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Euskadi vota con PNV, EH Bildu y PSE-EE confiados de ganar y con el factor diferencial de la inexistencia de Vox

Urkullu, poniendo "morritos" durante un acto del PNV en Vitoria

Iker Rioja Andueza

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La campaña de las elecciones generales se cierra en Euskadi con actos concentrados en la tarde-noche de este viernes salvo Sumar, que ha preferido centralizar sus esfuerzos con Yolanda Díaz en Madrid, y con el ambiente enrarecido por la denuncia del PNV de un supuesto acuerdo en Vitoria entre PP y EH Bildu. El escenario es muy abierto y más después del reciente recuerdo de las municipales y forales de mayo, que todavía colea. El PNV se reivindica como primera fuerza en 2019, en las anteriores generales, y también en primavera, aunque en privado admiten que el golpe moral en forma de pérdida de peso frente a EH Bildu aún está fresco en la memoria. También lo está en la de la coalición abertzale, que ha pasado del 'Egingo dugu' de mayo a un simple 'Berriro egingo dugu' ahora y que mira ya a las autonómicas próximas para buscar el sorpaso como ERC, sus socios, hicieron con el espacio convergente en Catalunya. El PSE-EE siente que ha movilizado a la ciudadanía con la advertencia de que llega la derecha y la ultraderecha y dos sondeos, Sociómetro y EiTB Focus, apuntan incluso a que podría alcanzar en escaños a nacionalistas y abertzales. El PP quiere aprovechar el viento a favor de Alberto Núñez Feijóo para recuperar el terreno perdido tras varios ciclos a la baja -hasta el punto de desaparecer en Álava- y a Sumar, al menos en Euskadi, solamente le queda salvar los muebles. Eso sí, el gran factor diferencial es que Vox no está y tampoco se le espera, por mucho que su líder, Santiago Abascal, sea de Amurrio.

El PNV ha planteado una campaña en dos partes y con un mensaje muy claro. Frente a la polarización entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, Euskadi necesita una alternativa con “voz propia”, la de Aitor Esteban. Tan es así que toda la primera mitad larga de la campaña han prescindido incluso de su mayor cargo institucional, Iñigo Urkullu, para darle todo el protagonismo al candidato. Los nacionalistas se juegan mantener grupo propio en el Congreso. Para eso tienen que sumar cinco diputados. EH Bildu parte con la ventaja de que logrará sí o sí uno por Navarra. Los de Andoni Ortuzar delegan esa misión (casi imposible) en la marca Geroa Bai, aunque la candidata, María Solana, es del PNV. Ello facilita precisamente el grupo propio ya que el Congreso exige también un 15% de apoyo en todas y cada una de las circunscripciones en que se presente.

Afirma claramente el PNV que no apoyará a este PP porque lleva la mochila de Vox incorporada aunque en el pasado fueran socios de José María Aznar o de Mariano Rajoy. Eso sí, critican que EH Bildu ya diga que apoyará gratis a Pedro Sánchez sin negociar beneficios para Euskadi. No son una “muleta” de nadie, repite Esteban al tiempo que ironiza que fueron ellos los decisivos tanto en la moción de censura de 2018 como en la investidura de 2019, donde no participó EH Bildu. Los números más favorables del PNV pasan por disputar tres escaños en Bizkaia, por tener dos en Gipuzkoa y por lograr un sexto asiento para el Congreso en Álava. Dos fuentes del PNV, eso sí, estiman casi imposible repetir el gran éxito en la Cámara alta de hace cuatro años, con nueve senadores electos y uno más de designación autonómica, el de Estefanía Beltrán de Heredia.

Lee aquí la crónica del cierre de campaña del PNV

EH Bildu ha movilizado en esta campaña a sus activos en las municipales y forales, a Rocío Vitero o a Maddalen Iriarte. Ganaron en Vitoria y en Gipuzkoa pero no gobiernan por las mayorías alternativas construidas alrededor de PSE-EE y PNV, respectivamente, y que han sumado al PP. La coalición ha querido exprimir ese argumento. Además, ha apelado a que a la izquierda de los socialistas no hay voto más útil que el de EH Bildu, en referencia a Sumar, a quien se quiere comer. La formación de Arnaldo Otegi sigue empeñada en ser un “frente amplio” que aglutine un amplio espectro más allá del propio y tradicional de la izquierda abertzale. En su política de fichajes ha logrado el apoyo del exconsejero a propuesta del PNV en el Gobierno de Iñigo Urkullu Ángel Toña. EH Bildu ofrece unas candidaturas continuistas, con Mertxe Aizpurua y Oskar Matute repartiéndose la visibilidad. Matute, que procede de IU, alcanzó relevancia en el debate de RTVE al encararse con Vox y remarcar que él participó en los actos de repulsa del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA en 1997. Han exprimido su alianza estratégica con ERC con dos actos, uno en Durango y otro en Barcelona, en el que han mostrado su deseo de activar procesos independentistas conjuntos.

