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Ramiro González, un candidato con corbata para el “liderazgo tranquilo” del PNV en Álava

Ramiro González, con corbata, en uno de los actos de esta campaña electoral

Iker Rioja Andueza

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El diputado general de Álava y candidato a la reelección, Ramiro González Vicente nació en Burgos en 1962. Muy pronto se instaló en uno de los barrios obreros de Vitoria, en Arana -todavía hay allí una carnicería con su nombre, que es el de su padre- y ahora reside en el pueblo de Mendoza, próximo a la capital. Abogado de formación, de profesión y de sentimiento, es la cara de la continuidad y de la gestión del PNV en Álav. Es también el reclamo para que los resultados en Vitoria de la nueva candidata, Beatriz Artolazabal, sean suficientes para no verse superada por EH Bildu, por el PP o incluso por sus socios del PSE-EE. También representa la continuidad en el conjunto de Euskadi, donde el PNV ha relevado a sus dos colegas al frente de las diputaciones de Bizkaia y de Gipuzkoa, Unai Rementeria y Markel Olano. “Un liderazgo tranquilo”, lo ha definido él mismo en un desayuno informativo este jueves.

González es de los pocos que hace campaña con corbata en algunos actos, aunque también se le ha visto sin ella en una viña de la Rioja Alavesa o en el campo del Deportivo Alavés confiando a la vez en llenar de goles la portería de la UD Las Palmas para regresar a Primera División y las urnas con papeletas del PNV, el partido al que se afilió en 2002, ya con 40 años. Presume de conocerse el territorio pueblo a pueblo y no se ha olvidado de visitar Treviño, el enclave de la provincia de Burgos en el corazón de Álava. Ya el pasado año, tras elecciones autonómicas de Castilla y León, exhibió su preocupación por que en una parte de Álava gobernara por vez primera la ultraderecha de Vox.

“Ramiro es el mejor ejemplo de la madurez política. Es una persona que ha venido a la política a aportar mucho conocimiento y experiencia tras su dilatada carrera profesional en el ámbito privado. En el caso de Ramiro, madurez política es sinónimo de sensatez y de capacidad para hacer las cosas bien. Es sinónimo de garantía. Si a eso le añadimos la pasión con la que vive Araba, el lugar donde ha vivido toda su vida, ya tenemos todos los ingredientes necesarios para seguir siendo el diputado general idóneo”, dice de él Gorka Urtaran, hasta ahora alcalde de Vitoria y que llegó con él al cargo en 2015, aunque de muy diferente manera.

Las vidas políticas de Urtaran y González están entrelazadas. En 2010, cuando estalló el 'caso de Miguel' de corrupción que todavía colea y que llevará a la cárcel a tres dirigentes del PNV de la época, Alfredo de Miguel, Koldo Ochandiano y Aitor Tellería, el entonces presidente del Araba Buru Batzar, Iñaki Gerenabarrena, comisionó a González para que fuera candidato a alcalde de Vitoria. Los críticos, encabezados por Xabier Agirre, ya fallcido, elevaron a Malentxo Arruabarrena como alternativa. Fue entonces cuando emergió un joven Urtaran como solución de consenso. En 2011, Urtaran no ganó y, en Álava, Agirre fue dejando poco a poco paso a González. Para 2015 ya era el candidato natural. Ni Urtaran ni González ganaron las elecciones (en el caso de las forales el PP tuvo menos escaños pero más votos que él por el tirón de Javier Maroto en Vitoria) pero sí gobernaron. Ya en 2019, ese 'ticket' se impuso con comodidad en las urnas.

