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Abandona la Sanidad vasca otro de los denunciantes de irregularidades en las oposiciones médicas

Manoel Martínez, Marta Macho y Roberto Sánchez, denunciantes de las irregularidades en la OPE de Osakidetza, en 2018

Iker Rioja Andueza

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Primero fue Roberto Sánchez y ahora también deja el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) Manoel Martínez. Así, de los tres anestesistas interinos del hospital de Arrasate-Mondragón que en 2018 denunciaron la existencia de filtraciones en la oposiciones médicas de la Sanidad pública vasca solamente Marta Macho continúa en su puesto. Martínez, que trabajará ahora en Cantabria, afirma haber sufrido “presiones” tras haber alzado la voz y haberse sentido “investigado” mientras que, a su entender, la dirección ha dado cobijo a quienes participaban de este sistema de reparto de plazas, entre los que incluye a jefes de servicio y opositores.

Martínez, de origen gallego, era un recién llegado a Euskadi cuando conoció que -ironiza- “las OPE eran los padres”, esto es, que las plazas se repartían entre los candidatos afines y que de poco servía estudiar. Afirma que acudió al sindicato al que entonces pertenecía, UGT, y que recibió un portazo. “Me dieron largas. Me dijeron que esto pasaba en todos los lados. Acabé cambiándome de sindicato”, rememora. Así aterrizó en ESK con Macho y Sánchez. “Hicimos todo lo que hicimos, que ya es conocido. Ahora Roberto se ha ido y yo también. Queda Marta, que va a tener que aguantar”, resume sobre lo ocurrido estos cuatro años.

Del inicio de aquel proceso recuerda al entonces consejero, Jon Darpón, llamando “kamikazes” a los denunciantes. La directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, llegó a avisarles en el Parlamento de que serían denunciados a la Fiscalía por “tentativa de actuación fraudulenta”. Ambos dimitieron meses después. “Y también recuerdo la farsa de investigación interna, que sólo quería despistar a la opinión pública de la red”, añade. Aquellas pesquisas concluyeron que no había irregularidades aunque los testimonios recopilados sí apuntaban a ello. El material no se envió al ministerio fiscal, aunque luego sí apareció cuando el juzgado hizo a Osakidetza un requerimiento específico. “La dirección del ente consiente absolutamente estas prácticas”, entiende Martínez. Añade que en 2022 también fueron investigados tras haber denunciado problemas en su hospital mediante protocolos de conflicto. “Apareció un señor para ver qué pasaba. Los primeros en ser llamados a declarar fuimos nosotros”, ironiza.

Ahora, el caso se halla en una encrucijada. Después de cuatro magistradas al frente de la investigación, a finales de julio, la instructora Blanca Ester Díaz Pulido acordó cerrarla aunque ni siquiera se han revisado todos los exámenes de todas las categorías médicas en las que hay sospechas de filtraciones. Y eso a pesar de que en los casos en que sí se ha hecho han aparecido redacciones casi gemelas, errores comunes o incluso palabras clave subrayadas y en mayúscula. “Hay muchos indicios y si se tiene ganas es fácil demostrar que ha habido filtraciones. Un ejemplo claro eran los exámenes de Traumatología. Si se dejase investigar, se encontrarían cosas similares”, señala Martínez.

Sin embargo, se muestra diplomático con la decisión de su sindicato, ESK, de no recurrir el cierre de la causa, lo que supone 'de facto' darlo por bueno. En su momento, llegó a considerar que esta decisión era un “paso”. “Son decisiones de la cúpula del sindicato que hay que respetar”, señala Martínez. En todo caso, añade: “La parte judicial siempre es una incógnita grande. Nunca se sabe lo que puede pasar. Visto lo visto, en cuatro años de instrucción ha habido cuatro encargadas del caso, ha habido demasiadas trabas y hasta poca voluntad, parece. Se podían haber hecho muchas más cosas. No creo que prospere el recurso y que vaya más allá”, indica sobre la decisión del otro sindicato personado en la causa LAB, de mantener la batalla jurídica.

ESK ha querido 'despedir' a Martínez con una pequeña concentración en la entrada del recinto hospitalario de Arrasate-Mondragón. “Las redes clientelares de Osakidetza que según el PNV no existen están castigando uno a uno en la sombra hasta tener que abandonar su empleo a quienes denunciaron estas tramas y chanchullos. Pese a todo, seguiremos denunciando las irregularidades que detectemos”, entiende la central, que se ha movilizado detrás de una pancarta en la que se leía 'Errrepresiorik ez!' ('no a la represión').

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