La Plataforma del Voluntarios de Extremadura ha celebrado este viernes su 30 aniversario, en un acto en el que han hecho un balance positivo de su trayectoria y han destacado la labor de las 194 ONG que agrupan y de sus 16.300 personas integrantes.
En declaraciones a los periodistas antes del acto, el presidente de la plataforma, Jesús Gumiel, ha explicado que antes de la ley del voluntariado extremeña del 2019, basada en la propuesta de este colectivo y que se aprobó por unanimidad, había “lagunas”. Entre ellas, ha citado el reconocimientos de las personas voluntarias, su regulación normativa, la articulación de las entidades, seguros, derechos y deberes, con lo que la promulgación de la ley es “una de las satisfacciones más importantes”. Actualmente trabajan en el reglamento que desarrollará esa ley y que, a su juicio, es obligatorio abordar.
Gumiel, que ha recordado que también gestionan el Observatorio del Voluntariado regional, ha hecho un balance “positivo” de los 30 años de vida de la plataforma y ha destacado su perfil humano, “ya que trabajan por y para las personas”. “La empatía es lo que les ha llevado a dar el paso de hacer voluntariado, que es lo más importante”“, ha señalado.
Con una visión próxima a diez años, la plataforma pretende seguir trabajando en el desarrollo de la ley y ha dicho que la “asignatura pendiente”, que muchos consideran una “utopía”, es el reconocimiento de la calidad y habilidades que se obtienen para el empleo público y un certificado de profesionalidad.
Además, Gumiel ha destacado que han logrado “dar cobertura a muchas ONG” que lo que pretendían era hacer “actos de buena fe”, ya que deben tener un formato adecuado para que el ciudadano tenga una garantía de voluntariado de calidad y que el voluntario trabaje de manera regulada.
Respecto al perfil del voluntariado actual, ha señalado que es de una mujer joven con nivel formativo, lo que ha asegurado que es clave. También ha destacado el ejemplo de la creación de una ONG en conjunción con el Colegio de Enfermería de Cáceres.
Pedro Herrera, uno de los voluntarios de Cáritas sin Hogar durante 17 años, ha asegurado que es una tarea “muy exigente y hay que tener mucha fuerza”, pero que “enriquece la vida y se recibe mucho en lo personal”.
Por su parte, Andrea Rodríguez, voluntaria de la Asociación para la Donación de Médula Osea (ADMO) desde hace cuatro años, decidió unirse a la causa porque es “una sensación muy bonita e importante” y ha agradecido el apoyo que ella también recibió cuando estuvo hospitalizada.