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Euskadi y Flandes piden voz en Europa y una salida “política” para la crisis catalana

Urkullu y el ministro-presidente de Flandes en Ajuria Enea

Iker Rioja Andueza

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha puesto todo de su parte para ejercer de perfecto anfitrión ante la visita a Vitoria del ministro-presidente del Gobierno de Flandes, el nacionalista Geert Bourgeois. Euskadi y la región belga de habla neerlandesa cooperan desde 2015 en diversos ámbitos económicos y culturales y se han propuesto robustecer esta relación. Mientras, en lo político, ambos líderes se han propuesto remar en la misma dirección para construir una Europa en que las “regiones constitucionales” -como denomina ahora Urkullu a los territorios subestatales con amplias competencias- tengan más voz y poder de decisión en los órganos comunitarios. Este mensaje se ha interpretado a la luz de la crisis catalana, para la cual ambos dirigentes nacionalistas han pedido una salida “política” y no judicial.

La escenografía del viaje de Bourgeois y su equipo al País Vasco ha sido prácticamente la de una visita de Estado. El ministro-presidente y su equipo han sido recibidos en el palacio presidencial de Ajuria Enea por Urkullu y sus colaboradores en política exterior, Marian Elorza y Mikel Antón, durante la reunión de los dos mandatarios sólo han ondeado la ikurriña y la bandera amarilla con el león de Flandes, se han intercambiado reuniones de cortesía y, finalmente, han comparecido ante los medios de comunicación en un formato multilingüe (castellano, euskara e inglés, idioma en el que se maneja con soltura el líder flamenco).

Urkullu ha amagado con protestar por el escaso eco que ha suscitado entre los periodistas las políticas de cooperación bilateral en materia sectorial, pero finalmente la situación de las regiones en la Unión Europea y, en particular, la de Catalunya han monopolizado las intervenciones de ambos líderes autonómicos. De hecho, Urkullu ha encontrado en el Gobierno flamenco un aliado para su reciente propuesta para profundizar en una Europa de las regiones y que incluye además una exigencia de que se regule a nivel comunitario el ejercicio del derecho de autodeterminación de las naciones que así lo expresen mayoritariamente. Ese documento, ya enviado a Jean-Claude Juncker, contó con las “objeciones” del PSE-EE, socio del PNV en el Ejecutivo.

Flandes, “celoso” de la autonomía fiscal vasca

Bourgeois, que se ha referido a Bélgica en todo momento como “Bélgica” y no como “Estado belga”, ha explicado que Flandes va ganando voz propia en foros comunitarios para asuntos en los que tiene competencias plenas, lo que coincide con las reclamaciones del Gobierno de Urkullu. Por el contrario, ha asegurado estar “celoso” ('jealous' ha sido la expresión literal que ha empleado varias veces) de la “autonomía fiscal” amplísima que tienen los territorios vascos pero que no tienen las regiones belgas. Lanzó el mismo mensaje en 2006 en un encuentro con Juan José Ibarretxe.

Inevitablemente, el foco de la comparecencia pronto ha virado a Catalunya, más si cabe dado que el partido de Bourgeois (NVA, Nieuw-Vlaamse Alliantie, nacionalista conservador) ha sido uno de los principales apoyos de Carles Puigdemont durante su larga estancia en Bélgica. Midiendo al extremo las palabras, tanto Urkullu como el líder flamenco han demandado una salida “política” y dialogada a la crisis y no exclusivamente judicial, como también “acabar con el artículo 155” de la Constitución.

Bourgeois ha añadido que quizás sería interesante algún tipo de “mediación” para sacar a Catalunya de su laberinto. Fue precisamente Iñigo Urkullu uno de los que más se implicaron durante la fase intermedia entre la celebración del referéndum (1 de octubre) y la declaración de independencia (27 de octubre). Hoy se ha referido sin citarlo a que Puigdemont no cumplió con su palabra de convocar elecciones autonómicas y se decantó por una declaración unilateral de independencia. “¡Qué distinto si las elecciones hubieran sido el 20 de diciembre y no el 21 de diciembre [la fecha elegida por el Gobierno central]!”, ha deslizado Urkullu.

Burgeois y la independencia judicial española

El lehendakari insiste en que Catalunya necesita un Gobierno “estable” y en que los protagonistas de la partida de ajedrez han de valorar las “consecuencias” de las decisiones que no vayan en esa línea. “Nadie quiere elecciones, ni en Catalunya ni en ningún sitio”, ha apostillado. Estos mensajes, en todo caso, nunca han incorporado críticas directas a los independentistas. Igual de críptica ha sido su alusión a la “importancia” de investidura del viernes y a la necesidad de que refleje el resultado de las elecciones, en posible referencia a las dificultades para que el preso Jordi Sànchez, el candidato propuesto por Roger Torrent, pueda no estar presente.

Urkullu y su homólogo flamenco han posado sus miradas también en la resolución judicial de un tribunal alemán que rechaza la extradición de Puigdemont a España por un delito de “rebelión”, que en Alemania se identifica con el de “alta traición” y que implica la existencia de violencia. “[El fallo] No hace más que ratificar las dudas en la interpretación de que no existe un delito de rebelión si no concurren actos violentos. Esta situación de violencia no se produjo. [Hay que] Insistir en la vía política y no en seguir gestionando [...] desde la vía penal o desde la vía de lo que son situaciones de excepcionalidad como es la aplicación del artículo 155”, ha explicado el lehendakari.

En respuesta a la misma cuestión, Bourgeois ha apelado a la “independencia” y “separación de poderes” que existe tanto en Alemania como en Bélgica. Preguntado por si había omitido deliberadamente a España por algún motivo, y con el ánimo de evitar un seguro incidente diplomático, el líder nacionalista flamenco ha matizado que considera que “por supuesto” que en España existe igualmente un Estado de Derecho homologable al alemán y al belga.

El PNV y los presupuestos de Rajoy: “Hay otros”

Inevitablemente, el debate sobre los presupuestos generales del Estado ha estado sobre la mesa en la rueda de prensa de Urkullu con Bourgeois como testigo de excepción. El lehendakari ha querido diferenciar la acción del PNV con la de su Gobierno aunque ha recordado que hay que valor el “grado de cumplimiento” de los acuerdos de 2017 entre el PP y los nacionalistas.

También ha indicado que “hay otros” partidos en las Cortes Generales que pueden apoyar los presupuestos, de nuevo un mensaje sin destinatario claro pero quizás dirigido a los socialistas. “No es solamente un partido el necesario. Hay otros que también pueden dar estabilidad al Estado español sin dar perdurabilidad [a Mariano Rajoy]”, ha explicado. Preguntado si un hipotético 'no' del PNV al PP podría tener como derivada que en Euskadi los 'populares' retiren su apoyo al Gobierno de Urkullu, el lehendakari se ha mostrado confiado en que todos los acuerdos firmados se están cumpliendo y que no hay motivos para la preocupación.

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