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Una constructora levanta un edificio en un patio de luces y 'encierra' a varias familias

Edificio en construcción en un patio de luces

Miguel Pardo

Ver como levantan un edificio en un patio de luces entre otros dos inmuebles, sin casi espacio para construir, a escasos metros de sus terrazas y ventanas y tapándoles la luz natural. Eso es lo que les está ocurriendo la varias familias de la zona de San Roque, en la ciudad de A Coruña, que llevan semanas protestando por unas obras paralizadas tras un largo conflicto judicial y permitidas ahora por el Ayuntamiento.

“Si te lo dicen, no te lo crees; parece imposible que a alguien se le pueda ocurrir levantar un edificio aquí, sin casi espacio y pegado la otros dos inmuebles”. Carmen Suárez es una de las vecinas que desde su ventana ve como las obras que avanzan “a toda prisa” amenazan el patio de luces que comparten varias viviendas, su luz natural y la ventilación. Porque es ahí donde se construye, en un patio de luces que ya no tendrá luces... Y que ya no será patio.

“Es un edificio de varias alturas que deja varias viviendas completamente condenadas a la oscuridad y al aislamiento”, denuncian los vecinos, organizados ya para recurrir por vía judicial ante el silencio del Ayuntamiento, que ni los recibe ni les da solución, y que insiste en que la obra es legal. No piensan lo mismo los afectados, que aluden a la “vivienda digna” que garantiza la Constitución, pero también a las presuntas “irregularidades” que cometería esta obra.

Los afectados denuncian que la obra incumple varias normativas y que el muro del nuevo edificio está a dos metros de las ventanas

Según explican, la primera de ellas tendría que ver con la servidumbre de vistas, ya que la normativa indica que no es posible a construcción a menos de tres metros de distancia de la otra vivienda. Y aunque parezca difícil de creer, los tres metros semejan demasiados vista la situación de los primeros pilares. “Es como para dudar de que esta distancia sea tal, porque a simple vista parece mucho menor. Nos gustaría que fuera un perito quien midiese cuál es realmente esta distancia para determinar si es la ajustada a derecho”, explican los vecinos. “Podrás tocar el muro del otro inmueble si sacas a mano por la ventana”, añade Carmen Suárez, que desde su piso ve como la obra sigue levantándose y tapándole la luz. En otras zonas, según los afectados, la distancia es claramente inferior a dos metros. Y así lo parece.

Además, y en el caso de uno de los edificios afectados, los vecinos advierten de un “claro problema de seguridad” derivado de esta nueva construcción. Uno de los inmuebles queda “literalmente encerrado” por los trabajos de edificación de la empresa Abeconsa, lo que “haría imposible la evacuación de las personas en el caso, por ejemplo, de un incendio”. “Una de las fachadas del edificio queda totalmente inaccesible”, recuerdan. Y hay más. Garajes de la misma zona sufren ya grietas por la cercanía de las obras y de las detonaciones y otras terrazas de inmuebles cercanos quedan también sin la luz natural de la que disfrutaban desde siempre.

Pero la polémica y las dudas vienen de lejos. El terreno donde se construye había sido un antiguo camino vecinal, tal y como figura en la documentación que aporta algún vecino, pero el Ayuntamiento decidió vendérselo a una promotora hace más de doce años. Cuatro años después le dio licencia para levantar el edificio, a pesar de que ya por aquel enteonces era un patio de luces entre varios inmuebles y a pesar del escasísimo y estrecho espacio entre ellos.

La obra ya había sido paralizada por invadir un camino vecinal, la constructora había sido indemnizada y ahora el Ayuntamiento da una nueva licencia

Las obras comenzaron en 2006, pero fueron paralizadas enseguida tras la reclamación judicial de un propietario de un terreno en la misma zona que había sido ocupada de manera ilegal. En 2013, el Ayuntamiento tuvo que pagar una indemnización a la empresa por venderle un suelo que no era de su propiedad y el gobierno local argumentó que el problema había surgido por la aparición de un colector en el subsuelo, el mismo que ya había creado problemas a los vecinos anteriormente. La promotora rechazó el proyecto y vendió la parcela a Abeconsa, que ahora recibió una nueva licencia.

“Aquí hay algo que no encaja, porque la velocidad a la que van las obras no es normal”, denuncia uno de los vecinos, que sospechan que la rapidez se debe a la caducidad del permiso o incluso a posibles trabas legales que serían más difíciles de revertir en caso de que el edificio ya estuviese erguido. El caso del edificio Conde de Fenosa ya fue citado alguna vez por los afectados.

“Se vela por la especulación en lugar de por el interés general. Las circunstancias que rodean esta obra son por todos lados mercecedoras de sospechas; no cabe otra solución digna y ética que paralizarla”, reclaman los vecinos, que creen “necesario” también “hacer públicas y detalladas las condiciones en las que la licencia para la construcción de este inmueble fue otorgada”.

"Se vela por la especulación en lugar de por el interés general; la única solución diga es paralizar la obra"

Pero Abeconsa sigue con la obra mientras trabaja en otras públicas adjudicadas por el Ayuntamiento de A Coruña o por la Autoridad Portuaria, como ya trabajó en las del dique de abrigo, el paseo marítimo o Riazor. Y mientras, los vecinos aún sufren otro problema: el de otras obras, a escasos metros, en una zona donde denuncian que la constructora aprovecha para utilizar como cantera, acumulando tierra y arenas que llenan de polvo y suciedad sus casas.

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