bastante diferente al de aquel día: aunque también hay hombres, el 80% de su masa de seguidores son mujeres con un rango de edad muy amplio. “Al final lo que gusta de mí es que soy una chica normal que habla de las cosas cotidianas que nos pasan a todas”, comenta. La mayor parte de los comentarios que recibe son positivos aunque tampoco se escapa del hate, sobre todo en relación a su aspecto. “Martita de Graná es una chica que está en su casa, en pijama y sin maquillaje, así que el día que voy a alguna gala y me pongo guapa, la gente me critica”, afirma.

Martita de Graná es una chica que está en su casa, en pijama y sin maquillaje, así que el día que voy a alguna gala y me pongo guapa, la gente me critica

Marta Martínez (Martita de Graná) cómica

Mayte Hidalgo, @may_te para sus seguidores, llevaba 12 años trabajando en una tienda de la cadena de Inditex y se pidió una excedencia para dedicarse de pleno a la comedia. Su trayectoria es similar a la de Marta Martínez, ya que todo empezó con un vídeo que se viralizó. “Un poquito después de la pandemia, una amiga me enseñó lo de hacer mímica en TikTok, lo de poner otras voces”, comenta. “Y un día de repente me dije 'oye, ¿y si yo desarrollo aquí mi locura en vez de hacer mímica con las voces de los demás?' y así empecé”. El primero que se hizo viral iba sobre cómo la atendía la doctora en el centro de salud y de ahí pasó a la temática de la maternidad.

Actualmente tiene 547.000 seguidores, 300.000 en TikTok (calcula también que en un 80% mujeres) y está empezando a hacer sus pinitos en la actuación fuera de Internet. Trabaja con una agencia de representación y, de hecho, el mismo día que habla con este diario debuta con un monólogo en el evento de una revista femenina. Además, ya tiene fechas programadas para una actuación en directo con Raúl Massana y El Show de Briten. “Para mí las redes sociales han sido un trampolín total, me encanta hacer vídeos y voy a seguir haciéndolos. Pero sí que es verdad que me veía en el escenario”, afirma.

Dos semanas después de que comenzase el confinamiento por la pandemia en Orlando (Estados Unidos) –concretamente el 24 de marzo de 2020– la puertorriqueña Maritere Castellanos Esteve, @madresencuarentena en las redes, comenzó su carrera en la comedia sin proponérselo. Tiene tres hijos y a esas alturas del encierro estaba a punto de enloquecer, así que empezó a grabar audios con distintos acentos en los que le decía a la gente que se quedaran en casa y se tomaran la cuarentena en serio. “Se los envié a mis familiares y amigos en forma de chiste, entre ellos a Sylvi Escoto, amiga de toda la vida y reportera de Televisión de Noticias”, afirma. Fue ella la que le sugirió que comenzase con los vídeos en Internet “como un desahogo maternal para nuestras amigas”. “Luego yo hice un vídeo encerrada en el closet, hablando como cubana, dando consejos a las madres que se fue viral y de ahí nos motivamos a seguir publicando, dándole nombre a los supuestos diferentes personajes de distintas nacionalidades”, afirma.

Ahora tiene 797.000 seguidores en Instagram y 120.900 en TikTok, la mayoría mujeres. “Hasta el sol de hoy, no lo considero mi trabajo sino una forma de entretenimiento. Me sirve de terapia y me ha ayudado a canalizar todos esos deseos reprimidos que tenía de ser actriz”, comenta de entrada, aunque también sostiene: “de cierto modo, sí es una carrera ya que hay maneras de monetizar con la página”. Además, gracias a las redes ha tenido la oportunidad de conocer muchas personas a las que admira y también va a dar el salto al escenario. “Estoy trabajando en un Stand Up Comedy Show en Puerto Rico, que es mi tierra natal, a principios de febrero. Un poco nerviosa, pero emocionada de que mis sueños se estén haciendo realidad”, afirma.

Otros escenarios

En 2021, los responsables de la sala madrileña La chocita del loro alegaron que no había cómicas en su programación porque no eran lo suficientemente buenas. En concreto, presagiaron que tendrían que pasar “uno o dos años” para que una mujer humorista llegase al nivel de los hombres que se subían al escenario. Obviamente, aquellas declaraciones levantaron un gran revuelo en el sector y en la opinión pública tanto por machistas como por falsas. Sin embargo y pese al escándalo, eran el reflejo de una realidad presente entre las bambalinas de los teatros.

Para mí las redes sociales han sido un trampolín total, me encanta hacer vídeos y voy a seguir haciéndolos. Pero sí que es verdad que me veía en el escenario

Mayte Hidalgo (@may_te) humorista

Martita de Graná, según su experiencia, considera que en la actualidad no hay discriminación o, al menos, no tanta dentro del gremio. “Tengo compañeras que llevan muchísimos años y sé, como sabemos todos, que siempre ha habido un poco de bullying hacia las mujeres haciendo comedia. Pero es verdad y lo digo orgullosa, me considero parte de un cambio”. Ella llena los teatros y tanto la gente como los programadores están contentos. Mayte Hidalgo tampoco tiene una percepción negativa: “Yo creo que las mujeres con la comedia vienen superfuertes y estamos a tope ahora”, asegura, aunque también reconoce que hoy en día lo tienen más fácil gracias al trabajo que han hecho sus antecesoras. “Es súper importante porque nos lo han puesto más facilito y estoy aprendiendo mucho de ellas, claro”, concluye. Sus cómicas de referencia son Ana Morgade y Silvia Abril “es mi coach, me encanta”, mientras que para Maritere Castellanos lo son Ivelissa Ríos, Ana Belaval, Sofía Niño de Rivera, Sofía Vergara o Alexandra Fuentes. “En ocasiones me ayudan a inspirarme y a crear contenido o hasta a veces, recrear el mismo contenido pero a mi manera”, comenta.

Marta Martínez cuenta que incluso antes de dedicarse a la comedia “la gente me decía que les recordaba a Ana Morgade”, a la que admira así como a Lina Morgan. También le gusta mucho el trabajo de Carolina Iglesias, de Inés Hernán o Maru Candele, “una chica que en directo es maravillosa. Creo que todas mis compañeras me inspiran de una manera u otra”, afirma. Tanto Hidalgo como Martínez aseguran que hay buen rollo entre las cómicas del país y que forman una comunidad en la que interactúan porque como dice la primera: “es necesario ayudarnos entre nosotras”.

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