Lee aquí la crónica del cierre de campaña de EH Bildu

En medio de la pugna entre nacionalistas, el PSE-EE aspira a obtener un buen resultado en Euskadi. En las municipales y forales no sufrió el desgaste general del PSOE e incluso ganó presencia institucional al gobernar en la capital vasca con Maider Etxebarria. Su referencia es un lehendakari, Patxi López, que además tiene mucho peso en el Congreso al haber sido portavoz del grupo socialista. En sus mítines casi no se ha escuchado otra cosa que no fuera la alerta de que hay que frenar un posible Gobierno del PP con Vox. “Si pierden las elecciones, ¿asaltarán el Congreso de los Diputados? Así empezó en Estados Unidos con Trump. Así fue en Brasil con Bolsonaro. El problema no es Vox. El problema es el PP, que es el que ha puesto en circulación al señor Feijóo. Va de moderado, pero es un radical antisistema en estos planteamientos”, ha manifestado López en la entrevista con este periódico. Sánchez realizó finalmente una visita no programada. Estuvo en Donostia. 24 horas antes allí mismo mitineó José Luis Rodríguez Zapatero, que pidió en 2023 el mismo apoyo vasco que él obtuvo en 2008. Ganó aquellas generales.

Lee aquí la crónica del cierre de campaña del PSE-EE

De victorias pasadas en generales vive también Sumar. Con el nacimiento de Podemos ganó al PNV en 2015 y 2016. Ahora, en cambio, solamente tiene asegurado el escaño en Bizkaia, con Lander Martínez. Apelan a la movilización para retener los de Gipuzkoa y Álava, que podrían pasar a la derecha, y que serían esenciales para aportar a un Gobierno de coalición progresista con el PSOE. Ningún partido vasco será influente si al otro lado de la mesa de Madrid no hay una fuerza que quiera pactar con ellos, razonan. Sumar se ha conformado con excargos de Podemos alejados ya del partido, como el propio Martínez, con el actual Podemos de Pilar Garrido, con IU y con Berdeak Equo. Han cohabitado en la campaña, aunque en Donostia, Ione Belarra, optó por un discurso en que criticó abiertamente a los socialistas. Belarra habló de que “la coalición entre Podemos y Sumar” es “la única oposición posible” frente “a ese contubernio bipartidista” que representan PSOE y PP, que es “la relación política más estable” de las últimas cuatro décadas“. Díaz tuvo su aparición con un mitin en Vitoria.

Lee aquí la crónica del cierre de campaña de Sumar

El PP parte de un suelo. Logró en 2019 un único escaño y en la prórroga, ni siquiera en la noche electoral. Fue el de Beatriz Álvarez Fanjul en Bizkaia, la única diputada de los 18 que envía Euskadi que no ha formado parte de la mayoría gubernamental de una u otra manera. El repliegue fue tal que cayó a quinta fuerza en su feudo de Álava y ni siquiera en dos intentos, primero con Javier Maroto y después con Marimar Blanco, consiguió evitar la debacle. Ahora, la referencia en Álava es el rescatado Javier de Andrés, exdiputado general y exdelegado del Gobierno de España. Según los sondeos, su escaño y el de Bizkaia parecen asegurados en un contexto general de crecimiento de la marca. En Euskadi, además, no hay una competencia real de Vox. Núñez Feijóo realizó finalmente dos visitas. Solamente tenía programada una, coincidente con el aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco. El PP hizo campaña en Ermua con motivo de ello. Sin embargo, regresó 48 horas después a Vitoria.

Lee aquí la crónica del cierre de campaña del PP

En 2019, el PNV fue claramente el partido más votado con 379.002 votos, un 32,19%, y seis diputados. PSE-EE y EH Bildu empataron a cuatro con un volumen de votos muy similar (entre 220.000 y 230.000), Unidas Podemos obtuvo 182.674 apoyos y tres escaños, el PP apenas rebasó la barrera de los 100.000 sufragios y logró salvar su único escaño en el recuento posterior a la noche electoral y Vox y Ciudadanos obtuvieron porcentajes por debajo del 3%. La candidatura de Más País fue un fracaso y apenas atrajo a 8.500 personas. Con estos resultados, 17 de los 18 diputados vascos han formado parte de una u otra manera de la mayoría gubernamental, mientras que la 'popular' Beatriz Fanjul ha sido la única en la oposición. En el Senado, el PNV se llevó nueve escaños, el PSE-EE dos y EH Bildu uno. Estos mismos partidos suman uno más por designación autonómica. Por otro lado, Correos ha indicado que se habían admitido en Euskadi un total de 204.148 votos, cuando las solicitudes realizadas fueron 214.675 solicitudes. Por provincias, son 119.836 en Bizkaia, 54.871 en Gipuzkoa y 29.441 en Álava.

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