'Teatro del oprimido' en Badajoz para ponerse en la piel de las personas refugiadas
Las personas refugiadas que huyen de sus hogares e inician el camino del éxodo lo pueden hacer por motivos medio ambientales, económicos o por su orientación sexual. Personas que huyen de la guerra, que dejan todo atrás porque sus vidas corren peligro y buscan protección en otros territorios.
Las causas son muchas, y el número de personas desplazadas forzosamente en 2015 era de más de 65 millones en el mundo. De ellas eran refugiados más de 21 millones según los datos de ACNUR y UNRWA, a los que se suman desplazados internos y solicitantes de asilo.
La mejor forma de comprender los motivos que llevan a millones a iniciar ese 'viaje a ninguna parte' es ponerse en su propia piel. Conocer en primera persona qué les lleva a dejar una vida entera atrás.
Es justo la fórmula por la que apuesta el teatro de las personas oprimidas, una herramienta de transformación social que anima a cambiar el prisma desde el que miran las cosas.
Una técnica de concienciación que pone en práctica este fin de semana en Badajoz la Coordinadora Extremeña de ONGD de la mano de un taller del teatro del oprimido al que le acompaña otro sobre comunicación social, ambos centrados en la movilidad humana y las personas refugiadas. El objetivo es buscar nuevas herramientas para “visibilizar y movilizar la reflexión y la acción social sobre esta temática”.
Los imparten los colectivos 'Bajando Al Sur' y la agencia de comunicación social Meta Comunica y han sido invitadas personas del mundo de las ONGD, así como colectivos de migrantes, mujeres, profesorado y grupos de teatro. También defensores de los derechos humanos a quienes les interesa trabajar herramientas de comunicación los Derechos Humanos, explican desde la coordinadora extremeña.
¿Qué es el teatro de oprimido?
Es una variante del teatro que da voz a las personas oprimidas por un sistema económico, patriarcal o político. Será pues una potente herramienta pedagógica con la que el espectador se pone en la piel en el taller de las personas refugiadas entendidas como gente oprimida.
Se trata de una técnica que puso en marcha el brasileño Augusto Boal y que defiende la capacidad transformadora que pueden tener las artes escénicas. Al mismo tiempo es una herramienta de comunicación, por la capacidad que tiene el teatro para comunicar lo que ocurre en el mundo, en este caso desde la problemática de las personas refugiadas.
Explica Verónica Carpio, del equipo técnico de la Coordinadora Extremeña de ONGD, que durante este año han trabajado con especial ímpetu cuestiones sobre movilidad humana, migraciones y personas refugiadas a través de la financiación de la Agencia Extremeña de Cooperación al Desarrollo (AEXCID).
Más allá de solucionarse el problema de las personas refugiadas en Europa, y en el resto del mundo, es un asunto que va en aumento y que continúa. Denuncian que no se están dando las soluciones adecuadas mientras sigue habiendo personas que muere en el mar y que huyen porque sus vidas corren peligro.
Entre otras acciones la coordinadora extremeña, junto a otras organizaciones y defensores de los derechos humanos, organizaron en Badajoz la acción de calle 'Maletas, Ningún ser Humano es Ilegal!'. Fue una 'performance' en la que sacaron decenas de maletas para visibilizar que las personas refugiadas siguen siendo “criminalizadas, perseguidas, rechazadas, gaseadas” y en algunos casos matadas al intentar cruzar las fronteras europeas.