Ahora Urtaran ha dejado paso a Beatriz Artolazabal por una decisión del partido, que entiende que el ciclo del alcalde está agotado cuando lleva en el cargo los mismos años que González y es más joven. En Landaburu Etxea, la sede local del PNV, se ha constatado la existencia de un voto dual. Hay electores que apoyan al PNV en las forales pero no en las municipales de Vitoria. El 'gap' ha llegado a ser de cinco puntos. Es por ello que González se está esforzando en hacer valer su “liderazgo tranquilo” para arrastrar voto. “Beatriz y yo formamos un equipo. Tenemos las mismas políticas, las mismas propuestas, los mismos proyectos. Vamos a trabajar juntos para mejorar Álava, para mejorar Vitoria-Gasteiz. Y eso sólo es posible si Beatriz es alcaldesa y yo diputado general. Porque está demostrado: los proyectos en los que el Ayuntamiento y Diputación vamos de la mano son los que ven la luz, los que se hacen realidad. Por eso, el día 28 la papeleta al Ayuntamiento y a las Juntas Generales tiene que ser la misma, la del PNV”, ha llegado a decir esta campaña.

Artolazabal y González también tienen vidas políticas entrelazadas. Antes de ser consejera en el Gobierno de Iñigo Urkullu, donde ha tenido dos carteras, la última la de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, había sido diputada del área social en el primer Gobierno foral de González. “Es un hombre con valores éticos y principios incuestionables. muy riguroso y con gran capacidad de trabajo. Es un hombre de palabra. Ramiro González conoce perfectamente el territorio, sus gentes y está muy apegado a los pueblos de Araba. En 2015, tuve la suerte de compartir responsabilidades en su primer Gobierno foral y trabajé mano a mano con él. Fue un buen jefe y un gran apoyo en momentos muy complicados”, cuenta sobre él Artolazabal en declaraciones a este periódico.

En 2015, en su primera campaña, prometió impulsar la marca propia Rioja Alavesa para los vinos de la comarca. El debate ha ido adquiriendo vuelo estos años. Mientras el PNV apostaba por una subdenominación -como en Burdeos- la marca Rioja ha querido blindarse. Y lo que ha prosperado es una marca diferienciada e independiente llamada Viñedos de Álava. El proceso no ha estado exento de tensiones con el PSE-EE, su socio en estas dos legislaturas. Al frente del ala socialista se sitúa otra González, Cristina, también originaria de Arana.

En 2019 compareció en las urnas con la promesa de impulsar el aeropuerto de Foronda. Hablaba de un vuelo a Miami. No hay tal conexión pero la instalación, que en realidad de depende de Aena, está ofreciendo desde hace tiempo sus mejores registros de pasajeros y actividad carguera. Menos sencillo está siendo el debate sobre la conexión de la 'Y vasca' con Navarra. El PNV como partido apuesta por la alternativa de Ezkio/Itsaso contra el criterio de sus representantes locales. Nada recoge sobre ello el programa electoral. También ha quedado enterrado el auditorio de Vitoria en el que tanto énfasis puso hace cuatro años.

González, que estudia euskera para mejorar sus intervenciones pero al que todo el mundo considera un buen orador en castellano, termina una legislatura bronca en las Juntas Generales con la oposición. EH Bildu ha hecho estrecho seguimiento del sector de las residencias de mayores. La COVID-19 se ha cobrado decenas de vidas en estos centros y ha desnudado algunas carencias del modelo. El PNV responde que se ha incrementado la inversión social y apuesta ahora por fórmulas que ha venido en llamar “colaboración público-social”. El PP, por su parte, ha empleado la corrupción del 'caso De Miguel' para realizar otras denuncias, como la de que las cuadrillas o comarcas alavesas son un “chiringuito”.

En la campaña, González repite y repite que ofrece “garantías, seguridad y certezas”, así como “estabilidad” frente a la “crispación” y el “populismo”. El guardián de la Hacienda más pequeña de España -y una de las más pequeñas de Europa- suele repetir con orgullo en sus discursos e intervenciones que “Álava tiene el mayor PIB per cápita del Estado y supera el de países como Francia”. “Si seguimos haciendo las cosas bien, Álava tiene un extraordinario futuro”, solemniza.

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