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Investigan a un usuario de Instagram que “captaba” y amenazaba a menores para directos sexuales con los que se lucraba

Un móvil con la aplicación de Instagram abierta

Iker Rioja Andueza

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Se hacía llamar “La Diosa”. Detrás de ese seudónimo se esconde “un usuario de Instagram” cuyo propósito era “captar a menores de edad” en la red social, “embaucarlos” para que hagan “directos” ya por WhatsApp “con hombres realizando actos sexuales”. “La Diosa”, según se comprobó, era en verdad un varón que se lucraba cobrando a los clientes por la intermediación ilícita. Aunque abonaba un porcentaje a los jóvenes, les llegaba a “amenazar” cuando mostraban dudas de si continuar con la actividad pornográfica.

Esta historia ha sido revelada por la Fiscalía en su memoria anual, presentada esta semana tras la apertura del año judicial. El ministerio fiscal explica que hay unas diligencias abiertas desde 2020 en el juzgado de instrucción 5 de Donostia, pero apunta a que las personas identificadas en esta trama eran de “diferentes provincias españolas” y que ha sido necesaria la colaboración de más de un cuerpo de Policía, que se han encargado de analizar los equipos móviles e informáticos de los implicados. “La investigación ha ido avanzado poco a poco, dadas las dificultades de identificar a delincuentes en la red y la demora que ello conlleva por precisarse de la colaboración de empresas extranjeras (Google, Facebook, WhatsApp, …), si bien ya consta identificada una persona como posible autora de los hechos, así como diversos compradores de los referidos directos”, informa el ministerio fiscal.

Remarca la Fiscalía que “Instagram sigue siendo la red social más utilizada por los jóvenes, unida a Tik-Tok” y que, particularmente desde el confinamiento, los delitos cometidos por medios informáticos se han disparado. De hecho, apunta que ya hubo dos casos similares en Euskadi. El primero, también en Gipuzkoa, fue abierto en 2019 y resuelto en 2021 con una sentencia condenatoria. En aquella ocasión, “a través de estas aplicaciones, los delincuentes se ganaron la confianza de los menores y lograron que éstos les enviasen fotografías o vídeos de contenido sexual o consiguieron hacer videollamadas con ellos en las que realizan actos sexuales”. Incluso “en los peores escenarios” llegaron a “convencer a los menores para verse en persona y abusar sexualmente de ellos”, se puede leer en la memoria.

El segundo caso es de Vitoria, y se constató que un joven de 21 años usó Instagram para contactar con tres mujeres menores, de 13 años la más joven. “Una vez agregado el acusado a los perfiles de la red social Instagram de las menores, con pleno conocimiento de su minoría de edad, entabló conversaciones privadas con cada una de ellas en las que el acusado les solicitaba encuentros para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero y mantenía con ellas conversaciones de contenido sexualizado. Las menores, en este caso, no llegaron a acudir a los encuentros propuestos por el acusado”, explica la Fiscalía. El imputado resultó condenado un año y cuatro meses de cárcel -pena que le fue suspendida a cambio de la realización de curso de educación sexual- y una multa de menos de 1.000 euros, aunque también “inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad”.

Opina el ministerio público que “una forma de luchar contra este tipo de delincuencia y de prevenir las conductas típicas reseñadas podría consistir en la formación de los colectivos vulnerables en estas materias desde los colegios, institutos, ámbito familiar, instituciones públicas, etc.”. Razona que no solamente existen riesgos de delitos sexuales sino que hay episodios de 'bullying' agravados por el uso abusivo de las redes sociales y, entre adultos, han proliferado las estafas económicas.

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