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El PSE y EH Bildu registran sus enmiendas a la totalidad

Aitor Guenaga / Patricia Burgo Muñoz

Bilbao / Vitoria-Gasteiz —

Iñigo Urkullu confía en que su propuesta de bases pueda mover a los partidos en su postura de enmendar el proyecto de Presupuestos para 2013. Los populares le han dado una buena noticia inicial, pero los socialistas han enfriado cualquier posibilidad de acuerdo. El portavoz del PSE-EE en el Parlamento, José Antonio Pastor, ha registrado las 11 horas de hoy una enmienda a la totalidad. Una enmienda de 11 folios, “trabajada y con todas nuestras cifras”, señalan fuentes socialistas.

El documento del Gobierno no plantea ninguna novedad en una de las patas que los socialistas consideran clave: el capítulo de ingresos. Lo que la propuesta plantea es que se ofrece un pacto sobre “hipotéticos” futuros ingresos. A cambio, el PSE debería abstenerse en la votación de devolución de las Cuentas, que se producirá el proximo 26 de abril. Pero eso lo único que supone para el PSE es hacerse copartícipe de la política de recortes que implica el Presupuesto en su actual redacción, una línea roja que no está dispuesto a cruzar.

El portavoz del Grupo socialista en el Parlamento, José Antonio Pastor, pide la devolución del documento presupuestario al Ejecutivo porque el PSE no puede apoyar unos presupuestos con los que no comparten “los objetivos, la oportunidad, los principios y el espíritu del proyecto de ley remitido por el Gobierno vasco a esta Cámara”. A su juicio, se trata de “un ejercicio de abdicación de la política”, y destaca que “es un proyecto que, desde la renuncia y la resignación, conduce a nuevos sufrimientos y a instalarnos en la parálisis económica”.

Es cierto que en el documento del Ejecutivo hay novedades en el capítulo de fiscalidad, la otra pata sobre la que el PSE ha querido vertebrar su giro a la izquierda. Pero los socialistas quieren bajar a lo concreto. Y lo concreto es tocar los tipos impositivos, lo concreto es que las bases de datos de las tres Haciendas forales trabajen en red para perseguir el fraude fiscal (2.500 millones de euros al año según diversas estimaciones). Y ahí la letra pequeña no aparece en el documento. El PNV ve inviable esa conexión de las bases de datos de las haciendas (protección de datos) y únicamente viene ofreciendo una coordinación a través de un órgano de nueva creación. En este sentido Pastor no entiende “¿por qué se oponen a esas medidas?”, y considera esta oposición a perseguir el fraude fiscal “un ejercicio de ocultismo” del Gobierno.

La alegría para Urkullu ha llegado de la otra parte. La disposición de los populares a acordar esa abstención. Pero, en realidad, ese movimiento del partido que lidera Antonio Basagoiti, solo le vale al gobierno si UPyD también se suma. Y el único pero valioso parlamentario de esta formación, Gorka Maneiro, ya ha anunciado que presentará también una enmienda a la totalidad el próximo viernes. Maneiro considera que el lehendakari “ha perdido deliberadamente el tiempo” y que el Gobierno Vasco “no ha hecho nada para llegar a un acuerdo”.

Desde el PP aseguran que están dispuestos “a llegar a un acuerdo porque Euskadi necesita unos presupuestos, pero no con un cheque en blanco. Es el lehendakari el que tiene que hacer todos los esfuerzos para sacar las cuentas”, según ha asegurado la parlamentaria Laura Garrido. Consideran que un acuerdo a tres: PNV, PSE, PP sería positivo, pero si la negociación no consigue acercar posturas, no descartan presentar también una enmienda a la totalidad.

Por su parte la coalición EH Bildu ha presentado esta mañana una enmienda doble referida tanto al capítulo de gastos como al de ingresos. Justifican el registro de ambas enmiendas porque su formación no comparte ni la cantidad de la que parten los presupuestos, 9.3160 millones de euros, ni la “postura pasiva” del Ejecutivo del PNV respecto las políticas económicas que desde el Gobierno central le están “imponiendo”, como en el caso del límite del déficit. La colaición estudiará el nuevo documento de mínimos remitido esta mísma mañana por el Gobierno Vasco, pero consideran que “hay serias dificultades para llegar a un acuerdo”.

El lehendakari no pierde “la esperanza y el optimismo” -como dijo el martes su portavoz, Josu Erkoreka- de poder hacer cambiar de postura al PSE. Pero en su entorno, crece la sensación de que la batalla de los presupuestos tiene mucho más contenido político que otra cosa. El PSE se juega su credibilidad como partido que hizo gala de evitar los recortes mientras estuvo en el Ejecutivo y que no puede cambiar de idea ahora en la oposición. Por eso, esas mismas fuentes, creen que se avanza hacia la prórroga presupuestaria, pese al esfuerzo e implicación en la última parte del proceso negociador del lehendakari Urkullu.

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