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Los atuneros vascos que faenan en Senegal se preparan para el desguace

Manuel Herrería, Jesús Mari Amunarriz, Aitor Bordagaray, Haritz Alkorta y Aitor Unanue, tripulantes de los barcos, junto a dos de los buques en el puerto de Dakar.

Belén Ferreras

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Los cuatro atuneros vascos que faenan en aguas de Senegal se preparan para el desguace. “Si no llegan ayudas de Europa estamos abocados a desaparecer. No podremos aguantar más allá de final de año”, señala Miguel Ángel Solana, presidente de Dakartuna, la empresa armadora a la que pertenecen estos barcos que cayeron en desgracia hace ya casi un año. “Nadie nos responde en la Comisión Europea. Es como si no existiéramos y ya no podemos más”.

El periplo de estos barcos arranca recién iniciado este año 2022. Un conflicto entre Senegal y la Unión Europea sobre los acuerdos pesqueros llevó a que el Gobierno del país africano negara las licencias de pesca a todos los barcos europeos que tradicionalmente faenan en este país, pese a que ya estaban abonadas. Por el tipo de pesca que realizan los cuatro buques vascos, sostenible, ya que realizan la pesca del atún con caña, se quedaron anclados en tierra, atrapados en Dakar sin poder salir a faenar durante meses, a diferencia del resto de buques europeos, que por practicar otro tipo de artes de pesca pudieron renganchar la actividad en otras aguas cercanas.

En los cinco primeros meses del año acumularon pérdidas de 213.000 euros por barco, es decir 852.000 euros entre los cuatro buques, en concepto de pagos de las licencias que no recibieron, los pagos a consignatarios y tripulación, además del coste de permanecer amarrados en el puerto. En el mes de mayo despidieron a las tripulaciones, en total 250 trabajadores, al no poder pagarles. Un mes después, en junio, llegó lo que parecía la solución definitiva en forma de licencias, pero el agujero financiero se habia hecho ya demasiado grande. Tuvieron que pedir a los consignatarios el dinero necesario para poder recontratar a la tripulación, comprar la carnada y demás trámites para reiniciar las labores de pesca y salir a faenar, pero la mala suerte parece haberse cebado con estos buques y recuperar la actividad no les ha supuesto volver a los números negros. Al contrario.

“Hoy en día estamos perdiendo dinero cada vez que salimos a la mar”, señala el armador de estos cuatro buques, el ‘Pilar Torre’, de armador en Bermeo aunque tiene base en Santander, el ‘Berriz San Francisco’, de Hondarribia, el ‘Iribar Zulaika’, de Getaria, y el Corona del Mar, de Bermeo, aunque con bandera francesa. “La campaña de pesca está siendo nefasta y no cubrimos los costes de salir a faenar, a lo que tenemos que añadir las deudas que adquirimos con los consignatarios y que tenemos que seguir pagando”.

Por cada 'marea', como denomina Solana el periodo en el que están pescando, unos 15 o 20 días, cada barco gasta 50.000 euros en gasolil, unos 3.000 euros en carnada, el coste de la tripulación -700 euros por cada uno de los 16 tripulantes- y unos 2.600 euros por los pagos a los consignatarios a los que, además, hay que aladir que están devolviendo los 100.000 euros por barco que les prestaron para retomar la pesca.

“Estos son los gastos y no estamos pescando más de 250 toneladas de atún por barco con lo que no ingresamos más de 400.000 euros”, lamenta.

Ante esta situación, la única alternativa que les queda es que la Unión Europea acceda a otorgarles las ayudas que están previstas en casos de cese de actividad por causas de fuerza mayor. “Si no llegan antes de fin de año habrá que vender los barcos o desguazarlos”, lanza Solana a modo de SOS, aunque sin muchas esperanzas de que su insistente llamada de socorro llegue a buen puerto.

De hecho, desde que arrancó el conflicto con Senegal han llamado a la puerta de la UE en numerosas ocasiones sin conseguir una respuesta satisfactoria. La Comisión Europea considera que no deben concederse las ayudas a estos atuneros porque solo se conceden en el caso de que el acuerdo perquero con el país en cuestión se rompa, y ese no era el caso porque seguía en vigor, solo que Senegal lo incumplía señalando a la UE como la culpable.

Lo cierto es que, ni las misivas que se han enviado el presidente de Dakartuna a los responsables de Pesca de la UE, ni la intermediación de grupos como el PNV en el Parlamento Europeo han conseguido desbloquear las ayudas.

Esta misma semana la eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao, ha pedido que la Comisión Europea aplique estas ayudas europeas previstas en casos de cese de actividad por causas de fuerza mayor a los barcos cañeros, después de que una decisión del gobierno de Senegal “les haya abocado a la ruina”. Bilbao ya había llevado el tema al pleno de la UE el pasado mes de junio. “Tenían licencias en vigor. Pagaron por ellas. Una decisión imprevisible, arbitraria e injusta del gobierno de Senegal les dejó cinco meses amarrados a puerto y sin derechos de pesca. Las pérdidas acumuladas, sumadas a la inflación que afecta a muchos de sus costes y la mala campaña en los dos meses que han podido trabajar les ha puesto en una situación crítica”, ha señalado la eurodiputada en el Parlamento Europeo. “Esta dramática situación puede revertirse”, ha dicho. “Basta con aplicar las previsiones que el Fondo Europeo para la Pesca contempla para el cese de actividad por causas de fuerza mayor”. “Están en juego centenares de empleos de europeos y senegaleses”.

Además, Bilbao afeaba al comisario responsable de la cartera de Pesca, Virjinijus Sinkevicius, el hecho de que “no contesta ni a las cartas de los pescadores ni a las peticiones reiteradas de muchos diputados”. “Si de verdad defienden la pesca sostenible que practica el sector europeo, resuelvan este asunto de inmediato”.

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