“La ecología está más allá de modas o de crisis”
El 5 y 6 de octubre Arzúa acogerá la décima edición de su feria ecológica. Diez años en los que la feria y el propio Ayuntamiento de Arzúa se han convertido en una referencia en toda Galicia, a pesar de la crisis económica y de la retirada del apoyo económico de varias administraciones, principalmente la Diputación de A Coruña, hace dos años. El recinto ferial acogerá docenas de expositores de productores de agricultura y ganadería ecológica, técnicas respetuosas con el medio ambiente, energías renovables, bioconstrucción, artesanos o terapias alternativas. Un sector en auge a pesar de la crisis, lo que hace que los organizadores de la feria confíen en que el evento mantenga la fuerza de otros años y siga siendo una cita obligada para el sector verde en todo el Estado.
A pesar de las dificultades económicas, la feria ecológica de Arzúa sigue adelante, y con buena salud. Manuel Roxo, responsable de la organización, señala que “la programación de Terractiva era mucho más amplia: había conciertos, acciones formativas y debates, que complementaban la feria y que se llevaban una parte importante del presupuesto. Tuvimos que renunciar a buena parte de esa programación, y a las actividades de difusión, pero la esencia de la feria, de lo que fue Terractiva desde el comienzo, se mantiene”. Hasta el próximo viernes día 20 de septiembre estará abierto el plazo para que todos los interesados e interesadas en participar reserven su espacio.
Roxo destaca que la feria es una muestra de lo vivo que está este sector y de que la ecología está “más allá de modas o de crisis”. Para Roxo, “es un modo de vida que está en contacto con la tierra, no tiene las crisis cíclicas de otros modelos que están desapegadas del medio”. En esta edición tendrán un papel protagonista las productoras y productores locales, que habitualmente participan en las ferias del 8 y 22 de cada mes. “Muchos de los expositores y también del público objetivo es gente que vive en el rural”, destaca Roxo, que añade que “muchas veces se ven reflejados en unas formas de producir que son las propias de ellos, que llevan realizando toda la vida, sin ser conscientes de ellas. Aquí escuchan hablar de ciclos vitales o de fruta de temporada, de conceptos que ellos tienen muy claros, pero a los que no les habían puesto nombre”.
Manuel Roxo concluye a este respeto que “la feria es un espacio para vender, pero también para hablar, para explicar de qué manera se produce y para mostrar su forma de ver la vida. Es un encuentro de experiencias”.