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La capital gastronómica prescinde del pescado y la verdura fresca para alimentar a los necesitados

Última concentración de protesta contra el nuevo sistema de adquisición de alimentos diseñado por el Ayuntamiento de Vitoria.

Natalia González de Uriarte

Vitoria-Gasteiz —

El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, que celebra a lo largo del 2014 la Capitalidad de la Gastronomía y ofrece en sus mejores restaurantes “el apasionante universo gastronómico de su tierra”, prescinde del pescado y las verduras frescas para diseñar el menú de los más necesitados. La crisis agudiza los contrastes sociales y ciertas políticas ayudan a evidenciar aún más estas desigualdades. Esa es la impresión que comparten los grupos políticos de la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria y colectivos sociales de la ciudad desde que el PP impuso el nuevo sistema de reparto de alimentos entre las personas con escasos recursos.

Se trata de una polémico método rechazado por usuarios e incluso por parte de los trabajadores sociales que lo tramitan. En un listado único, no personalizado, con una selección de artículos alimenticios y de higiene y limpieza al que ha tenido acceso eldiarionorte.es. Esa relación de productos en la que si están presentes el arroz, la pasta, ciertas legumbres y carne, no incluye ni pescado fresco, ni verduras frescas a excepción de zanahorias y tomates. De entre las frutas solo les dan elegir entre plátano y naranja. La piña y el melocotón solo en almíbar. Los artículos permitidos aparecen marcados con un punto verde en las estanterías.

Si bien es cierto que el Departamento de Asuntos Sociales ha incorporado ciertos productos, como los destinados a celiácos que no aparecían en la lista inicial y su ausencia dejaba indefensos a estos enfermos. Pero los usuarios echan en falta más variedad de productos frescos. El pescado se limita a merluza congelada. Los únicos vegetales que aparecen en la selección son judías, guisantes y champiñones pero no de temporada, los tres en frasco. Se ven obligados a consumir mucha comida enlatada -7 variedades de caldo, 5 de sopas, 3 de cremas y puré de patata- y dudan, sobre todo los padres y madres a cargo de niños en edad de crecimiento, que los menús que ese limitado listado les permiten preparar, incluyan los nutrientes y vitaminas recomendadas por los pediatras. “A mi no me importa pasar con lo mismo. Me preocupa mi hija”, declara una de las madre afectadas que prefiere preservar su anonimato. Esta falta de ciertos productos choca con la abundancia de otros que no son de primera necesidad como las 15 especias diferentes entre perejil, orégano, pimentón ...que disponen para aderezar sus platos o las ocho de refrescos y tres de agua embotellada.

Han trascurrido dos meses desde que se adoptó este sistema de reparto que algunos no tardaron en comparar con el de las cartillas de racionamiento y desde entonces se suceden las críticas hacia este nuevo método implantado por el PP. Otro de los problemas apuntados por los perceptores, que canjean sus compras mediante una tarjeta municipal porque ya no les entrega dinero en metálico, es la falta de suministros para abastecerse. De momento solo pueden hacer sus compras en los supermercados Simply. Como todos acuden a los mismos sitios a comprar, se agotan los productos a los que tienen acceso y suelen volver a casa con los carros vacíos. “Yo voy a hacer la compra de comida en tranvía hasta el de Lakua, porque en estos supermercados más pequeños del centro siempre faltan cosas”, confiesa un joven marroquí. Este estudiante, que comparte piso en el Casco Viejo con otros compañeros, no consume carne. Así que lleva semanas alimentándose a base de arroz y pasta con atún en conserva. “Los filetes congelados son muy delgados y me dejan con hambre. Las legumbres no me gustan mucho. Así que repito menú”, revela resignado.

Moción del PSE para debatir en pleno municipal

Los portavoces a la Plataforma por los Derechos Sociales agregan más pegas a la fórmula de reparto. “Las trabajadoras y responsables de la cadena de supermercados concesionaria de este servicio, nos hablan de los enfrentamientos que se están generando. De usuarios de esta ayuda que se enfrentan a ellas por no poder comprar algún producto o porque falla el sistema informático; de ellas contra alguno de los perceptores de ayudas, a quienes en algún caso no se trata con el mismo respeto que al resto de clientes; de clientes entre ellos, porque al ver la tarjeta saben que son perceptores de ayudas y no entienden que ellos no tengan el mismo derecho”, relatan.

Ante esta situación y la negativa del Gobierno del popular Javier Maroto de retirar el polémico sistema de adquisición mediante tarjeta y recuperar el abono en metálico de la ayuda de alimentación, el PSE ha presentado una moción contraria a ese modelo que se debatirá en el pleno municipal. “Este nuevo sistema señala públicamente a los perceptores de estas ayudas, les convierte en 'pobres públicos' recordándoles a cada instante su condición de necesitados e imponiéndoles dónde deben comprar y qué pueden comprar, impidiendo de esta manera que avancen en su autonomía y libertad personal. Esta forma de actuar recuerda a tiempos pasados, que creíamos ya olvidados, en los que una estrella señalaba públicamente a los no gratos y una cartilla de racionamiento sustituía la solidaridad por la beneficencia”, manifiestan los socialistas.

Por su parte, la Plataforma de Derechos Sociales se ha reunido con el Ararteko, el Síndico y el Consejo Social de Vitoria con el objetivo de que desde esas instancias se haga un frente común contra el controvertido sistema de reparto de alimentos. “El PP, si no tienes recursos, decide qué productos comes y dónde compras. Es inadmisible este modelo paternalista que menoscaba la autonomía de estas personas y cronifica la miseria de quien se ve sin posibilidades de salir del círculo de la beneficencia”, denuncian. Desde el colectivo hacen hincapié también en la en la bajada de las cuantías de las prestaciones.“Para lo que tiene hasta 3 años de empadronamiento o mientras se tramita la solicitud de RGI solo se atenderá el gasto de alimentación. Como consecuencia, quienes se encuentran en el tramo de 1 a 3 años y hasta que se les abone la RGI, que no es de forma inmediata, pasan de percibir los 612 euros de antes a los 270 de ahora. Y además, solo podrán acceder a la compra de ciertos alimentos y productos de higiene y limpieza, con lo que para cuando puedan recibir la RGI habrán acumulado deudas de alquileres, electricidad y otros consumos básicos, estarán en la calle o se habrán marchado. Este es el principal ataque hace esas personas”, concluyen.

El PP, por boca de su concejala de Asuntos Sociales, defiende este sistema porque “les ayuda a combatir el fraude y expulsar así a quien se aproveche del sistema”.

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