Cataluña le marca el camino a Galicia para abolir los toros
A iniciativa del BNG, el pleno del Parlamento gallego debatirá por primera vez una propuesta de ley destinada a prohibir las corridas de toros en Galicia. El grupo nacionalista registró una iniciativa que prevé la modificación de la Ley de Protección de Animales para acabar con la excepción que permite este espectáculo y el sufrimiento público del animal, al tiempo que se castiga el maltrato de perros o gatos. “Será muy importante, también para ver quien se posiciona en defensa de este maltrato animal”, aseguró Rubén Pérez, portavoz de la plataforma Galicia Mellor Sen Touradas (GMST) durante las jornadas por la abolición celebradas este viernes en A Coruña y coorganizadas por AGE. Confía en que este sea el primer paso para un futuro veto legal que “en los engrandecería como sociedad”.
El ejemplo está cerca. El Parlamento catalán aprobó la abolición de las corridas de toros en su territorio en verano de 2010 a partir de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) organizada por la plataforma Prou! Dos de las personalidades más activas del movimiento antitaurino catalán, y protagonistas en su victoria parlamentaria, explicaron en A Coruña el camino seguido para acabar con la tauromaquia y desmontaron uno a uno los argumentos a favor de un espectáculo que en Galicia cuenta aún con mucho menos apoyo que en Cataluña y que en la mayoría de las partes del Estado.
Incluso una encuesta del Ministerio de Cultura aseguraba que el 99,2% de los gallegos había declarado no asistir a corridas de toros entre 2010 y 2011, por lo que el teórico apoyo del 0,8% de la población semeja justificar una actividad que carece de tradición, afición y público en el país. “El sufrimiento del animal es algo evidente, pero lo que es evidente también es que sin subsidio público, en Galicia ya no existirían”, insistió Rubén Pérez, que reveló que diputados gallegos que forman parte del Espazo Parlamentar para a Defensa dos Animais ya han recibido cartas e incluso amenazas por parte del lobby taurino que ve en su conformación una amenaza para su fiesta. Varios de ellos, parlamentarios de AGE como Yolanda Díaz, Antón Sánchez y Eva Solla, estuvieron este viernes en la Coruña.
“Los argumentos empleados a favor de las corridas iban desapareciendo y todos ellos tenían respuesta”, explicó en la Coruña Anna Mulà, abogada, representante de la ILP presentada en el Parlament y encargada de defender la propuesta en la Cámara catalana, que volvió a recordar que los toros son “una excepción continua” en todas las leyes de protección animal alegando a su aspecto “cultural”. “Es un daño injustificable y gratuito y una exaltación y aplauso público que embrutece la sociedad; que sea legal no es más que un agravante porque si el maltratado fuera un perro, las touradas serían un delito”, asegura.
Para Mulà, la sociedad gallega “ya ha aceptado muy mayoritariamente que es detestable el sufrimiento del toro” e insistió en que es “una minoría” a que apoya un espectáculo que se defiende aludiendo a su valor cultural, a la libertad individual o a la creación de riqueza y trabajo. “El lobby taurino defiende el derecho a la libertad, pero la ley puede restringir este derecho si el beneficio es mayor para la sociedad”, recuerda, al igual que Leonardo Anselmi, activista animalista, impulsor de la ILP en Cataluña y experto en el tema. “Eso es demagogia; los verdaderos defensores de la libertad son los que la defienden y la limitan para que en su nombre no se cometan atrocidades”, añadió, tras preguntarse se hubo algún atentado a la libertad al prohibir las peleas de perros cuando estas “son apoyadas por bastantes personas”.
A pesar del descenso de público y apoyo a los toros, su lobby logró que se tramitara en el Congreso de los Diputados una ILP que pretende declarar Bien de Interés Cultural (BIC) las corridas, pero que el PP “retrasó hasta en nueve ocasiones”, consciente “de lo deficiente” de una propota que no convence ni a muchos de los eternos defensores del espectáculo. “La relación lobby taurino-Partido Popular va a acabar mal y eso es una muy buena noticia”, insiste Anselmi, que considera “una torpeza” para los defensores de las corridas la admisión a trámite de un proyecto que “no hay por donde cogerlo”.
“Su contenido es inaplicable”, explica Anna Mulà, que recuerda que aprobar el texto supondría “obligar a todas las administraciones a inyectar dinero en los toros, instar la Unesco a que los reconozca como patrimonio de la Humanidad e incluso incluir una materia dedicada a la fiesta taurina en la educación pública y en la Universidad”. “Lo que quieren es más dinero y subvenciones públicas”, manifiesta.
“Los promotores de esta ILP saben que no podrán recuperar las corridas en Cataluña porque la competencia es autonómica; su propuesta responde a la grave amenaza que hay sobre una actividad que hace tiempo que dejó de ser rentable”, insiste Mulà, que cree que la abolición de los toros no sería más que “un progreso moral” para la sociedad gallega y española.
Los argumentos desmontados
Leonardo Anselmi, además, recuerda que los argumentos de los protaurinos fueron desmontados uno a uno durante el debate que se dio en Cataluña tras la propuesta de abolición. Este mismo viernes, en A Coruña, retó los asistentes al coloquio a recordar todo el argumentario para irlo rebatiendo uno a uno. Y le puso mucho énfasis.
Así, en cuanto a aquel que dice que la desaparición de las corridas implicaría también la desaparición del toro de lidia, Anselmi recuerda que este toro “ni es una especie ni una raza” y que sólo es fruto de mezclar “desde hace 500 años” los animales más bravos. “No puede desaparecer lo que no existe”, aclara. Además, también rechaza la idea que insiste en que los astados viven bien. “Tienen coartada su libertad de especie ya que, por ejemplo, no pueden copular con las vacas”, dice.
También se muestra en cuenta sobre aquella idea que asegura que el toro es “un animal con orgullo y honra” porque “turra y lucha para no morir”. “¿Qué hace un ciervo cuando después de escapar de un lobo acaba acorralado? Pues da la vuelta y embiste con su cornamenta, igual que hace un toro cuando está atrapado en la plaza”, aseguró refiriéndose a varios estudios de expertos.
Para Anselmi, el hecho de que las corridas sean siempre una excepción en las leyes de protección de animales “demuestra que está fuera de la moral de la época”. “Los taurinos no aceptan ni que se cambie el modelo de toros, pero ninguno de ellos aguantaría una corrida de principios de siglo, donde los caballos acaban destripados y había mucho más sangre”, explica, tras recordar también que “en la Inquisición se quemaba gente; normal que no se consideraran violentas otras cosas”. “La visión del mundo que tenemos unos y otros es muy diferente”, insiste.
En cuanto a los correbous, que no fueron prohibidos en Cataluña, Anselmi recuerda que son un espectáculo “que casi no era conocido hasta que la prensa de Madrid lo empleó como argumento para situarse contra la abolición”. “No les queda mucho porque nosotros estamos en contra de ellos y lucharemos contra ellos, pero a la hora de presentar la ILP teníamos que ser pragmáticos y asegurarnos un rechazo social masivo”, explica este activista, que cree que es el hecho de que las touradas “sean un espectáculo público e incluso protagonista de las revistas del corazón” lo que explica que todo el mundo tenga claro “en que consiste este maltrato animal”. “Pocas familias volverían con sus hijos al circo se supieran el que se le hace a los elefantes y algo semejante ocurre con los correbous, pero las corridas de toros mueren de sinceridad”, remata.