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Los albergues para personas sin hogar en Bilbao están al completo a raíz de la ola de frío y de la pandemia

Persona sin hogar en las calles de Bilbao

Maialen Ferreira

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Durante este invierno el total de las 636 plazas que ofrecen el Ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno vasco para acoger a las personas sin hogar de la capital vizcaína han estado -y están- al 100% de su capacidad. Es la primera vez que ocurre esta situación y a pesar de que desde el Consistorio insisten en que “se ha atendido a todas las demandas”, desde Elkarrekin Podemos-IU señalan que según sus cálculos hay personas que no han sido atendidas y en EH Bildu defienden que el hecho de que los albergues estén al completo supone que están “desbordados”.

Son las conclusiones a las que han llegado este miércoles tras la comparecencia en una comisión municipal del concejal de Acción Social, Juan Ibarretxe (PNV) a petición de Elkarrekin Podemos-IU, para explicar las medidas extraordinarias puestas en marcha por el Ayuntamieto de Bilbao en el marco del dispositivo invernal de alojamiento de personas sin hogar.

Según los datos aportados por Ibarretxe, durante el año Bilbao cuenta con 204 plazas en albergues, a las que se suman 290 habilitadas por la crisis del coronavirus y que están cofinanciadas por el Ayuntamiento y el Gobierno vasco. Durante el invierno se añaden otras 55 plazas más, ubicadas en albergues como el de Altamira, que durante el año acoge a peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Normalmente estas plazas suelen ser más de 70, pero se han reducido para mantener la distancia de seguridad entre las camas para evitar contagios de la COVID-19. A raíz de la ola de frío que ha tenido lugar este enero, se añadieron otras 75 plazas más los días 4 y 5 y otras 12 más el día 8 de este mes, haciendo un total de 636 plazas para personas sin hogar, todas ellas ocupadas.

“Durante el periodo de la ola de frío el Ayuntamiento de Bilbao suspende todas las disposiciones que limitan la estancia de estas personas. Es decir, garantiza un alojamiento para todas las personas que así lo desean con el objetivo de que ante una situación de semejante adversidad climatológica todas las personas dispongan de un dispositivo donde cobijarse. La ocupación que el dispositivo invernal está teniendo es cercana al 100% en la ola de frío se ha atendido toda la demanda”, ha explicado Ibarretxe.

Sin embargo, el concejal de Elkarrekin Podemos-IU Xabier Jiménez, ha defendido que en un recuento realizado el pasado septiembre contabilizaron a 494 personas ocupando las plazas ofrecidas y a 232 personas en situación de calle que no dormían en albergues, lo que hace un total de 717 personas sin hogar en Bilbao, y por tanto, 81 personas quedan fuera de los cálculos realizados por el Ayuntamiento.

“Nos parecía increíble la falta de planificación por parte del área y que no se dispusieran de tantas plazas como personas se han detectado en calle, porque la realidad es que esos recuentos sirven para eso, para saber cuántas personas hay y poder planificar. Estamos hablando de 81 personas en situación de calle que no pueden ser atendidas por el número de plazas que hay. El pasado 6 de enero en declaraciones a un medio de comunicación la directora del área hizo referencia a una lista de espera para poder acceder al alojamiento temporal (...) con la bajada de temperaturas la gente necesita un sitio donde dormir y 75 personas estaban pidiendo alojamiento nocturno. Nos parece grave que haya una lista de espera, es una necesidad urgente, la sala de espera de las personas que están en la calle es la calle”, ha argumentado Jiménez.

Por su parte, la concejala de EH Bildu, Alba Fatuarte, ha recordado que es la primera vez que los albergues invernales han estado al completo en Bilbao, algo que en otros años suele estar en un 89 o 90% de su capacidad, por lo que ha llegado a la conclusión de que en Bilbao están “desbordados” con la situación y que la respuesta que el Ayuntamiento debe dar no es tanto de cuántos recursos poner sino de cómo atenderlas. “El Ayuntamiento de Bilbao aporta más recursos que otras instituciones en relación al presupuesto que tenemos, eso desde EH Bildu no lo negamos. Lo que creemos que ahora debemos empezar a plantearnos es ¿realmente esto es eficiente para hacer frente a la situación que tenemos delante? ”, ha emplazado Fatuarte, para después recalcar que la solución está en una respuesta “más estructural” en lugar de una respuesta a la urgencia y la necesidad.

“Hay personas que no están dispuestas a alojarse en este tipo de recursos, pero sí ante una situación extraordinaria y cuando se habla de planificación no sé si el instrumento adecuado es hablar de lista de espera, pero como la situación es tan cambiante y tenemos una previsión de que se van a dar situaciones climatológicas adversas, se lanzan llamadas a las personas para comentarles que se va a abrir un recurso, que seguramente son personas que han estado en algún recurso y lo han desechado (...) creo que si algo positivo nos ha dejado el tener que trabajar de forma interinstitucional a raíz de la COVID-19 es que nos ha hecho censar a las personas que tenemos en torno a los recursos de atención de gente sin hogar, eso significa que nos ha permitido dar respuestas más estructurales”, ha señalado Ibarretxe.

El 76% de todas las plazas de acogida nocturna que existen en Bizkaia se concentran en Bilbao. El pasado marzo de 2020, cuando se decretó el Estado de Alarma por el coronavirus y el confinamiento total, el Ayuntamiento habilitó espacios en polideportivos municipales además de la red habitual de recursos propios y conveniados y se prepararon espacios para dar servicio diurno, para así evitar que las personas deambularan por las calles.

En aquel momento el procedimiento era el siguiente: si algún educador, policía municipal o ertzaina se encontraba con algún individuo en situación de calle, se les acompañaba o indicaba dónde está el Servicio Municipal de Urgencias Sociales o se llamaba – dependiendo de la hora que fuera- y desde allí les distribuía a los distintos polideportivos y albergues de la zona para que no continuasen en las calles. Ahora el procedimiento es similar, puesto que los educadores sociales se encargan de trasladar a las personas sin hogar las nuevas medidas y restricciones que va decretando el Gobierno vasco con respecto a la pandemia y se les informa de los recursos disponibles para mejorar su situación.

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