Las señales que lanza una víctima de acoso en las aulas, y que debe identificar un profesor
No siempre el alumno 'verbaliza' su problema, pero envía señales que deben ser interpretadas en el aula. Una víctima de acoso escolar puede presentar cambios de humor o aislarse del resto.
A ello se suma un elemento indispensable, la aportación de la familia, que debe trasladar situaciones en las que el crío no quiere ir a clase, tiene dificultades para conciliar el sueño, o incluso no quiere usar el teléfono móvil.
Son las situaciones más frecuentes que debe identificar el docente, y para las que tiene que estar preparado. Con este objetivo la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura (ADHEX) organizó una jornada dirigida a los estudiantes de la Facultad de Formación del Profesorado de Cáceres.
La asociación calcula que hasta el ocho por ciento del alumnado extremeño sufre situaciones de acoso escolar. Es una cifra importante, a tener en cuenta, y frente a la que hay que estar alerta.
Con los futuros profesores y educadores han abordado ejemplos de buenas prácticas para organizar las relaciones en el centro y resolver los conflictos. La sesión ha servido para abordar el bullying, pero también la violencia de género o los malos tratos en el ámbito familiar.
Han analizado los buenos resultados de las 'comunidades educativas' puestas en marcha en el Colegio Paideuterion de Cáceres. Supone otra forma de organizar las relaciones en el centro y resolver los conflictos, explica Flor Fondón, de la Asociación de Derechos Humanos.
Es una fórmula donde el aprendizaje escolar deja de estar exclusivamente en manos del profesorado y recae en la participación conjunta de las familias, o las asociaciones del barrio. Establecen un diálogo “de igual a igual” con los estudiantes en tertulias dialogo-pedagógicas.
Una herramienta contra el bullying
En el mismo sentido el Consejo de la Juventud de Extremadura ha creado una herramienta dirigida a las personas que trabajan con jóvenes: docentes, monitores, dinamizadores, etc. Se trata de material, en formato digital, formado por fichas de distintas dinámicas para trabajar en el refuerzo del conocimiento, sensibilización y prevención sobre el bullying.
También se intenta fomentar empatía, es decir, la capacidad de identificación con quienes tienen a su alrededor. Para ello se presenta al alumnado situaciones de acoso escolar con mímica o se les anima a ser testigos de una escena de bullying con ojos, oídos o boca tapados.
Violencia machista y abusos de menores
Otra de las cuestiones en la que centra su mirada la Asociación de Derechos Humanos es Extremadura es en la detección de los casos de abusos a menores. Flor Fondón advierte de que a nivel nacional hay 37 casos diarios de abuso a niños, entre ellos el sexual, que se da principalmente dentro del ambiente familiar. Mientras que en Extremadura hubo 123 malos tratos físicos en el ambiente familiar en 2015.
Este tipo de violencia afecta a alrededor del 23 por ciento de las niñas y al 15 por ciento de los niños, según el Consejo de Europa, y para el que el profesorado también tiene que estar preparado. El motivo, que solo el dos por ciento de los casos se detecta en el momento que ocurre.
