“Levantar las persianas cada día es una tarea heroica”
En la plaza Corazón de María del barrio San Francisco en Bilbao apenas 6 locales permanecen abiertos de las 14 lonjas que hace una década estaban ocupadas por diferentes comercios. A día de hoy, tan solo una tienda, un aula-oficina, una oficina y tres talleres de creación levantan las persianas en un intento por mantener viva la actividad de la plaza y conseguir paliar así su deterioro. Sin embargo, los comerciantes denuncian que el “elevado precio” de los alquileres municipales de las 23 lonjas, propiedad del Ayuntamiento, ha ido forzando el cierre progresivo de muchos negocios.
Ante esta situación, los propietarios de los pocos comercios que aún continúan abiertos reclaman a Eduardo Maiz, presidente de Viviendas Municipales (VVMM) de Bilbao, que se retomen “las decisiones ya adoptadas por el consejo de Bilbao Ekintza en diciembre de 2012 sobre el plan estratégico para la plaza”, propuesto por múltiples agentes sociales y culturales del barrio. En este sentido, solicitan aplicar a los alquileres “una fórmula que favorezca la sostenibilidad” de sus empresas en años de obligado decrecimiento. Del mismo modo, insisten en “reactivar el proceso de adjudicación de las lonjas a bajo coste”, según los criterios de innovación y economía social acordados en las numerosas reuniones que a lo largo de los años han mantenido con el consistorio.
El hedor a basura, orines y la delincuencia en la plaza fue lo que en 2006 llevó a los comerciantes a denunciar su degradación. Tras el fin de la reforma urbanística en 2012, mejoró la limpieza “gracias a una campaña particular y personal de buena parte del comercio y vecindario”, cuenta Beatriz Silva del taller de diseño y reciclaje Recrea2. “En las lonjas hemos soportado numerosos robos debido al estado de las claraboyas de los patios, además de las goteras y conflictos con la red de saneamiento”, detalla. Asimismo, las obras que descubrieron las ruinas del convento de San Francisco tampoco fueron de ayuda para la actividad comercial de la plaza. “La precaria ‘normalidad’ se vio alterada por las obras durante mucho tiempo, y ahora ese espacio, en vez de ser soporte de ideas propuestas por agentes activos del barrio, se ha convertido en criadero de ratas y pulgas, un nuevo vertedero”, señalan.
“Más trabas que alicientes”
Para los comerciantes, dada la situación general del panorama socioeconómico del barrio de San Francisco, sostener un negocio en la plaza resulta prácticamente imposible. “Somos los que abrimos cada día las puertas de las pocas tiendas quienes mantenemos viva la actividad, encontrando para ello más trabas que alicientes”, sostiene Miguel Elexpuru, propietario desde 1958 de dos locales dedicados a la venta y distribución de pintura en la plaza Corazón de María, quien a su vez reconoce que “levantar cada día las persianas es una tarea heroica”.
“Solo pedimos que se nos facilite poder seguir con nuestra actividad en esta plaza que cada año está más huérfana de comercios”, insiste. “No es normal que los precios de los alquileres superen a algunos del Casco Viejo. Por eso pedimos unos precios más acordes a la realidad de la plaza y el barrio en general. Creo que tras 56 años pagando puntualmente el alquiler es algo que VVMM debería acometer urgentemente”, denuncia Elexpuru. Además, el propietario reclama un horario de la zona de carga y descarga que les permita realizar su actividad con normalidad. “Nuestros comercios abren mañana y tarde. El trasiego de vehículos es minoritario, pero muy necesario y tenemos que pelear con los agentes municipales para que nos dejen pasar un vehículo para realizar una carga o descarga”, explica.
Sin soluciones a la vista
Por su parte, la reunión celebrada este martes por el consejo de VVMM en el que se abordaron las reclamaciones de los vecinos de la plaza Corazón de María tampoco ha resultado efectiva para los comerciantes. Pese a que la reparación de los patios se ha incluido en la próxima rehabilitación gracias a la insistencia de los arquitectos, la única proposición que han obtenido los arrendatarios es “la posibilidad de solicitar una tasación costeada por VVMM de 300 euros, previa firma de compromiso, aceptando que si la tasación resulta más baja que la renta actual, esta bajará; pero, de no ser así, subirá”, cuentan. “Básicamente nos han dicho que si tan mal estamos nos marchemos, porque nadie nos obliga a quedarnos, y que hablamos mucho de comercios cuando no hay tantos”, dicen los comerciantes.
En su caso, Elexpuru reconoce que si sobreviven “a duras penas” en la plaza es porque cuentan con un local más en otro municipio que les ayuda a salir adelante. “Si no sería inviable nuestro negocio aquí”, asegura. “Hoy por hoy y de esta forma es muy difícil mantener la vida comercial en la plaza durante mucho más tiempo. Nosotros personalmente nos estamos planteando seriamente quitar alguna de las dos lonjas que ocupamos. Por el bien de la propia plaza no me quiero imaginar que sería de ella sin los comercios y los comerciantes que cada día levantamos las persianas”, afirma.
